Después de mi
sorpresa con Mrs. Maisel, decidí
continuar en peregrinación de humildad revisando despreciadas series del pasado
y viéndolas con óptica de vieja sesentera,
más tolerante que su predecesora. Así me di de bruces con The Knick
(2014) y me cubrí de cenizas en un acto de arrepentimiento y de admiración ante
un duro drama de época que combina el atraso/progreso de la medicina con un
cruel retrato de una Nueva York que sigue sufriendo de muchos de esos males que
la aquejaron en La Edad Dorada.
Mi primera
impresión de The Knick fue de gran desagrado. Clive Owen dejó de
gustarme en una interpretación que vi como una versión 1900 del Dr. House. Un drogadicto que se pasa la noche en
fumaderos de opio, y los días sintiéndose la última limonada del desierto en un
hospital donde todos le rinden pleitesía y donde se da el lujo de ser racista.
En el 2013 yo sabía
cero de wokismo, Black Lives Matter y
fragilidades blancas. Yo solo sabía lo que se me había enseñado desde pequeña, que la gente se diferenciaba por modales,
código moral e instrucción, no por el color de la piel. Aun así, tampoco me cayó
muy bien el Dr. Edwards (Andre Holland) que
era agresivo cuando debía ser humilde y llorón cuando debía mostrarse firme y
digno.
En el campo de
personajes femeninos tampoco encontré nada atractivo. Lucy Nelkins (Eve Hewson,
Hija de Bono de U2), la enfermerita recién llegada del campo, me dio un poco de lástima, pero de ahí a caerme
bien… Tampoco me impresionó la respondona y fumadora Sor Harriet (Cara Seymour) y ciertamente me desagradó
Juliet Rylance (McMafia, Perry Mason) como Cornelia Robertson, una ricachona que, en
representación de su padre, mantiene económicamente al hospital.
El Verdadero
John Thackeray
Casi una década más
tarde le eché una mirada y supe reconocer que me había equivocado. No se trata de
una imitación House. Clive Owen da vida a un médico que está inspirado en el célebre
John Stewart Halsted. Como John Thackeray, Halsted utilizó las drogas en
experimentos en los que él fue la cobaya (tal como hizo Freud). Debemos
recordar que hasta entrado el siglo 20 no se entendía el fenómeno de la
drogadicción; la cocaína y la morfina se vendían sin recetas; y ningún médico
experimentaba con ellas para placer propio.
Halsted, como
Thackeray, fue un médico brillante e innovador. Fue uno de los cuatro fundadores
de John Hopkins, la mejor Facultad de Medicina de los Estados Unidos, y una de
las mejores del mundo. Fue un campeón de los antisépticos, inventó la mastectomía
radical, cambió el perfil de la cirugía e introdujo el uso de guantes de goma
en el quirófano.
La fama y respeto
que genera Thackeray, medico maverick, creador de nuevas piezas quirúrgicas, y abierto
a nuevas ideas, es merecida. Eso lo hace altanero y terco. La única autoridad
que reconoce y respeta es la del jefe del hospital, Julius Mannering. Cuando Julius
se suicida ( deprimido después de la muerte de una paciente en el quirófano), Thackeray
se convierte en jefe de cirugía.
Es ahí cuando descubre que su título es inútil, quien lo organiza todo es el “civil” Barrows (Jeremy Bobb), corrupto como el solo y económicamente quien da las ordenes es el Capitán Robertson (Grainger Hines), un ex filibustero al que Thackeray conociera en Nicaragua. Para mayor ofensa, Robertson ha delegado el poder en su hija. Es Cornelia quien obliga a Thackeray (so pena de no instalar y costear la instalación electica del hospital) a aceptar como su ayudante al Dr. Algernon Edwards.
Junto con ser protegido ( es
hijo del cochero) de los Robertson, Edwards es un graduado de la Facultad de Medicina
de Harvard y ha estado trabajando bajo las órdenes de prestigiosos médicos en Londres
y País. Su gran problema es el color de su piel, y Thackeray, altanero y racista, no quiere un hospital inclusivo. El Knick
(inspirado en el verdadero Knickerbocker Hospital de Harlem) acepta pacientes
blancos solamente.
Edwards es
perseguido por burlas, insultos y humillaciones por parte de su jefe, del
personal médico del hospital y hasta de los pacientes. Elige quedarse porque se
da cuenta que Thackeray es un genio y quiere aprender de él. La última burla es poner al nuevo medico en
una “oficina” en el sótano. Ahí con trastos viejos , el Dr. Edwards instala un
dispensario clandestino para atender pacientes afroamericano.
Secretos de
Hospital
Algernon Edwards
pasa ser otro miembro del Knick que esconde un secreto. ¿Por ejemplo como es
que Barrow sobrevive a sus tratos con mafiosos que lo endeudan hasta el punto
de que como dice “robo a Pedro para pagar a Pablo”? Cuando Pedro y Pablo vienen
a cobrar, la vida de Barrow corre
peligro. La mano derecha de Barrows es el camillero y cochero de ambulancia Tom
Cleary (Chris Sullivan)que anda literalmente a la caza de heridos, incluso disputándoselos
a otros enfermeros para traerlos al Knick. Por esa actividad extracurricular,
el irlandés recibe una comisión de Barrow.
Es un secreto a voces
que Cleary es a quien llamar cuando se necesita cometer algún delito. Cuando el
equipo de Thackeray necesita introducirse ilícitamente en la biblioteca de
Columbia en busca de un artículo de un médico francés , es a Cleary y sus ganzúas
a quienes solicitan ayuda.
Será Leary quien
descubra las andanzas nocturnas de la Hermana Harriet, la monja partera que
trabaja a domicilio ayudando a mujeres sin recursos. El descubrimiento de las
actividades, entonces delictivas, de la monja que debe ir de civil , crea una extraña
sinergia entre estos inmigrantes de la Isla Esmeralda, que combina chantaje y romance.
Por supuesto que
el gran secreto es la drogadicción de Thackeray solo conocida por la tímida
Lucy una enfermera que acaba de llegar a la gran ciudad desde el viejo Sur y que
debe atender al mal educado medico durante una crisis. Poco a poco, Lucy se
hará indispensable para el drogadicto, en el quirófano, en la cama, y como recaudadora de drogas cuando la Guerra
del ’98 acabe con el suplemento de cocaína y opio del Oriente.
Hasta Cornelia
guarda secretos bajo sus corses, el de tela y varillas, y el mental que la agobia con dudas sobre
porque su padre confía más que en ella que en su hermano. Son los secretos los
que crean una atmosfera opresiva y oscura de lo que debería ser un espacio de
luz y progreso.
Tras una exitosísima
carrera en el cine (Erin Brockovich, Traffic y las saga de los Ocean’s
Eleven ) y de convertir a su actor fetiche George Clooney en ganador dos veces
del Oscar, Steven Soderbergh decidió meter mano en la televisión. The Knick
es un retrato de una Nueva York que se aleja de la glamorosa imagen de la Gilded
Age que nos dan las novelas de Edith Wharton y la serie de Lord Julian Fellowes.
Este retrato naturalista
de la Gran Manzana nos muestra el contraste entre gente adinerada y poderosa
como los Robertson y la pobreza de los pacientes del hospital. Se trata de una
sociedad asfixiada por la miseria, el racismo, la criminalidad, los
inmigrantes, las ratas. ¿Hablamos del 1900 o del 2023?
Jack Amiel y
Michael Begler que nos regalaran la excelente primera temporada de Perry Mason, han sabido crear un relato naturalista y hasta
cierto punto sórdido sin llegar al tremendismo de The Alienist que después de todo trataba de los crímenes de
depredadores sexuales.
The Knick que recibió un Emmy y varios premios Satélite, aparte de varias nominaciones a otros galardones, nos recuerda la excelente serie inglesa Casualty 1900 y representa —como dice mi título— el lado más oscuro de La Edad Dorada. Puede verse en HBO/Max.
Contenido
Violento y Gory: Cada
operación es para cerrar los ojos o vomitar. Casi tanto como las heridas o los
métodos de los hampones para cobrar. La peor
escena para mi es cuando un cobrador le arranca una muela a Barrow diciendo que
la guarda como “colateral “hasta que le pague su deuda.
Contenido
Sexual y Desnudos: Muchos cadáveres desnudos y azulencos, nada
muy sexy. En el tercer episodio vemos un topless de una prostituta y más adelante
un desnudo total de Rylance. Varias situaciones sexuales, pero ninguna de al
gusto o muy gráfica.
Factor
Feminista: Las mujeres de
la obra están divididas entre víctimas y las que intentan salir de la esfera
patriarcal. Al comienzo creí a Thackeray un misógino, pero pronto su delicadeza
al tratar a Abby, su gentileza con la pequeña Cora, y el respeto a regañadientes que les da a
Peggy y a Cornelia, me hizo ver mi error.
Vemos a las mujeres ser víctimas de sus esposos que les contagian enfermedades silenciosas
como la sífilis que destruye el rostro de Abby, o de sistemas psiquiátricos que también las
destruyen en vez de curarlas como ocurre con la esposa de Everett. Incluso
vemos que la Hermana Harriet, con sus
abortos clandestinos, y Cornelia, que supuestamente representa el poder patriarcal
de su padre, caen presas de las trampas
de su sexo y del juicio de hombres que quieren someterlas.
Factor
Diversidad: Creo que de
todos los drama de época estadounidenses de este siglo, The Knick se
lleva el premio del más diverso. No solo tenemos un retrato del racismo que debe
enfrentar un profesional afroamericano a principios del siglo XX. El libreto
además sabe alejar a Edwards de esquema de víctima y crear un personaje de
carne y hueso capaz de escribir artículos en francés para publicaciones médicas,
serle infiel a su esposa negra con una mujer blanca; y de defenderse con sus puños cuando la
oratoria no es suficiente.
En el dispensario
para gente de color que Edwards instala en el sótano del Knick vemos pasar a varios
ejemplos de la clase humilde afro-neoyorquina, incluso a un cubano. Vemos como
Edwards entrena un par de lavanderas negras y las convierte en enfermeras de cirugía,
y vemos como el talento de un hombre
trasciende su color y consigue el respeto y protección de un Robber Baron
como el Capitán Robertson.
El segundo grupo
étnico más representado es el irlandés. Como nos han mostrado The Alienist
y Warrior, en la USA del siglo XX y comienzos del XX, los irlandeses servían solo para dos profesiones:
maleantes y policías. Aquí tenemos
gánsteres irlandeses, pero dos personajes superan estereotipos: la monja Harriet
y Tom Cleary que, aunque dado a ganarse unas monedas de mala manera es buen
ejemplo de las pocas oportunidades que tuvo su gente.
Aparte de los
Hijos de Erin, tenemos también judíos. Los vemos de pacientes del Knick y como
Bertie (Michael Angarano) le cuenta a su
padre, el idioma que ahora deben
aprender los médicos es el yiddish. En la primera temporada tuvimos apariciones
esporádicas del Dr. Levi Zinberg, cirujano del Hospital Mount Sinaí, uno de los hospitales más antiguos de USA.
Mount Sinaí fue fundado en 1852 por un judío ortodoxo llamado Sampson Simpson, como un espacio donde se podía atender
pacientes de origen hebreo que eran rechazados por hospitales “para blancos”.
Zinberg se
convierte en enemigo del cada vez mas paranoico Thackeray que lo ve como su
rival. El médico judío atrae a Bertie Chittering a Mount Sinai, donde el joven
interno no solo encuentra otra manera de ejercer la medicina, también consigue novia
judía ante el asombro de su familia.
El Lejano Oriente
está representado por pacientes del fumadero de opio de Ping Wu, al que Thackeray
es asiduo y las prostitutas de las cuales es cliente. Aparte, la clientela del Knick
incluye italianos, y eslavos de diversos puntos de la Europa Oriental.
I remember that watching the trailer years ago all that surgical equipment scared the hell out of me so I have never watched it, too scary for me. Hospitals scare the crap out of me especially them historical ones.
ResponderEliminarAnd you did right. Those scenes are particularly gruesome. One of the reasons why I didn’t watch it back then, even now I keep my eyes closed or go fast forwarding when it comes to surgical procedures. I do enjoy the description of medical evolution, or the horrific treatments they had for drug addicts and women suffering from depression.
EliminarI also enjoy the milieu and the romances although only one seems to have a happy ending. Watching a New York overwhelmed by racism, immigrants and rats seems like watching her today.
PS speaking of doctors I think you should check FIVE DAYS AT THE MEMORIAL, I just finished it last night and it was really good and also shocking in its ending. I do not know where I was when Katrina hit you, but they sure did cover up a lot in the media. I should also finish HEIRS TO THE LAND tomorrow so I will have two empty spots next week, will probably leave one for GILDED AGE as I want to watch while it airs.
ResponderEliminarI was in Chile, but it broke my heart because New Orleans is my favorite USA city. I'm going to slow down a little then with the Gilded Age recaps.
Eliminar