martes, 14 de enero de 2025

El Silencio de las Hermanas Price: Say Nothing en Hulu

 


“ The Troubles”  solía ser el apodo de la Guerra de Independencia de Irlanda. Hoy también se usa para describir la guerrilla urbana que asoló el Norte de Irlanda en la segunda mitad del Siglo XX. Basándose en el libro de Patrick Radden Keefe , Hulu y FX han construido una visión a ratos trágica y a ratos cómica de la lucha armada en contra del ocupante inglés. A diferencia de otras obras sobre el tema nos muestra los daños colaterales que provoca el terrorismo y el modo en que lentamente va destruyendo al mismo guerrillero.

Los Infortunios de Irlanda

Si vamos a hablar de historias sangrientas, de reinos robados, de ocupaciones ilegales, y de pueblos oprimidos,  basta ver el ultimo milenio de la historia de Irlanda. En la Antigüedad, la isla estaba lo suficientemente lejana para que no la afectaran invasiones de griegos y romanos y para crear una sólida civilización de reinos o clanes tribales unidos por la herencia celta.

La cosa cambió en el medievo cuando Irlanda fue presa de invasiones vikingas y normandas. Para el siglo XV era vasalla de Los Tudor. Mas o menos se estableció un modus vivendis en el que los reinos seguían siendo semi autónomos, pero el cisma de Enrique VIII al imponer el anglicanismo destrozó toda oportunidad de armonía entre Inglaterra y la Isla Esmeralda.



Irlanda había sido una vez fervientemente pagana para convertirse en ferviente católica y no iba a cambiar. A los ojos de la corona británica, esto era rebeldía y sedición y a la isla le esperaban siglos de represión. Una de las mayores ocurrió en días de la dictadura de Oliver Cromwell quien implantaría el sistema de plantaciones, la importación de ingleses protestantes a Irlanda donde se convertirían en la nueva clase de terratenientes que subyugarían a la población católica.

Para La Hambruna de 1848, los irlandeses (y no solo católicos) se habían levantado en armas en contra del invasor en muchas ocasiones. Todas las revueltas habían fracasado. Entonces se constituyó el primer grupo de guerrilleros urbanos, Los Fenianos. The Fenian Brotherhood se dedicó a la lucha clandestina llegando a expandirse hasta Estados Unidos desde donde realizarían ataques al Canadá. Su especialidad, a fines de siglo, eran los asesinatos y bombas que hicieron estallar en ciudades inglesas como Manchester y Londres.

A comienzos del Siglo XX, la lucha irlandesa por la autonomía se batía en dos frentes: el político en el Parlamento de Londres y el frente del terrorismo ahora continuado por la Fraternidad Revolucionaria Irlandesa que tomaría parte en el Alzamiento de Pascua en plena Gran Guerra. La última gran batalla, que tendría lugar entre 1920 y 1922,  se conocería por el nombre coloquial de “Troubles” (problemas).  En ese entonces la Fraternidad cambió de nombre pasando a ser el Ejército Republicano Irlandés (Irish Republican Army o IRA. ERI en español).



Esta guerra de guerrillas, cruel y colmada de atrocidades por parte de ambos bandos, obtendría la ansiada autonomía. En 1923 nacía el Estado Libre de Irlanda, pero con un precio: seguirían en manos británicas un par de provincias del Norte que incluían las ciudades de Belfast y Londonderry (Derry). Esto se debía a que eran habitadas por una mayoría protestante. El ERI no aceptó esos términos llevando a Eamon De Valera (el primer presidente de Irlanda) a proscribirlo.

El ERI trasladó sus cuarteles y guerra a Irlanda del Norte. Aunque estuvieron activos antes de la Segunda Guerra Mundial, su periodo más agresivo fue durante los segundos “Troubles” que cubrirían casi tres décadas de lucha y que son el trasfondo de No digas nada. Esta guerra clandestina se amparó en los tres principios que han gobernado la lucha armada en contra de Inglaterra por siglos: el apoyo masivo de la población civil; la ejecución de traidores y delatores (los “tout”) y la obligación de los miembros de no revelar nunca información sobre la organización, aun bajo tortura. De eso se trata Say Nothing.



Las Price: ¿Heroínas o Terroristas?

Comenzamos en Belfast en 1972. Una madre de familia es secuestrada delante de sus hijos por un grupo que incluye una mujer. De ahí saltamos a fines del Siglo XX. Otra mujer (Maxime Peake) cuenta su historia a un entrevistador que graba lo narrado. Es un proyecto de la Universidad de Boston y solo saldrá a la luz, cuando la mujer, cuyo nombre es Dolours Price, haya muerto.





De ahí pasamos a un flashback de Dolours en 1969. Es hija de un matrimonio Republicano que ha participado en la guerra perpetua contra el invasor inglés. La tía de Dolours perdió las manos y la vista por estar manejando bombas. Dolours desprecia esa violencia, cree en la resistencia pacífica tipo Gandhi,  y se la inculca a Marian, su hermana menor.

Antes de partir a estudiar en una academia de arte, Dolours y su hermana participan en una marcha multitudinaria de protesta (La Marcha del Puente de Burntollet). Camino a Derry,  son interceptadas por bandas de rufianes protestantes que las agreden. Fieles a su credo, los marchantes no responden a la violencia, pero entran en pánico cuando ven que la policía no detiene a sus agresores. Las Price intentan huir, pero son atrapadas por los protestantes que las golpean salvajemente. Es ahí que Dolours toma conciencia de que la lucha armada es el único camino para una Irlanda Unida.


                   Las Price son atacadas en una marcha pacifica

Para eso, y siempre con su hermana a la zaga, Dolours busca al líder de la lucha armada en Belfast y a su lugarteniente “Dark” apodo de Brendan Hughes (quien también participa en el proyecto de entrevistas). Se sorprende al descubrir que el líder es Gerry Adams a quien conoce como un chico tranquilo y de bajo perfil. la ironía es que cada episodio de Say Nothing acaba con un disclaimer sobre Gerry Adamsex presidente del Sinn Feinnque siempre ha negado haber sido parte del ERI.




Después de una entrevista con Adams, Dolours lo convence de reclutarlas a ella y a Marian. Hasta entonces el ERI usaba a las mujeres como enfermeras, protectoras, mensajeras, y recolectoras de información, pero no como guerrilleras. Las Hermanas Price se hacen famosas por su capacidad de disfrazarse y por un cómico, pero efectivo, asalto a un banco en el que ambas van vestidas de monjas.



Luego que participa en el rescate de un camarada, Dolours pierde el miedo a las armas, pero su promoción no la complace. Debe “escoltar” a gente que está condenada a ser ejecutada. Como Caronte, Dolours los lleva en su barca (en este caso un automóvil) al sitio de ejecución. A veces tendrá que hacerlo con amigos o se verá involucrada en el secuestro de algún Tout como fue el caso de Jean McConville. Aunque no la vemos cometer crímenes de sangre, Dolours se siente culpable. “íNo estoy en esto para matar católicos!” le dice a su hermana que sigue secundándola en todo.

Entretanto, ha llegado a Belfast un nuevo comandante, Frank Kitson (Rory Kinnear) que trae experiencia de combatir a los Mau Mau de Kenia. Esa experiencia consigue hacer mella en la sociedad clandestina del ERI, tanto en sus miembros como en la población que los asiste. A Dolours se le ocurre una idea un poco loca, trasladar las operaciones a Londres, darles a los ingleses donde más les duela.

A Adams le gusta la idea y pone a las Hermanas Price a cargo de la operación. El error consiste en proporcionarles un equipo de chicos casi adolescentes y sin entrenamiento, entre ellos una joven asustadiza y llena de escrúpulos. Aun así Las Price consiguen sobrellevar todos los obstáculos y situar bombas en sitios como Scotland Yard y el tribunal de Old Bailey. El error es dar aviso a la policía, para evacuar los edificios, con mucho adelanto.



La policía tiene tiempo de desmontar varias bombas, solo dos estallan y el grupo de terroristas novatos es arrestado en el aeropuerto. Me detengo ahí. Esto ocurre en el quinto episodio, pero hay mucho que no he contado y los siguientes cinco están llenos de sorpresas y vivencias trágicas y no tanto de Las Hermanas Price.

Familia, Religión y el Espíritu Celta

Aunque se han hecho filmes sobre estos “Troubles” de Irlanda del Norte, ninguno cubre con tato detalle la estructura, acciones y experiencia del ERI y de sus miembros. En esta serie quedan claros los vínculos que han mantenido unidas estas organizaciones o “hermandades”. El ERI es una gran familia, pero el sentido de familia que siempre ha marcado al irlandés, sea en su terruño o en la diáspora, también es evidente.

Gerry Adams arriesga su pellejo, y es arrestado, cuando visita a su esposa ( Megan Cusack de Call the Midwife). El mayor sufrimiento de sus víctimas, los McConville es perder a su madre y ser separados . Donde más patente es el sentido de clan es con Las Price. Ellas vienen de una familia que por cien años ha luchado por la libertad de Irlanda. Son una familia unida por ese vínculo, aunque cada miembro lo viva de manera diferente,  como la madre que no deseaba que sus hijas siguiesen el camino de su hermana horriblemente mutilada por una bomba.



Sin embargo, cuando Dolours y Marian son arrestadas, y aun sufriendo de cáncer, la madre lucha como leona yendo a los medios a exigir que sus hijas sean llevadas a una prisión de mujeres y en Irlanda (“donde han estado todas las mujeres de nuestra familia”). Con ese sentido de tradición se entiende lo unidas que son las Price. La Tía Bidie le inculca a Dolours desde pequeña que siempre debe tratar bien a su hermanita “porque nunca sabes cuando la vas a necesitar”. Y a través de la serie vemos a Las Price apoyarse mutuamente, aun en los peores momentos.

                    Las Price son arrestadas

Curioso es que otros elementos que solemos asociar con la lucha de los irlandeses por su libertad no están tan presentes. Solo vemos dos circunstancias en que se habla el gaélico. Durante el asalto al banco, Dolours nota que la cajera oculta unos billetes. La chica le explica en gaélico que son billetes marcados que pondrían a la asaltante en peligro. En el quinto episodio, Marian sintiéndose al borde de la muerte debido a una huelga de hambre, reza el rosario “in the Irish”.

He leído que los Price no eran muy religiosos y, en general, el catolicismo no forma parte de esta historia. Al parecer esta ola de terrorismo se basó más en nacionalismo que en su fe, pero hay detalles de que la iglesia sigue siendo parte de su ethos. Vemos que las ejecuciones de los touts son acompañadas de un sacerdote que les da la extremaunción. Vemos a Dolours, antes del bombardeo de Londres, diciendo un “ Salve Regina” en la ducha,  y cuando Marian es interrogada por la policía londinense se pone su crucecita en la boca como sacralizando su silencio.

        Dolours reza antes de ir a lanzar bombas

Los irlandeses, que  han contribuido tanto a las letras británicas como a su teatro y cine, son histriones natos, pero este ensemble es magnífico.  Yo no conocía ni a Lola Petticrew y ni a Hazel Doupe,  pero su interpretación de Las Price es “priceless” , no me imagino a las verdaderas sino con sus rostros. Anthony Boyle me venció y convenció. En esta, su tercera actuación este año después de Masters of the Air, Manhunt y Shardlake, ha demostrado tremenda versatilidad.Su retrato de “Dark” Donovan combina humor, un sex appeal pedestre, y mucha humanidad. 




Hasta Rory Kinnear (Penny Dreadful, Ridley Road), como siempre, esta excelente en su rol de Sir Frank Kitson que se revela no como un sádico fanático sino un hombre competente y sensato. Por algo eventualmente se convirtió en el comandante de las fuerzas terrestres del Reino Unido y luego, ayudante de campo de Su Majestad Isabel II. (NOTA: Me acabo de enterar que Sir Frank tenía mamá judía y sefardita lo que puede explicar su creatividad pragmática y sagacidad).



Digna de mencionar la maravillosa dirección de Michael Lennox (Derry Girls) en incluso en dos capítulos más emotivos de Mary Nighy, a la que siempre recordarė como la Princesa de Lamballe de María Antonieta de Coppola. Para el final he dejado a Joshua Zetumer, el creador y escritor de No digas nada. Extraordinario trabajo de alguien que no es ni católico ni irlandés (es judío) y que demuestra el puntilloso trabajo de investigación que Josh  hizo para recrear este mundo donde la violencia se comía con el desayuno.

No es una Apología del Terrorismo

A pesar de lo cautivante de la historia y de los personajes, los críticos temen que Say Nothing pueda acabar siendo un elogió al terrorismo. “¿Sabe Disney lo horribles que eran estas personas (los miembros del ERI)?” pregunta Camilla Long en el Times británico.

En general, la perspectiva es crítica para ambos bandos. El enfocarse en Las Price podría glamurizar el terrorismo, pero Zetumer ha incluido en su argumento periódicas interrupciones a las vidas de las protagonistas con lo que ocurre con la familia de Jean McConville dejó atrás. Si la serie inicia con el secuestro de la madre de familia,  también hay flashbacks a los actos que la convirtieron en sospechosa para el ERI.




Primero, se niega a ocultar armas pertenecientes a los terroristas, no por razones ideológicas sino para no poner en peligro a su familia. Con esa negativa se distancia de sus vecinos. Luego socorre a un soldado ingles herido.  Tras el secuestro y ejecución de la señora McConvilel, el ERI hizo circular el rumor (nunca probado) de que ella era una Tout.

Angustiosas son las escenas de Los McConville después de la desaparición de su madre, como intentan buscar ayuda en su comunidad que los rechaza por ser hijos de una delatora. Llegan los trabajadores sociales que separan a los hermanitos y los envían a orfanatos. Sabemos que esos sitios,  en Irlanda, eran antros de horror. Uno de los chicos McConville declararía años más tarde que fue sistemáticamente abusado física y sexualmente en el orfanato.

Helen, la hija mayor, al llegar a edad adulta,  inició una investigación que es el centro del libro de Patrick Radden Keefe. Tenemos amplia cobertura de las desventuras de Helen (Laura Donnelly de Outlander y The Nevers)en la serie y que junto con el encarcelamiento de Las Price sirve para ilustrar los daños colaterales del terrorismo que ya no es una causa justa cuando afecta a inocentes y a los mismos terroristas.

                 Helen McConville, una vida buscando a su madre

Esta serie me ha encantado porque muestra el lado humano del ERI a la vez que señala la intransigencia británica que nunca ha sabido manejar el problema irlandés. Sin embargo, hoy en día en que el terrorismo sigue causando miedo y dolor en todo el mundo, es bueno observar como este tipo de violencia daña a inocentes y como no se debe idealizar una causa que, más que luchar por la libertad, acaba criminalizando a sus miembros.

La crítica se ha enamorado de la serie,  hasta en Espinoff se la ha alabado. Tiene altos ratings de audiencias (en los 90s) en Rotten Tomatoes e IMDB. La incógnita es porque se la ha despreciado en las nominaciones a premios televisivos. ¿Será porque el wokismo imperante en los medios idolatra el terrorismo y esta serie muestra un rostro poco heroico y muy destructivo de esa lacra?



Lo certifica, como siempre, la crítica de un reino del woke como lo es Salon, donde una Melanie  McFarland, un poco desviada de la realidad,  identifica a Say Nothing como una antítesis de odas al imperialismo tales como Bridgerton y The Crown. Acaba con un mega WTF? al preguntarse si los estadounidenses tendrán el valor de ver esta serie después de haber re-elegido a Donald Trump. ¿Qué tendrá que ver Trump con los Troubles de Belfast?

Contenido violento y Gory: Tenemos tantas y tan tristes imágenes de violencia, desde las pobres Price apaleadas por fuerzas que no respetan su pacifismo hasta la imagen de un hombre que agita un muñón donde antes hubo un brazo cercenado durante los bombardeos de Londres. Sin embargo, lo más sobrecogedor para mi es el episodio en el que Las Price inician una huelga de hambre y son alimentadas a la fuerza. Las huelgas de hambre han sido utilizadas como un arma por los revolucionarios irlandeses a través del siglo XX y muchos mártires de su causa murieron de inanición, pero Las Price fueron las primeras irlandesas en negarse a comer.

                      Ya se había usado esta tortura contra las sufragistas

Mas allá de mi repudio por el terrorismo y por los actos del ERI, el forzar a una persona a comer utilizando la fuerza y la violencia es tortura. En 1975, el Convenio de Tokio la declaró como tal. El equipo médico que por semanas forzó tubos dentro del aparato gástrico de las prisioneras, finalmente se negó a seguir con una práctica que iba en contra de su ética profesional. Vale recordar que Las Price eran jovencitas, Marian solo tenía 19 años. No estaban exigiendo nada imposible de conceder. Únicamente que las sacasen de una prisión de hombres en suelo inglés para llevarlas a una cárcel de mujeres en Irlanda, un derecho que se le concede a cualquier criminal.

                   Dolours rechaza todo alimento

Habían alcanzado a ayunar tres semanas cuando las sometieron a la alimentación forzada por 165 días, Aun después que los médicos se negaron a seguir con el proceso, continuaron su ayuno por casi tres semanas más,  antes de ser trasladada a Belfast. La ordalía no solo las volvió mártires, pero les dejó secuelas físicas y emocionales que las marcarían de por vida. Fueron esas secuelas las que consiguieron, después de siete años de encarcelamiento, que Las Price fueran puestas en libertad en 1980.

                  Dolours y Marian cercanas a la muerte debido a su ayuno.

Ambas sufrían de anorexia nerviosa, lesiones bucales e intestinales más supresión de sus reglas. Fue un milagro que pudiesen tener hijos más tarde. Dolours se casó con el actor Stephen Rea que se hizo famoso como el guerrillero del ERI afligido por remordimientos en la galardonada The Crying Game.

Además, Dolours sufrió de problemas psicológicos, depresión constante, y remordimientos. La rabia que sentía por el curso que habían tomado los arreglos entre el ERI y los ingleses la empujaron al alcoholismo. Acabó su vida con una sobredosis de medicamentos, todos recetados por los médicos. ¿Suicidio o muerte accidental? Nunca se sabrá.



NOTA:  Lo que he contado no califica como Spoiler. Es lo que se puede encontrar en la biografía de Dolours Price en la Wikipedia. La serie incluye datos que no están ahí, algunos cambios basados en interpretaciones del equipo y del libro, entre ellas, la mayor sorpresa de la serie y que está relacionada con el asesinato de Jean McConville.

Contenido Sexual y Desnudos: Un mínimo. A Gerry Adams lo arrestan cuando está en cama con su esposa, y le vemos las nalgas. Lola Petticrew protagoniza una sola escena desnuda, y es necesaria, cuando Dolours se niega a ponerse el uniforme de presidiaria argumentando que es una presa política.



Factor Feminista. Es innegable que la serie es un homenaje a la fortaleza de la mujer irlandesa, sea la que se involucra en la lucha armada (aunque no comparte todos sus métodos) como Las Price hasta la que quiere resguardar,  en vano, a su familia de este clima de violencia como Jean McConville. Existe en todas estas mujeres un sentido de deber, una obligación matriarcal que impresiona. Tal como impresiona la valentía, la determinación y el patriotismo de Dolours y Marian. Solo que nos gustaría que hubiesen utilizado esas admirables virtudes para un esfuerzo más constructivo que andar matando gente.



Factor Diversidad:  El mundo de los primeros episodios de No digas nada está dividido entre irlandeses e ingleses blancos. Se pone más diverso al trasladarse a Londres con un policía negro y el Dr. Mansir, de origen árabe, a cargo de la alimentación forzada de Las Price.



2 comentarios:

  1. Thanks for the post, I have never really known the whole story behind IRA, what was that all about, so many political turmoils in history so little time to study them all. I cannot even come to terms with all of ours throughout history, especially the pre WW2 ones and the ones from the communist era. I do know that here in Serbia we usually have huge student protests almost exactly every 25 years and so we have ones right now as well exactly 25 years from the ones in which my generation as students threw down Milosevic. Our schools will go on full strike from Monday in support to students, so that might lead to general strike in the whole country. The dictator now wants to throw a referendum on whether people support him, so that he can rig it as usual and buy himself some time, but we no longer pay attention to him, even the protest are focused on the public attorney and the institutions that should do their work, not on him and he is pissed because he feels offended LOL

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    1. That sounds smart. Go for the small fish. AS long as they can do it, as long as people are allowed to protest, it’s important show discontent. If small fish fall, soon the tyrant won’t have people to do their dirty work

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