martes, 13 de mayo de 2025

Espías de la Gran Guerra: Davos 1917

 


A pesar de ya ser más de un siglo que acabó, la Primera Guerra Mundial no ha sido bien tratada en series y miniseries. Para reparar el yerro, una nación que no participó en el conflicto nos ha traído Davos 1917. En esta serie suiza se combinan dos temas siempre interesantes: la medicina en tiempos de guerra y el relato de espionaje.

Johanna y el Tropo de la Enfermera Militar

Davos es un pueblo suizo que ha pasado a la historia como un espacio de sanatorios. La tuberculosis hasta la Segunda Guerra Mundial fue un flagelo. Quienes podían pagarse el tratamiento iban a Suiza en busca de tratamientos milagrosos. En 1913, Thomas Mann llevaría a Katia, su esposa, a curarse los pulmones en Davos, de ahí surgiría su famosa novela La Montaña Mágica (1924).

En esta serie se describen  los quehaceres de un sanatorio entre los que se encuentra albergar a espías de todos los bandos. Después de un par de años de servir en un hospital alemán del frente, Johanna Gabathuler (Dominique “Sisi” Devenport) retorna a su neutral Suiza donde su familia es dueña de una combinación de sanatorio y hostería en Davos.



La familia espera que Johanna cumpla la promesa hecha al padre que si vuelve será para casarse. Ya le tienen preparado un excelente enlace con el consejero Thanner,  cuya fortuna restaurará la de los Gabathuler y la de su establecimiento, pero hay un pequeño problema; Johanna está embarazada.

El padre la oculta en casa de una diaconisa y, segundos después del parto, le arrebata a su hija recién nacida. Johanna no tiene medios, no tiene donde ir, así es que regresa a su hogar y acepta la decisión paterna ; se casará con el consejero. Entretanto, usa lo aprendido en el hospital militar para trabajar en Cronwald, el sanatorio de su padre.



Durante el conflicto, Cronwald ha dividido sus servicios. La parte alta sigue siendo un espacio de curación de la elite de toda Europa. Ahí está la condesa alemana Ilse von Hausner y Helen, la esposa del General Taylor del ejército británico. En los bajos del sanatorio se atiende a soldados rasos de todas las naciones en pugna. A cargo de ellos está el Dr. Carl Mangold ( el Max Brod de Kafka), muy reconocido, (“estudió con Sauerbruch en Zúrich”) pero muy mal pagado.

                                     Johanna y la Condesa

En medio de su tragedia, Johanna cae en las redes de un grupo de espías alemanes que con amenazas, pero también con la promesa de ayudarla a recobrar a su hija, la obliga a secundarlos. Johanna se rehúsa a ser víctima y, en medio de sus labores de espía, tiene tiempo para sus propios planes que incluyen un reencuentro con el amor, ahora por el Dr. Mangold. ¿Pero qué sucede cuando la guerra los ponga en campos opuestos?




No hay mejor manera de enfocar una guerra que desde la perspectiva médica. En el ambiente de hospitales de campaña se libran otras batallas, los héroes y los belicosos pierden sus bríos y descubren que son los doctores y enfermeras los verdaderos soldados. En el pasado,  he escrito notas sobre este tema enfocándome en la heroína enfermera.

En el 2014 me quejaba en mi blog de que el aniversario de la Primera Guerra Mundial había pasado casi desapercibido por el universo de las miniseries. Sin embargo la enfermera militar no había sido olvidada en ese universo. En esa nota recuerdo como Georgina en Upstairs Downstairs y Lady Sybil de Downton Abbey fueron enfermeras durante el conflicto. Hasta la detective Phryne Fisher lo fue y eso cambió su vida.



En la nota menciono la nueva adaptación de Testament of Youth, y los dramas de enfermeras The Crimson Field y Anzac Girls. De esta última he hecho una reseña y es la mejor de su subgénero , junto a la miniserie del ’79 de las memorias de Vera Britanny. Quizás porque ambas estén basadas en las experiencias de enfermeras reales. Las acercan a Davos dos factores, enfermeras que llegan casi sin preparación a la zona de combate y acaban adquiriendo la pericia de un médico,  y el dolor de perder novio en el conflicto.

The Crimson Field pudo ser mejor en su descripción de un fenómeno de la Inglaterra de la Gran Guerra, la aparición de las V.A.D.  jóvenes de buena familia que se ofrecieron de voluntarias en los hospitales militares. El problema de la serie es que se la pasaron más en las intrigas de los muchos villanos, el principal la burocracia militar, y no supieron desarrollar a las cuatro protagonistas.



He hablado de las enfermeras del ejército británico, pero no fueron solo las inglesas las que sirvieron a sus patrias curando heridos. En la adaptación de Dr. Zhivago del 2002, Keira Knightley nos mostró el vivir de una enfermera en el frente ruso prerrevolución. En el 2015, los belgas hicieron In Flanders Field sobre una joven de buena familia que, tras vivir la ocupación alemana de Bruselas, busca ser útil en un hospital militar.

                            Keira en uniforme de enfermera

En el 2022, Netflix y la televisión francesa decidieron unirse para Les Combattants, un retrato del frente francés en 1915 enfocándose en tres mujeres en un pueblo donde el convento local ha sido convertido en hospital. La trama sigue a una prostituta parisina que busca a su hijo-sodado; una doctora, buscada por la policía por practicar abortos; y una monja-enfermera.

La prostituta se vuelve espía y se encuentra con su ex amante que ahora está casada con un oficial. La doctora se mete al convento y comienza a dar órdenes a pesar de que la policía le pisa los talones y la monja cae víctima de la pasión por un desertor alemán.

Mas allá del wokismo irrespetuoso de Netflix, entra un desagradable cliché de este subgénero, la enfermera que se enamora de un enemigo. Lo tuvimos em Les Combattants, en In Flanders Field y hasta en The Crimson Field, una enfermera enfrenta cargos de traición por su romance con un alemán. La diferencia en Davos 1917 es que Johanna sirve en un hospital alemán y Erich es su paciente. Lo curioso es que aunque la enfermera tenga tantos vínculos con el ejercito germano, le repugne ayudar a los espías teutones.

Entre Edith Cavell y Mata Hari

Davos pertenece al género de espionaje que marcaría el cine que gira alrededor de la Gran Guerra. Al cabo de esta surgieron los nombres icónicos de dos mujeres, ambas espiaban, solo que para diferentes bandos. Una fue la enfermera inglesa Edith Cavell, ejecutada por los alemanes por su labor pro-aliada en Bélgica. La otra,  la exótica Mata Hari, la bailarina holandesa fusilada por los franceses por ser una agente germana. En Davos1917 han tomado la profesión de Cavell y el bando de Mata Hari para su heroína, pero le han agregado que Johanna trabaja en el espionaje a regañadientes.

                                                       Edith Cavell




Hay un letrero que sigue a los créditos que dice “Inspirada en eventos reales”. Cuidado. Ni Johanna, ni Mangold existieron. Alguien dijo que la Condesa Ilse, la handler de la enfermera, estaba basada en la famosa Fraulein Doktor, pero esa espía trabajó en Bélgica, no en Suiza y su modus operandis era muy diferente al de la tísica agente.



Hubo muchas jóvenes suizas que sintieron la vocación de servir en hospitales en ambos bandos del conflicto. Nunca sabemos por qué Johanna escogió atender a soldados alemanes. A diferencia de la Segunda Guerra Mundial, la Gran Guerra no tuvo un bando que pudiese admirarse ni por sus motivos ni por su comportamiento en el campo de batalla.

La Condesa Ilse le endilga un sermón a Johanna sobre los motivos imperialistas de Inglaterra y Francia para iniciar una guerra. Incluso se lanza en contra de Bélgica, el país más maltratado, aludiendo a las atrocidades colonialistas cometidas en el Congo. Ilse es monarquista y acusa a la democracia de ser “ capitalista y nacionalista”. Cuando Johanna, que se define como pacifista, se vanagloria de la neutralidad de su patria, la condesa le recuerda que Suiza ha hecho una fortuna vendiéndole armas a ambos bandos.

Realidad y Ficción en Davos

Hay alusiones a eventos reales como el escándalo en los servicios de inteligencia suizos que se vieron sacudidos por la infiltración de espías. Obvio que no es cierto que Johanna haya recuperado el medidor rompe códigos (equivalente al Enigma de la Segunda Guerra Mundial) para su país.



Otro suceso real fue la conspiración para regresar a Lenin a Rusia. Para 1917, el Kaiser y su alto mando tenían claro que no podían continuar con una guerra en dos frentes. Para sacar al primo Nicky de la ecuación, el Kaiser dio permiso para que retornaran del exilio a Vladimir Ilich que estaba de refugiado en Zúrich.  Me ha encantado ver a Ivan Schvedoff , mi querido Kardakov de Babylon Berlin interpretando a Alexander Parvus, uno de los últimos grandes aventureros judíos, que fue instrumental para enviar a Lenin a hacer su revolución.

La idea era que agitase los ánimos en Rusia y obligase al Zar a dejar el campo de batalla para impedir una revolución en casa. Lo que Kaiser Willy nunca imaginó es que esta revolución acabaría con la vida de su primo y su familia, que implantaría una nueva ideología en Europa y que el coletazo pondría fin al reinado de los Hohenzollerns en Alemania.

                                  Lenin en Davos

Algo que no sé si sea cierto es ese plan de los ingleses de invadir Suiza desde la frontera italiana. Existió el Plan H, pero era una avanzada francesa hacia Alemania atropellando la neutralidad suiza. Lo de los detonadores es cierto, como lo del accidente ferroviario. Se conocen hoy 120 casos de suizos que fungieron como espías de ambos bandos.

 En general,  la serie se siente verídica incluso en el no adjudicar la culpa del conflicto a un bando especifico. Aquí no hay buenos ni malos. Las actuaciones son estupendas.  David Kross ya ha demostrado su pericia desde The Reader. A Jeanette Hain solo la conocía como la Frau Benda de Babylon Berlin, aquí como Ilse von Hausner está espectacular y espeluznante encarnando a una mujer moribunda que insiste en ser relevante de la forma más negativa posible.

Me ha gustado mucho la Devenport, más que como Sisi, y admiro su profesionalismo que la ayudó a actuar bajo temperaturas extremas que le provocaron una neumonía. La serie fue grabada casi toda en invierno, usándose los jardines del incendiado Hotel Waldhaus en Vulpera y un antiguo sanatorio de la Fundación Augusta Victoria.



Contenido Violento y Gory: Asesinatos, una escena de tortura, un descarrilamiento de tren y muchas heridas pavorosas.

Contenido Sexual y Desnudos: Aunque Johanna tiene sexo tanto con su prometido como con Mangold, no muestran nada indecoroso

Factor Feminista: La serie se enfoca en dos aspectos del tema. El sometimiento de la mujer a su familia y sobre todo a los varones de esta,  y el empoderamiento del trabajo, de como una mujer puede encontrar voz en el área médica y en el espionaje. Tenemos a Johanna constantemente impresionando con los conocimientos adquiridos como enfermera en el frente que a veces la colocan a la altura de un médico, pero también impresiona a la condesa y a los superiores de esta su capacidad para tomar decisiones impromptu y para sacar sus propias deducciones, habilidades indispensables en una espía.

                                Johanna salvando vidas

La Condesa le dice a Johanna una verdad terrible: “ambas necesitamos de esta guerra” porque las ha liberado a ambas. Esa sería la moraleja detrás de todos los relatos de enfermeras de campaña y de historias de espionaje en donde se involucran las mujeres.

Aunque la serie iba a cifrarse originalmente en el medico-desertor Mangold, durante la investigación histórica dieron con muchos ejemplos de jóvenes suizas que sirvieron como enfermeras en ambos bandos. De su correspondencia se dedujo que aunque muchas fueron motivadas por la compasión, otras iban impulsadas por un anhelo de aventuras y para huir de vidas estrechas. De esas ansias de libertad surgió el personaje de Johanna.

                                  Johanna en el campo de batalla

Factor Diversidad: El sanatorio de la familia de Johanna alberga pacientes de todas las nacionalidades: suizos, alemanes, rusos y la mujer de un general inglés. Zaire, el ordenanza del general, es congolés. Cuando Mangold le pregunta cómo puede estar de parte de los Aliados, después de lo que los belgas hicieron con su gente, Zaire responde que es “el maldito ciclo de vída” . Las atrocidades cometidas por los belgas con su pueblo ahora las cometen los alemanes con los belgas.



Davos 1917 está disponible en España vía Filmin. Como ya tiene subtítulos en español pueden buscarla en esos sitios donde el público hispanoparlante baja sus series. Ha ocurrido algo curioso, tanto interés suscitó la serie que Luca Brosch la ha publicado en formato de libro. Su versión traducida puede adquirirse en La Casa del Libro y en Amazon.



4 comentarios:

  1. I have not seen it as it is not on Torrents, but I do love David Cross for some reason, there was a film in which he played a German soccer player in UK after WW2 and he was cute as button in it. I need to first find and watch SISI temporada finalmente. But it is the Eurovision song week, so I am watching that all week long cheering for Austria and lovely Yuval from Israel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Thank you Gattocito for supporting Israeli talent. I kike La Devenport better here, she is more expressive, and I’ve liked David since I saw him in the Reader with Kate W. Funny that is not in Torrent when it has been translated to Spanish, Italian, German and English

      Eliminar