Para ser una
serie limitada, ofrecida por una
plataforma modesta (ChaiFlicks) , Kafka ha recibido numerosos elogios de
críticos en publicaciones del mundo angloparlante como The Guardian y The Hollywood Reporter. Tal vez porque en el centenario del fallecimiento del escritor, el poder e influencia “kafkianos “ todavía perdura en nuestra visión
del mundo.
En esta miniserie
de seis episodios se destruyen muchos mitos sobre el escritor checo, pero
destaca la premonitoria onda kafkiana. Toda su obra estaba cargada del presentimiento
de una catástrofe de la que una muerte temprana lo salvó, pero que se tragó a seis millones de judíos, incluyendo
a las hermanas de Frank Kafka.
La influencia de
Kafka en la literatura moderna ha sido universal, desde Sartre a Murakami, desde
Borges a Ray Bradbury. García Márquez dijo que sin La Metamorfosis nunca
se hubiese atrevido a crear el realismo mágico. Incluso el cine la utiliza, pensemos en filmes de culto como Brasil
de Terry Gilliam o el Barton Fink de Los Hermanos Coen.
Hay tanta
contradicción y tantos enigmas sobre Franz Kafka que se ha creado una mitología
a su alrededor que invariablemente recurre a su literatura fantástica y mega
original para definirlo. Es lo que hace la miniserie austro-germana, mezclando imágenes
oníricas, rompiendo la cuarta pared, e
incorporando extractos de su obra, sean
cuentos o cartas, para darnos un retrato
del Mago de Praga cuya historia no puede apegarse a rígidas cronologías. Kafka
era demasiado mágico, demasiado estrambótico, para ser explicado de manera formal.
Luz, Optimismo
y un Gran Elenco
No se crean que
se trata de una trama oscura y bizantina. Es una historia optimista, luminosa, con mucho sol, que no cae en la oscuridad que
aflige al period drama de hoy en día. Únicamente se oscurece en los
momentos en que la realidad abraza la imaginación portentosa, pero depresiva,
del escritor. Es dinámica gracias a los muchos sitios que el judío checo habitó
que incluye variados espacios geográficos puesto que, en su breve vida, Kafka
fue un viajero infatigable.
Debe mencionarse
que un gran mérito de la serie es el elenco: El suizo-israeli Joel Basman (The
Awakening of Motti Volkbruch) es un Kafka simpático y risueño; Liv Lisa Fríes
(Babylon Berlin) es Milena Jesesnka, uno de los grandes amores del autor de La Metamorfosis
;y David Kross (al que no veía desde que
interpretara a la versión joven de Ralph Fiennes en The Reader) es Max
Brod.
Lars Eidinger, el
desequilibrado industrial Nyssen en Babylon Berlin, da vida al poeta Rainer Maria Rilke, gran
admirador de Kafka. De Babylon Berlin tambien se han traído a Christian
Friedl, el jovial fotógrafo gay Hoffmann, hoy muy de moda por su retrato de
Rudolf Hoss en Zona de Interés y que aquí encarna al novelista Franz Werfel,
amigo del escritor y miembro del Círculo de Praga.
En las últimas décadas,
Franz Kafka ha seguido capturando imaginaciones populares y su historiografía
aumenta con nuevos amagos de biografía. A Kafka se le ha acusado de sufrir de
diferentes neurosis, síndromes y trastornos desde anorexia hasta Asperger. La
serie se apoya en la biografía de Reiner Stach quien ha destruido la armadura
de mitos y extraído de ella a un Kafka bastante humano.
Más Allá de
Mitos
Kafka nos lleva a conocer a otro Kafka, no el
solitario, tímido y antisocial. El verdadero era muy amistoso, a pesar de sus excentricidades
(si era vegano y mascaba todo alimento cuarenta
veces), caía bien a la gente y , como explica Brod, era parte indispensable del
Círculo de Praga, compuesto por Brod, Werfel, el musico ciego Oscar Baum (Tobias
Bammborschke) y el novelista Felix Weltsch (Robert Stadlober de Tannbach y Das Boot).
Otro mito es que
Kafka odiaba su empleo y se sentía atrapado en el cómo Gregor Samsa en su caparazón
de cucaracha. En realidad, era muy activo en los casos en que tenía que representar
legalmente a desposeídos. Sus jefes estaban encantados con el joven abogado, lo
ascendían constantemente e hicieron esfuerzos para que no lo reclutase el
ejercito Austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial.
Hay biógrafos que
han discutido hasta la náusea, la sexualidad
de Kafka. Como muchos hombres de su medio y tiempo, prefería comprar sexo, eso
no le impidió tener relaciones intensas con varias mujeres y estar comprometido
en tres ocasiones. Su relación con prostitutas no era motivo de vergüenza ni
secreto. En la serie, Brod admira eso en
su amigo, la facilidad con la que se
relaciona con trabajadoras sexuales, a las que trata como si fueran sus amigas.
La serie intenta
crear un retrato nuevo y más fidedigno del cuentista, pero se cifra en las tres
mujeres más importantes de su vida: Felice Bauer, Milena Jesenska y Dora
Diamant. No se trata de un enfoque romántico como en La Gloria de la Vida,
el nuevo filme alemán con Sabin Trambea (Ku’Damm, La Casa Alemana) dando vida a Kafka y Henriette Confurious (Tannbach) a Diamant. En la serie, el elemento romántico es un poco satírico,
pero nos muestra que el único problema que Kafka tenía con el sexo es que no
podía combinarlo con el amor.
La omnipresente
comedia en la serie ayuda a desenterrar aspectos importantes de Kafka como su
identidad judía. Los biógrafos se han esmerado en desvestir a Kafka de
cualquier cosa que lo identifique como judío, mostrándolo como un ser
totalmente asimilado cuya dualidad provenía de ser parte de la nueva república
de Checoeslovaquia a pesar de escribir en alemán.
Se olvidan del
interés de Kafka por mantener el idioma yiddish, su admiración por el teatro
yiddish, su amistad con el actor YItzhak Lowry y su fascinación con los cuentos
de hadas del rabino jasídico Nahman de Bretzlav que muchos consideran
inspiraron la obra kafkiana. Kafka llegó
a esos cuentos gracias a la mujer más importante de su vida, Dora Diamant. La serie de nuevo para no chocar
con el filme La gloria de la vida, no nos la pinta muy simpática, sino
como controladora (hasta Hermann Kafka se doblega ante ella) y hace parecer que
Milena fue el gran amor de Kafka.
Por el contrario,
todos los amigos de Kafka coinciden que Dora fue una influencia maravillosa en
la vida del novelista. Que lo ayudó a librarse del yugo paterno y de sus complejos.
“Le dio un nuevo y final capitulo a la vida de Kafka” es como la definiría Max
Brod. Junto a ella, Kafka planea hacer Aliyah (emigrar a Israel) , estudia el
Talmud (Dora era ortodoxa y de familia jasídica) y es conmovedor verlo
recitando (aun moribundo) , la oración del encendido de las velas del Shabbath.
Felice, La
Inquisidora
La serie también
explora la relación de Kafka con el sionismo que abrazaban tanto sus amigos
(Brod y Weltsch) como sus parejas (Bauer y Diamant). A pesar de que tenemos el testimonio de Kafka
(en su diario privado) de que en su primer encuentro con Felice Bauer la vio
fea y desabrida, la serie nos describe ese momento como una reunión de almas
gemelas.
Felice, una dactilógrafa
berlinesa, era prima política de Max Brod. Kafka la conoció en 1912, en la casa
de los Brod en Praga. Aunque (en la serie) no se simpatizan inicialmente, todo cambia cuando el escritor descubre que
ella habla hebreo y que planea hacer Aliyah. Ambos deciden viajar juntos
a Tel Aviv (esto es cierto) donde como dice Kafka: “ser judío no es una imposición para los
demás”.
A partir de ese
primer encuentro, Kafka comenzó a escribirle a Felice—de retorno en Alemania— diariamente
por los próximos tres años. Hubo algunos viajes, tanto de ella a Praga como de Kafka a Berlín. Como suele ocurrir en esas relaciones, verse
físicamente bajaba el ardor del novio. En
la serie, los amigos se burlan de Kafka
diciendo que el escritor encuentra a la Felice real poco atractiva, pero también
tenemos la impresión de que mentalmente son opuestos y que a Kafka le da miedo
el aburguesamiento y responsabilidades del matrimonio.
Aun así, en algún
momento, el escritor pidió la mano de su novia epistolar. Su poco entusiasmo
con la relación se hace patente en la fiesta de compromiso (que tuvo lugar en
la festividad judía de Shavuot) en la que el escritor se ve incomodo ante el
espectáculo de su familia y Los Bauer juntos en el mismo cuarto. Para colmo, su
padre, el temible Hermann Kafka, ha
tomado la precaución de hacer investigar a su futura nuera, algo que hará con
todas las novias serias de su hijo.
De regreso en
Alemania, Felice nota un cambio en las cartas, Siente que Kafka no quiere
casarse. Envía a su amiga Grete Bloch a Praga a investigar. La investigación
tiene otros resultados, Kafka se obsesiona con Fraulein Bloch, la convierte en
su confidente y comienza a escribirle diariamente.
El clímax llega
en una visita que Kafka hace a su prometida en Berlín en vísperas de la Primera
Guerra Mundial. En el hotel, el conserje le dicen que lo esperan en un salón
privado. El cuentista se encuentra encerrado en un cuarto oscuro, donde
detrás de una mesa están sentadas Felice, su hermana, y Grete.
La astuta zorra
le ha enseñado a su “amiga” fragmentos de las cartas de Kafka con críticas a
Felice y sus dudas sobre casarse con ella. Las Bauer han decidido interrogar a
Kafka de una manera inquisitorial. El resultado es el fin del primer compromiso
del escritor. Creí que se trataba de otro de los juegos oníricos de la serie,
pero este episodio ocurrió en la vida real. Mas tarde, Kafka lo describiría como
“sentirse enjuiciado”, Se comprende que después de tal experiencia, Franz Kafka haya escrito El Proceso.
¿Tuvo Kafka un
Hijo?
Lo interesante es
que Grete ha cortado parte de las cartas recibidas. ¿Que hay en esos trozos
perdidos? Obviamente algo que compromete a la delatora. Un año más tarde, Grete da a luz a un hijo de padre desconocido
que morirá en 1921. A fines de esa
década, Grete escribe a su amigo, el músico Wolfgang Alexander Schocken, contándole
que el padre de su hijo murió en 1924 y que fue enterrado en Praga.
Cuando Wolfgang
le muestra la carta a Max Brod (entonces vivían ya en lo que hoy es Israel)
este suma 2+2 y concluye que el hijo era de Kafka. A pesar de que hay biógrafos
que disputan esa imputación, yo soy del equipo que cree que Grete y Kafka
fueron amantes y que hubo un fruto de esa relación clandestina.
En la vida real,
Felice Bauer no podía vivir sin Kafka. En 1917 lo siguió a Marienbad donde
volvieron a comprometerse y pasaron diez días idílicos. Como se sabe que
compartieron el mismo cuarto de hotel, los biógrafos concluyen que esa relación
se volvió física, a pesar de que la serie nos enseña un Kafka más interesado en
hablar de literatura que en el sexo.
Es en este encuentro donde nos damos cuenta de por qué Felice nunca fue el alma gemela del
escritor. Kafka tiene una charla sobre su obra a la que asiste Rilke. El poeta está
enamorado de la obra kafkiana. En cambio, Felice esta descontenta con el rumbo literario
que ha tomado su prometido.
Encuentra que
historias como El Proceso y La Colonia Carcelaria son trabajos
desagradables que le provocan vergüenza. A mi parecer ambas obras presagian el Holocausto
el auge de los gobiernos totalitarios. Aunque ahora al notar que las torturas
del último relato son manejadas por una máquina de escribir, veo también la
influencia de la relación de Kafka con Felice y cuan gravosa le era.
A pesar de que la
serie dedica el tercer episodio a la tortuosa vida familiar de Kafka, agradecemos
que todo no sea un constante conflicto entre Hermann y su hijo. Lo único nuevo
que nos muestran es que Kafka pere era igual de odioso con sus hijas y
hasta con la criada.
Lo novedoso de Kafka
ha sido enfocarse en las mujeres del escritor, a pesar de que han dejado afuera
a Julie Wohryzek. Me toca a mi hablar de ella. En el verano del 1920, Kafka
conoció a Julie, una camarera del hotel donde se hospedaba. Iniciaron una
relación íntima, se comprometieron y hablaron de vivir juntos. Julie estaba todavía
de luto por su novio muerto en la guerra. Tal como el difunto , Julie era un
ardiente sionista. Se cree que esta fue la razón por la cual el padre de Kafka
se opuso a esa relación.
En realidad, es que el detective empleado por Hermann
descubrió que la moral de Julie no era la esperada para satisfacer las
exigencias del patriarca. Como no hubo correspondencia entre los amantes, Juile
es despreciada por los biógrafos. Puede que Franz rompiese su compromiso,
porque aunado a la oposición paterna, existía otro factor. Se había enamorado
de otra mujer
El Affaire Milena
ocupa todo un episodio, y ella aparece en una visión de Kafka del Castillo
en el episodio final. También aparece visitando a Kafka casi al borde la muerte
de este. Por ser la más conocida de los amores de Kafka, Milena es también la más
interesante. Acabo de ver a Liv Lisa Fries en The Last Session of Freud,
filme malísimo, pero donde ella destaca como la sufrida hija del gran
psiquiatra. Aquí demuestra una madurez actoral que la aleja de su Charlotte Ritter de Babylon Berlin
(su rol más conocido).
Kafka y el
Holocausto
Dije al comenzar
que la vida de Kafka y la miniserie se desarrollaron bajo la sombra del
Holocausto. Aunque Kafka murió en 1924, su epidermis sensible lo hacía presentir
que se acercaba un gran cataclismo que devoraría su mundo y a muchos de sus seres
queridos. En su obra hay temáticas que presagian la hecatombe como las torturas
de La Colonia Carcelaria, el estado policial de El Proceso y la “otredad”
que condena a alguien a ser un paria en La Metamorfosis.
Se ha dicho que
Kafka se salvó de los horrores del Holocausto. La ironía es que murió de hambre
como muchos judíos en ghettos y campos de concentración. Al final del cuarto
episodio nos cuentan que los padres de Kafka también murieron antes de la
guerra, en eso fueron privilegiados.
No se puede decir
lo mismo de sus hermanas, quienes junto a sus familias murieron durante el Holocausto.
Gabriele, “Ellie”, la mayor, murió en el Ghetto de Lodz. Valerie, “Vallie”, murió en la cámara de gas de Chelmno, uno de
los peores campos de exterminio, Ottilia, “Ottla”, la menor y la favorita de Kafka, acabó el “Ghetto Modelo” de Theresienstad donde
estaba cargo de la sección infantil. En 1943, esa sección fue enviada a Polonia.
Ottla se negó a abandonar a sus alumnos y acabó con ellos gaseada en Auschwitz.
Los amigos y
mujeres de Kafka no tuvieron mejor suerte. Aunque el Circulo de Praga logró
huir a Tierra Santa, Ytzhak Lowry fue encerrado en el Ghetto de Varsovia y
finalmente trasladado hasta Treblinka donde fue asesinado. Grete Bloch, que
pudo ser madre de un hijo de Kafka y Julie, que pudo llegar a ser su esposa, murieron en Auschwitz.
Milena se unió a la Resistencia checa, salvó a muchos niños judíos (Yad Vashem
la considera una “Justa Honoraria”) hasta que fue arrestada y enviada al campo
de mujeres de Ravensbruck donde murió.
Felice Bauer y
Dora Diamant sobrevivieron al genocidio nazi. Ambas han pasado a la historia como depositarias
de la correspondencia intima del escritor. Correspondencia que hoy se considera
literatura. Felice, eventualmente se casó y tuvo una hija. Debió huir de
Alemania al llegar los nazis al poder. Instalada en Estados Unidos y presionada
por falta de dinero, vendió las cartas y
así su relación con Franz Kafka nos ha llegado al público.
El caso de Dora Diamant
es más complejo. Su vida cambió tras la muerte de su pareja. Dejó de ser
maestra y entró en el mundo del teatro. Se casó con un judío alemán, Lutz Lask,
y tuvo una hija la que llamó Franziska en honor a su ex amante. Los Lask eran
comunistas y editaban el periódico Die Rote Fahne (La Bandera Roja). La
Gestapo irrumpió en su casa y requiso sus documentos incluyendo cuadernos,
cartas y tal vez la última novela de Kafka.
Los Lask huyeron
a la Unión Soviética donde Lutz fue víctima de las purgas de Stalin y enviado
al Gulag. Dora y su hija lograron huir a Inglaterra donde fueron encerradas, como muchos judíos alemanes, en un campo de detención en la Isla de Man. Al
salir en libertad, Dora intentó ganarse la vida de muchas maneras. Planeaba
hacer Aliyah cuando murió, en 1952, de insuficiencia renal.
Desde 1996 el Proyecto
Kafka de la Universidad de San Diego han intentado rastrear los papeles de
Kafka que la Gestapo le robó a Dora. Me temo que tal proyecto pueda acabar
ahora que la USD se ha vuelto ta antisionista. El proyecto es mantenido gracias
a donaciones, muchas de Israel, y en conjunto con el Instituto Hadassah de la
Universidad Brandeis, conocida por sus lazos con la nación hebrea.
Por suerte para
nosotros, el gran caudal de la obra literaria de Kafka, más sus diarios y
material epistolar, cayeron en manos de Max
Brod, quien incumplió la promesa hecha a su amigo de destruirlos. Tanto Brod
como su botín lograron huir de los nazis. Es por eso por lo que la serie Kafka
comienza retratando fidedignamente el modo en que Max, su mujer y otras amistades escaparon de Praga
en 1939, en el último tren antes que los nazis cerrasen las fronteras del
protectorado. Es la manera de la serie de vincular desde el comienzo vida y
obra de Kafka con el Holocausto.
Contenido
Violento y Gory: La dramatización
de La Colonia Carcelaria con sangre y tortura.
Contenido
Sexual y Desnudos: La
victima de La Colonia Carcelaria está desnuda. Hay una escena muy tierna
(y erótica) en que para demostrarle a Kafka que el sexo puede hacerse con amor,
Milena muestra un poquito de busto.
Factor
Feminista: Todas las
parejas de Kafka en la serie (la dactilógrafa Felice, la traductora Milena, la
maestra Dora) son mujeres que trabajan, independientes y dotadas de cierta erudición.
Contrastan con las oprimidas hermanas de Kafka todavía obligadas a casarse con
el hombre que el padre elija para ellas.
Factor Diversidad: Hay un amago de mostrar la diversidad del imperio autro-hungaro que se desmembró en vida de Kafka. Aun así, no hay mucha discusión sobre la opinión de Kafka en temas como política, diversidad étnica, ni siquiera sobre la guerra, a pesar de que Max lo apremia a expresar opiniones sobre el conflicto.
Lo que si hay es
un buen retrato de la diversidad judía. Los Kafka son judíos totalmente
aburguesados y asimilados. Sin embargo, Franz siente el roce del antisemitismo
y con la excepción de Milena, solo se
relaciona con judíos, pero no todos ellos son iguales. Contrastan los
asimilados sean comerciantes como Hermann Kafka, o intelectuales como Franz Werfel, con sionistas como Max Brod y Felice Bauer.
Ciertamente el mayor
contraste es con alguien como el actor Ytzhak Lowry que representa un mundo del
que huyeron los padres de todos ellos y que los hijos quisieran no recordar. El
mundo del judío pobre , que todavía practica una religión ortodoxa, cuya
cultura reside en el Yiddish, no en el alemán o el checo.
El que Hermann
expulse de su casa al amigo de su hijo representa la tremenda división del
mundo judío europeo en vísperas del Holocausto. El que Franz abrace el teatro
yiddish es muestra de su tolerancia y curiosidad intelectual por conocer sus raíces,
pero es también otra muestra de su excentricidad que lo hizo siempre ser “un
otro” aun dentro del mundo judío.
De toda la obra de Kafka ¿Cuál es tu favorita? La mía es El Castillo.
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