martes, 24 de septiembre de 2024

Un Decamerón sin Cuentos: Netflix les entra a los clásicos



Solo a Netflix se le ocurre meterse con El Decamerón, una obra que ha sido un desafío para cineastas más serios que lo de la plataforma de pacotilla. Supongo que no les importa destruir un clásico de la literatura universal, una expresión máxima de las letras italianas. Para ellos “Decamerón” es un nombre propio y Boccaccio algo que seguramente se le echará al spaghetti.

La Obra de Boccaccio

Vamos a contar primero que es Il Dcamerone. Se trata de una colección de cuentos, un centenar como indica el título, al estilo de las Mil y una Noches y de los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer. Pues ahí viene la primera patada al clásico. En la serie de Netflix se han olvidado de los cuentos.

El segundo atributo es el contexto histórico. Giovanni Boccaccio compone su selección de cuentos y la publica en 1348, unos años después de terminada la etapa más mortífera de La Peste Negra. Para quienes hemos vivido recientemente una pandemia, no nos es difícil imaginar el desorden social y la atmosfera angustiante de esa época. La peste bubónica duró varios años y recorrió una senda letal por Asia y Europa haciendo desaparecer muchas comunidades.

                                    Grabados de la primera edición 

Boccaccio elige situar su historia en una villa en las afueras de Florencia donde un grupo de jóvenes aristócratas (siete damas y tres caballeros) buscan refugio no solo de la plaga, pero también de la realidad. Es interesante ver que son solteros, adinerados , privilegiados y sin familia. Podríamos deducir que sus familias ya han muerto víctimas de la pandemia y de ahí la necesidad de olvidar. Eso lo consiguen, contándose cuentos cada noche (menos los domingos y un día que dedican a otras cosa).

Cada noche se elige un rey o reina quien escoge un tema sobre el cual se contarán historias. A pesar de que hay anécdotas históricas y fabulas morales, el tema principal son las relaciones románticas que dan pie para cuentos picarescos, algunos francamente eróticos, otros sobre las traiciones del amor de las cuales son víctimas las mujeres, pero para equilibrar también hay mucho relato sobre las marrullerías femeninas.

                 Castigo de una mala mujer del cuento de Nastagio Degli Onesti , cuadro de Botticelli 

Una subtema son los pecados (sobre todo de la carne) y la corrupción del clero. Un cambio social que trajo la pandemia fue una observación-denuncia de como la Iglesia y sus representantes habían olvidado el mensaje cristiano. Esto llevaría al humanismo del Renacimiento y a la Reforma Luterana. Por esa razón, la obra de Boccaccio estuvo por siglos en el índice de los libros prohibidos por la doctrina católica.

Il Decamerone en Pantalla: Fregonese, Pasolini y Los Taviani

Saltémonos unos siglos y lleguemos al XX que reconoce la maestría del escritor napolitano. El cine mudo italiano, que, hacia una docena de filmes al mes, intentó hacer una versión hoy perdida y olvidada. El próximo intento fue hablado y a color. En 1953, el director argentino (activo en Hollywood) , Hugo Fregónese se ocupó de filmarlo. Aunque la titula Las noches del Decameron (Decameron Nights)  es la versión menos erótica.

Giovanni Boccaccio (Louis Jourdan), el escritor de moda,  se ha enamorado de la viuda Fiametta (Joan Fontaine) que lo desprecia por mujeriego. Sabedor de que, para huir de la peste, Fiametta se ha recluido en una villa florentina,  en compañía de un grupo de jovencitas, se presenta allí. Fiametta , que viste un hábito monacal y carga un rosario, trata a las niñas como si fueran pupilas de un convento. Todas están felices de tener un hombre guapo y famoso entre ellas principalmente la bella Pampinea (Dame Joan Collins).

                            Fiametta y Pampinea

Para pagar su estadía, Boccaccio ofrece narrar cuentos, pero irrita a Fiametta con una sarta de relatos promoviendo el adulterio. Ella contrataca con historias sobre la fidelidad femenina. No sé por qué, este filme tuvo mala critica. Yo la vi a los doce años y de nuevo recientemente en  Cinevault de Samsung. No parece haber envejecido mal con hermosa escenografía (filmada en Sitges) , vestuario y actores atractivos. Lo único es que el libreto, al hacer hincapié en el romance,  se olvida del caos social que existe más allá de la idílica villa.



Hoy en día Decamerón Nights está casi olvidada, opacada por la rimbombante versión de Pier Paolo Pasolini de 1971 que puede encontrarse tanto en Amazon como en Tubi. Yo detesto a Pasolini y no puedo creer que su versión de il Decamerone haya sido tan exitosa en Italia que superó en la taquilla a El Padrino. Hay que ser muy nacionalistas.

Pasolini se concentró en nueve cuentos que vincula entre sí, no mediando el tema de los jóvenes, la villa y la pandemia. El énfasis es mucho sexo, mucha picardía, gente que vive traicionándose en el amor y dos temas típicos de Pasolini, la escatología y el pensamiento marxista. A pesar de haber sido filmada en Roma, Nápoles, Paris y hasta en Yemen, visualmente es oscura, fea, casi grotesca en su retrato de un mundo degradado por la pobreza y la corrupción.



Que diferente al Maravilloso Boccaccio, uno de los últimos esfuerzos de Los Hermanos Taviani. Hecha en el 2015, puede verse en Tubi. Como siempre en el trabajo de Los Taviani, es la vista el sentido que hay que aplicar. Comenzamos con una visión macabra: un joven macilento con las llagas propias de la peste en el cuerpo se despeña desde lo alto de un exquisito edificio renacentista.

Estamos en la bella Florencia, pero seguimos por sus calles desiertas a un carro lleno de cadáveres.  Contrasta la belleza de la arquitectura con esos cuerpos semi desnudos, destrozados por un mal letal, anónimos. La cinematografía hace buen uso del rojo carmesí que simboliza sangre, violencia, muerte. El silencio, la ausencia de humanos, solo unos pobres cerdo que son víctimas de este mal humano, nos recuerdan que hay un peligro acechando en cada esquina.

De ahí pasamos a una serie de viñetas que ayudan a crear una atmosfera, de miedo  y caos social. Una joven, que ha estado atendiendo a su hermana apestada,  es rechazada por su familia temerosa del contagio. Un hombre prefiere ser enterrado vivo antes que separarse de los cadáveres de sus hijos,  y un grupo de jovencitas que cree alejar la plaga con el aroma de ramilletes de flores es acosado, por un contagiado que besa a una a la fuerza decidido a no morir solo.



Es en ese ambiente,  sin piedad, Infernal y silencioso,  que siete amigas  deciden huir al campo. Las acompañarán los novios de tres de ellas.. En una villa abandonada deciden instalarse hasta que acabe la plaga o llegue hasta ellos. A diferencia de otras versiones— y del original— no llevan criados y todas las actividades domésticas las cumplen ellos mismos. Hay dos reglas, dejar el luto aparte ,  no pensar ni en la muerte ni en sus muertos, y , para evitar envidias, hacer el romance a un lado.

Así se pasan los días, ocupados, compartiéndolo todo en plano de igualdad. En materia de entretenimiento, todas las noches se escogerá un tema y cada uno deberá relatar un cuento, anécdota o noticia histórica sobre ese tema. Por el largo del filme solo escuchamos/vemos cuatro relatos. Los Taviani han escogido cuentos que representen  los géneros principales del Decamerón: la picaresca y el amor trágico

Lo que los une es una ausencia de lo que abundaba en Pasolini, el humor, lo grotesco, lo sórdido. Aun la historia de la joven novicia hallada cohabitando con un hombre en el convento pasa a ser una fábula didáctica que expone la rigidez hipócrita de las reglas conventuales. Mi preferido es el de Ghismunda, obligada por su esposo a comerse el corazón del amante, quizá sea la presencia de Kasia Smutniak  (Domina)  y de Michele Rondiano (Joven Montalbano, Los Leones de Sicilia)la  que lo hace más conmovedor.




Todo en Maraviglioso Boccaccio es perfecto. Hasta la música. Junto a oberturas de óperas y  piezas  renacentistas,  se ha incluido un score de Giuliano Taviani que recuerda,  con su sonido de urgencia dinámica,  al de otra obra maestra de los Taviani, La Notte di San Lorenzo. Sin embargo, a este filme le falta el ánimo satírico que permea la obra de Boccaccio y eso es lo que se esperaba del Decamerón de Netflix.

Netflix Osa Meterse con un Clásico

Alarmante fue la noticia de que Netflix quería meterse con Boccaccio. ¿Que planeaba hacer? ¿Exagerar los aspectos picarescos y escatológicos que había tratado Pasolini? ¿O acaso convertir la Peste Negra en una fábula presentista que nos recordase lo que es vivir pandemias en el siglo XXI? Se sabe que Netflix nunca es sutil, pero no se esperaba este caos de tan escaso valor.



Visualmente (a pesar de haber sido grabada en hermosos parajes y una lujosa villa) es mediocre, oscura, colores acentuados con ese barniz que los efectos especiales contemporáneos imponen, ropa fea, actores más feos todavía y con poco talento. Solo el primer cuarto de hora me dejó estupefacta.

 Comenzamos por un callejón muy poblado de gente que circula por un mercado. Aparentemente esto es Florencia. A comienzos del siglo XIV ya Florencia era una ciudad grande, rica, hermosa,  no este espacio estrecho y miserable..

Segundo estamos en medio de la peste. Hagamos memoria y visualicemos nuestro primer año de Covid. Desde mi ventana observaba circular (y vivo en una calle de mucha actividad) a una persona pasar cada un cuarto de hora. ¿Me van a decir que en una villa aterrorizada por el contagio con los gérmenes flotando en el aire,  van a estar todos de compras, charlando con el vecino y aglomerándose en la vida pública?



Vemos a un niño apedreando un cuervo y luego gritar ¡Mamá cacé un pollo!”. La idea es hacernos ver lo hambriento que eta el pueblo. ¿Entonces como están haciendo mercado? Además, mala idea matar cuervos, son los carteros de la Antigüedad. Aparece un hombre con el cadáver de una mujer a cuestas,  lo deja caer en el suelo, suplica ayuda, todos gritan al ver que hay una víctima de la peste entre ello. ¿Una sola victima?

Desde un ventanal, los observa Pampinea, una Zosia Mamet que se quedó pegada en su rol de cabeza hueca de Girls. Se supone que representa una elite privilegiada y distanciada de la realidad. No ve la tragedia urbana a sus pies porque está embelesada preparando su próxima boda con un hombre al que no conoce. Le lleva la corriente su paciente criada (Monica-Saoirse Jackson de Derry Girls) quien está empacando para su huida al campo

La idea es  que Pampinea es tan egoísta que no comprende que vive en medio de una crisis social. Toralmente absurdo.  La Peste Negra mató a ricos y pobres, incluso a gente de sangre azul. Por muy aristócrata que fuese, ninguna joven estaría asomada a su ventana abierta—entonces no había vidrios solo postigos de madera—sin temor al contagio.



Una Comedia que no Hace Reír

El resto de la serie es tan absurda como ese inicio. La gran novedad es que Netflix ha obviado los cuentos. “¿Quién los necesita?” se dijeron.  En cambio, ha creado su propia fabula de sexo (totalmente diverso) y guerra de clases donde los criados son los avispados y los amos son bobos a pesar de su despotismo. La venden como humor negro, y en días en que hasta los comediantes se quejan de que el humor ha muerto, esto se traduce en violencia acelerada y sin sentido.

Hay muertos por doquier, muchos asesinados y de manera aparatosa y grotesca, pero que no mueven mucho a la risa. A ratos la serie parece una parodia (adulta) de los cortos de Los Tres Chiflados.  Todo es bufo , tosco sin sutileza como pisada de elefante: la comedia de errores, el sexo sin erotismo, la denuncia social que no se entiende puesto que el servicio es tan ruin como sus amos. Eso si es muy diversa con actores de origen africano y asiático encarnando a florentinos renacentistas.



Terminada mi diatriba, me fui a buscar la opinión ajena y me encontré con mis mismas quejas. Me encantó ver el sarcasmo de James Delingpole masacrando una serie que masacra a los clásicos. Como dijo, esto solo puede gustar a quien nunca haya oído hablar de Boccaccio. Yo le agrego a esa categoría la de mentes simples como las del MarySue. En Slant, Ross McIndoe fue más lapidario llamando a este Decamerón netflixiano una “Isla del Amor” del Siglo XIV, y que Netflix le dio a su adaptación el toque “Bridgerton”.

En IDMB tiene un Rating de 6,3 . Fueron generosos los espectadores, en Rotten Tomatoes solo alcanzó a 6,1, pero eso a Netflix la tiene in cuidado, ya que todo su empeño—fiel a la agenda woke— consiste en destruir la cultura clásica,  ya que,  según ellos,  es producto del patriarcado blanco. Maese Boccaccio puede descansar tranquilo en su tumba. Esta serie es olvidable y merece no ser recordada ni recomendada.



8 comentarios:

  1. Brave of you to even venture into that abominable filth, I refused even to mention it at my place LOL I am only happy that garbage like this and My Lady Jane gets cancelled after the first season. Did you hear that Netflix has officially cancelled Warrior yesternight? No continuation for that one....

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    1. But did Warrior ever pretended to continue it? I thought they just wanted to show what Max had done with it. Abominable filth, indeed. Very happy to hear that Lady Jane was cancelled

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  2. Desde FB de Ana Estelwen
    Por amor del Cielo, no me atrevería a ver un Decamerón hecho por Netflix ni aunque me apuntarán con un revólver. Si Bocaccio levantara la cabeza...

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    1. ParaAna Estelwen Boccaccio no sabría de que se trata, se parece tanto a su obra como una lagartija a un dragon . Lo extraordinario es que haya gente que le ha gustado, pero anda tu a preguntarles si recuerdan el morivo por el que les haya gustado. Aunque ... Ver más

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  3. Desde FB de Maggie Sendra
    Pobre, es que a veces, por servicios al publico, lo que tienes que tragar. Netflix podia haber aprovechado que hemos estado de pandemia y haber cogido la critica social de la epoca, tal como hizo el Decameron. Pero al parecer, la critica les salpica a ellos y siguen con sus basuras.

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    1. Para Maggie Sendra Es que Gatita Maggie, la "abominable filth" (calificativos de Gattocito Miroslav Bašić Palković) que vemos en pantalla es para Netflix "critica social". La idea es destruir clásicos con crítica woke. NO sorprende que bastiones del wokismo como NYT y The Guardian apoyen esta bazofia. Tal como sitios feminazis como el Mary Sue, o que las mejores cr'iticas vengan de periodistas hembras y etnicas.

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  4. Desde FB de Jorge Eduardo Llerena Torrico
    Es que en principio eso se pensaba que iban a hacer, digo era lo más lógico con la obra de Bocaccio no había que ser un genio

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    1. Para Jorge Eduardo Llerena Torrico Lo que acabaron haciendo fue una guerra de clases. Decir que los ricos enloquecen a causa de la pandemia (al menos no los volvieron vampiros como en La Revolución) y que los criados se cobran los desplantes de los amos, pero los criados son tan despreciables como sus patrones.

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