jueves, 11 de febrero de 2021

De Rusia con Amor: Dramas de época de la era post-Glasnost

 


Tubi es una verdadera feria de diversiones donde puedes encontrar lo más insólito. Mi búsqueda de “Catalinas” rusas me llevó a conocer casi toda la extensión del drama de época de la Rusia del Zar Vlad. Así he pasado de los Mad Men del espionaje a visiones del mundo de la moda soviética, de biopias de grandes novelistas decimonónicos hasta hundirme en un pasado de tribulaciones palaciegas en una Rusia medieval, periodo que solo acabaría con el arribo de Pedro el Grande. No todo me ha gustado, pero créanme, es una experiencia imperdible que nos ofrece una manera de recrear historia, atmosfera del pasado y mentalidad pre siglo XXI.

Yo no era ajena a este despertar de la serie de época post-Glasnost. Había visto en YouTube “Anna, La Detective” que, en realidad, es ucraniana. En Netflix había visto esa épica maravillosa llamada “Road to Calvary”. En Tubi he encontrado un par de series que cubren esta “Era Dr. Zhivago” de la Revolución Rusa como “The White Guard” y “El Almirante”. Aunque admiré la estética de “Road to Calvary”, me deprimió el panegírico de una revolución que devino en uno de los regímenes más totalitarios de la historia.



Por esa misma razón les huyo a los dramas sobre La Gran Guerra Patriótica que es como los soviéticos llamaban a la Segunda Guerra Mundial. Ver al pueblo ruso sacudirse el yugo nazi para seguir bajo el yugo estalinista me desalienta. Yo ando buscando en el pasado pistas de como el ser humano puede ser feliz aun en el absurdo de esta existencia limitada e imperfecta que D-s nos ha dado. Aun así, para el que le interese, hay en Tubi varias series sobre la Segunda Guerra Mundial, incluyendo una sobre mujeres pilotos, las famosas “Brujas de la noche” como las llamaban los alemanes.

Zares del Pasado

Con el Gato Juan Miguel comentábamos lo poco que se sabe incluso nosotros los amigos de la historiasobre la Rusia pre-Revolución. Apenas conocemos los nombres de Pedro el Grande y Catalina, La Grande, pero la historia de Rusia es mucho más. Si quieren pueden irse al Medievo (que en Rusia llegó hasta el Siglo XVII) y enterarse de como el pueblo ruso luchó contra las huestes mongolas en “The Golden Horde”, una miniserie de tres episodios, hecha en el 2018. Para mí los mongoles son como los Dothraki así que me abstengo de verlos en acción.



“Sophia” es la historia de una princesa bizantina obligada a casarse con el Zar de Rusia.  No tenía idea de la existencia de está Sofia Paleólogo ni de su marido. El Siglo XV ruso es para mí como la prehistoria y lo seguirá siéndolo porque no soporté el primer capítulo. Estoy muy exigente, precisamente porque hay tanto que ver y tanto que captura mi imaginación que, si una serie no me atrapa en los primeros veinte minutos, no estoy para perder tiempo con ella.



Un motivo para navegar por series rusas fue buscar “Godunov”. Cuando era pequeña, mi Papá me hizo escuchar la ópera de Mussorgski y me contó la triste historia del Zar Boris Godunov, del destino trágico de su familia, del Falso Dimitri, etc..  Como siempre, necesito del drama de época para entender la historia. Debido a eso, busqué en vano algún filme sobre el tema, pero para Hollywood solo existen Catalina La Grande y Anastasia, la Impostora.

Me dio mucho gusto enterarme que en el reino del Zar Vlad se habían acordado del Zar Boris. Mas gusto descubrir que el Tubiparaiso traía las dos temporadas de la serie. El primer capítulo me desilusionó totalmente. Fue fantástico ver a Boris joven llegar a la corte de Iván el Terrible para unirse al aparato represor del zar, la terrible Oprichnina. Fue fabuloso ver a los miembros de esa Gestapo medieval vestidos con sus caftanes negros con los emblemas de su organismola cabeza de perro y la escobacolgando de los arneses de sus caballo. Pero no fue suficiente para cegarme a la escenografía oscura y a la falta de detalles estéticos, a los actores muy feos y mal trajeados.



Más encima, la protagonista aparece desnuda ya en el primer capítulo, en un baño público. El palacio de Iván el Terrible parece una choza. Lo peor es un problema con el sonido. Parece película de artes marciales taiwanesa. La voz sale después que el actor ya ha movido los labios. Peor aún, los subtítulos aparecen después del sonido, por lo que nunca sabes quién habla.

Tarakanova: Entre Daenerys y La Princesa Lea

Extraño que “Godunov”, siendo una serie del 2018-2019, esté tan por debajo de “Impostores” (2019), la última temporada de “Ekaterina”. Me parecía extraño que se hubiese gastado tiempo y dinero en hacer una tercera temporada que en realidad era contar lo que se había quedado en el tintero en la segunda temporada, pero a medida que engullía capítulos, la calidad de la escenografía, de la trama, de los personajes, me fue atrapando hasta tenerme al borde de la silla.

Se acabaron esos ridículos efectos de CGI con arbolitos que parecían dibujados por alumnos del Kindergarten. Fuera esa cansina imagen del oleaje digital del Nevá superpuesto sobre un antiguo grabado de Moscú que ya recordaba cortos de Méliès o a novelas mexicanas de los 60.



Aquí realmente se ha viajado, a Francia y a Italia en pos de una reina mendiga que quiere recobrar el trono que le pertenece. Tarakanova (literalmente “cucaracha”, un apodo burlesco que le encasquetó Catalina) es un personaje fascinante sobre la cual se han hecho varios filmes, pero que en esta serie es transformada en una especie de Daenerys Targaryen. Escoltada por dos nobles polacos que sinceramente la creen la hija perdida de la Emperatriz Elizaveta, Tarakanova va de reino en reino buscando quien la ayude a sacar del trono de hierro a la usurpadora.



Sin llegar a los niveles de Cersei, Ekaterina se vuelve un personaje antipático. Un personaje que se siente soso, ya muy conocido. Como no puede tener un bebé con Potemkin, se busca otro. Va donde los Orlov, pero Grigory esta como cabra (en la vida real el mayor de los Orlov perdió la razón tras la muerte de su joven esposa, cuando ya Catalina era una anciana).

Ohhh, pero ahí hay un repuesto, Alexis Orlov. ¡A la cama con el!  Sin embargo, este Orlov nos da una sorpresa. Siempre lo hemos visto ladino y ambicioso, pero al conocer a Tarakanova se convierte en Juan Nieve y esa será su tragedia porque, como el Bastardo de Invernalia, traicionará su amor.



Como siempre los escenarios son fabulosos, privilegiando los interiores y el vestuario. Hasta el guardarropa masculino es muy vistoso.  Opacan a la Emperatriz, las galas de Tarakanova y las de Natalia, la esposa de Pavel Petrovich quien aun haciendo el amor con Razumovsky no se quita sus trajes Watteau y sus robes a l’ anglaise. Natalia se nos revela como una psicópata bipolar: un segundo está ayudando a Sofiya Stepanovna a encontrarse con su hijito, al otro amenaza de muerte a su dama Nelidova. Habla de liberar a los siervos, de evitar el poder de la corona, y casi mata a golpes a su querida nodriza.



                Competencia de vestuario. ¡La ganadora es Tarakanova!

Aunque me gustó que extendieran ese episodio tan interesante (y no tan verídico) de la caída de gracia de Natalia, y encontré muy románticos los amores de Gertrudis y Blas, el cochero de Panin, introdujeron elementos que no compaginan con lo dicho en la Temporada 2.

                               Gertrudis y Blas o Simplemente te regalo una rosa

Siempre se pensó que Gertrude (que nunca supimos que murió) había confiado los secretos de su ama a Stepan Sheskovski por voluntad propia. Ahora nos la muestran torturada y dos veces porque el jefe de la policía secreta insiste en torturarla una segunda vez para cotejar una segunda confesión con la primera. ¡Acaba matándola!



Yo percibía a Stepan Ivánovich como un hombre astuto, contenido, inteligente, que utilizaba la tortura solo cuando la creía necesaria. Ahora se nos revela como un sádico y fanático religioso que besa iconos antes de azotar a una mujer inocente.

Se supone que debemos alegrarnos cuando Stepan Ivánovich es seguidamente regañado por la Emperatriz. No por haber asesinado a Gertrud sino por su chambonada con Tarakanova. Nuevamente vemos la ambigüedad moral de Ekaterina que, después de haber demostrado su odio por la usurpadora, se escandaliza ante la idea de que puedan vincularla con un intento de asesinato.

          La Cucaracha le va a quitar el trono y el novio a Ekaterina

En realidad, es una muestra del carácter controlador de una mujer que ven en iniciativas de otros el germen de revuelta, pero la gran muestra de ambigüedad moral de la Emperatriz es su reacción al adulterio de su nuera. Si en la Segunda Temporada la vemos irrumpir indignada en el cuarto de Natalia y pisarle el borde de la bata hasta hacer rodar a la adúltera por el suelo, ahora es muy sutil y conciliadora. Le dice a la nuera que, si tiene un enamoramiento que lo conduzca discretamente, y cita a Diderot “Las mujeres se odian entre ellas, pero siempre se apoyan” (con razón siempre me ha caído mal Diderot).


                                 Tal suegra, tal nuera

Hay una total falta de respeto por el hijo. A Ekaterina no le importa que lo sepan cornudo, no le importa que le impongan un bastardo.  Le dice a Sheshkovsky que no castigará a Natalia sino hasta que haya parido un heredero. Ni siquiera castiga a Razumovsky. Eso hace más cruel su revelación del adulterio a Pavel Petrovich, tras la muerte de Natalia.

Yo diría que no se sabe quién es peor, si Ekaterina o su nuera. Contrasta su falta de afectos con Tarakanova que al menos siente cariño por los Oginsky (que fungen como el r2d2 y el 3cpo de esta Princesa Lea) y se enamora sinceramente de Orlov. Otro contrapunto de las ambiciosas adulteras es la devota Nelidova, fiel amiga (El Zar siempre juró que su relación era platónica) de Pavel Petrovich.

                Los Oginski atienden a su princesa
                          Tarakanova se despide de los Oginski

El problema con Tarakanova es que le quita espacio a La Revuelta de Pugachev. Aunque no lo caricaturizan como en la serie de HBO, Pugachev es visto como una bestia, violador y asesino, pero eso no quita que mantuvo en jaque al imperio de la arrogante Ekaterina. Aun así, su historia aburre hasta la toma de Kazán donde realmente vemos su poderío y como lo ejerce (con gran crueldad).

                                 Pugachev y su verdadera familia

En suma, no se necesita haber visto las demás temporadas para disfrutar de esta tercera. “Impostores” funciona bien como miniserie limitada ya que a la par de los rivales de la Emperatriz por su trono de nieve, nos muestra la falsedad de su corte, la duplicidad de sus cortesanos y el egoísmo de una soberana caprichosa y voluble. Al final, uno está de acuerdo con Pavel Petrovich de que, si las mujeres van a gobernar dejando que las gobiernen sus emociones, mejor será que no gobiernen.

                                 Pavel Petrovich y su esposa

Me he quedado con las ganas de saber más de Pavel Petrovich, mi personaje favorito en toda la saga de su madre-emperatriz. Habrá que esperar. Entretanto quedan media docena de series rusas que cubren los quehaceres de los rusos antes de la Revolución, en ese periodo más favorecido por los amigos del drama de época: el siglo XIX.

 

Novelistas y Clásicos Literarios

Mas que emperadores aquí priman los escritores. Ya vimos lo que hicieron con Nikolái Gogol, convirtiéndolo en detective y exorcista. Mas terrena es “Dostoievski” que cubre la vida revolucionaria jugadora y aventurera del autor de Los Hermanos Karamazov. Como Fyodor me interesa tan poco como sus novelas, ni la toque, pero para el fan de Dostoievski, está completa en Tubi.



Del 2014 es la adaptación de Los Poseídos que en inglés se llama “Demons”. En la universidad me vi obligada a leer sobre las rivalidades entre Stavrogin y Piotr Berkhovenzki dentro de una célula revolucionaria en la Rusia decimonónica. Hoy ni quiero acordarme de ella.



Extraordinario que en esta década que nos dejó, en Italia e Inglaterra se hicieron versiones de La Guerra y la Paz, pero ninguna en Rusia. En cambio, tenemos dos versiones de Anna Karenina, muy bonitas, muy elegantes, pero muy conocidas.

Ha habido tantas versiones a lo largo de la historia del cine que creo que todos nos hemos quedado con una que es nuestra favorita. Las mías son las dos interpretaciones de Greta Garbo (seguidas no muy de cerca por la de Sophie Marceau) y no puedo ver el texto tolstoyano sin pensar en los pómulos de la esfinge sueca.



Una de las nuevas versiones es vendida bajo el título “El cuento de Vronsky” y pretende darnos la perspectiva del hombre que causó la desdicha de la heroína de Tolstoi. Comienza de manera muy interesante en un escenario muy lejano del texto original, Manchuria durante la Guerra Rusojaponesa. Sergei Karenin, médico militar, atiende las heridas del Coronel Conde Vronsky. Eso motiva una confesión por parte de Vronsky de su relación con la madre de Sergei, Anna Karenina.



Aunque la premisa sea interesante, la historia es la misma. No ofrece variaciones. La diferencia es que Vronsky pasa a ser la victima de esa Anna que aparece al final, la celosa, la agresiva, la desconfiada. El personaje nos comienza a caer tan mal que ya queremos nosotros aventarla la línea del tren.

¿Quién Dijo que no Hay Esclavos Blancos?

Debido a la extraordinaria historia rusa del siglo XIX, nos encontramos con una interesante saga que recuerda a la “Esclava Isaura”, a la colombiana “La Esclava Blanca” y la novela de Robert Penn Warren Band of Angels. Es nuestro encuentro con el fenómeno ruso de los siervos, esclavos blancos que vivirían en servitud hasta 1855.

Aunque me dicen que la más parecida a “Esclava Isaura” es la ucraniana “Amor Encadenado” que está en Amazon, Tubi nos ha traído la fascinante “Vida de una ama” cuyo verdadero título es “Volnaya Gramota”, en traducción es el documento con el que se libera a un siervo. Polina Petrovna Lebedova es la hija adoptiva del Príncipe Golovin. Muy mimada por su benefactor, Polina vive en Golovinka como dueña y señora, rodeada de privilegios, amor y paz. Sin nunca preocuparse que sus amados criados, incluyendo a Tatiana, su hermana de leche, sean esclavos. Tampoco Polina se preocupa por conocer sus orígenes. Mas curiosidad le inspira la rivalidad de Golovin con su vecino El Conde Krechetsky.



Después de haber rechazado las propuestas matrimoniales de varios jóvenes acaudalados, Polina acepta un compromiso con el oficial Nikolái, pero en la noche en que se anunciará el noviazgo, Golovin muere de un infarto, e intestado. Su fortuna cae en las manos de su sobrino borrachín quien descubre que Polina es hija de una sierva, por lo tanto, una propiedad más.

El sobrino remata todas las posesiones incluyendo a los siervos quienes caen en las manos del cruel Conde Krechetsky que rápidamente cambia las reglas, impone castigos corporales, abusos, bueno lo que hemos visto en las telenovelas brasileñas. Krechetsky se ensaña principalmente en Polina a la que degrada, maltrata y acosa sexualmente. Existe una verdad detrás de Polina, pero solo la conocemos nosotros, y un par de siniestros personajes encabezados por el notario Boris quien es el causante de la ruina de la ama/sierva.

La noche en que falleció, el Príncipe Golovin firmó dos documentos. La carta de libertad de Polina y un testamento en el que la declara su hija y heredera de toda la fortuna. Boris cambió el nombre de Polina en la carta por el de Tatiana de la cual estaba enamorado y escondió el testamento. Ese último documento rebotará de mano en mano hasta llegar donde debe. Entretanto, Boris y Tatiana huyen dejando a Polina abandonada su suerte.

                              Boris y Tatyana en San Petesburgo

La suerte de esta Cenicienta es decidida por los caprichos de Krechetsky, por el despotismo de su esposa Anna, por el rencor de campesinos que una vez la vieron como su benefactora y ahora gozan con su ruina. Se les agregan las criadas de Krechetsky con quien debe compartir cuarto y cuyo gesto más amistoso es meterle ratones en la cama a la nueva sierva.






Sin embargo, no todo es oscuridad en la vida de Polina. Todavía le quedan aliados como el pope del pueblo quien conoce la verdad de su feligresa, pero está atado por el secreto de confesión; el médico del pueblo, y Vera, quien, a pesar del esnobismo de su madre, insiste en seguir siendo amiga de Polina.



No toda la Familia Krechetsky es perversa. Ahí está el pequeño Ilya, hijo único del Conde Andrey, que en sus cortos años ya sabe más de compasión y tolerancia que sus padres. Ahí está su tío, el conde-capitán Dimitri Krechestsky, un joven e idealista oficial que se enamora de Polina. Por la libertad de la sierva, Dimitri está dispuesto a sacrificarlo todo incluso su propia libertad entrando en un matrimonio de conveniencia que le impone su hermano..



No sigo porque espero que la vean y vean la evolución de los personajes y las muchas sorpresas que nos darán. Solo me detengo en el modo en que “Life of a Mistress” trata temas, para mí, valiosos. El primero es la amistad que trasciende géneros, edades y estratos sociales. Lo vemos en la amistad de Polina y Vera, de Polina y el doctor, incluso entre Anna y su fiel gobernanta, que, aun siendo libre, insiste en seguir a su ama en su nuevo destino.

                      vera, a escodidas, visita a Polina

Lo vemos en el amor de Polina y Dimitri, un amor que construye en vez de destruir a diferencia del de Tatiana y Boris, y otras relaciones románticas de la serie. Una serie que se distingue porque los autores del caos y los empujados al crimen por debilidades de carácter son los hombres. Aunque hay hombres que auxilian a Polina, es ella y su espíritu que evoluciona a través de cien vicisitudes, los que la ayudarán a superar su desgracia.



Polina logra prevalecer sobre todo tipo de horrores, y demostrar que es la única verdadera aristócrata del cuento, siempre comportándose con dignidad y nobleza sea en un pozo de carbón, un convento o un burdel. Pero no es la única mujer fuerte de un cuento donde las tragedias femeninas son tan espeluznantes que más de una elige la vía fácil del suicidio.

                               Vera y Polina en un burdel

Hay otros personajes femeninos que también sobrepasan prejuicios, esclavitud y malos matrimonios. Aunque no nos parezca que la felicidad pueda residir en tomar hábitos religiosos, casarse con un médico maduro o acompañar al amante a un exilio siberiano, lo importante es que son decisiones que son tomadas por mujeres que por su sexo o estatus social están predeterminadas a no tener voz.



Recalco este detalle sobre “Life of a Mistress” porque en mi próxima entrada mostraré historias que tienen lugar en la Unión Soviética donde supuestamente la mujer vivía en condiciones de igualdad con el hombre. Por el contrario, las tres series que voy a reseñar (todas tienen lugar entre 1954 y 1963) describen mujeres atadas al doble estándar, condenadas a no poder sobresalir en su trabajo, y como áreas laborales como el modelaje y el atletismo eran antros de abuso/acoso sexual.

Todas estas series pueden ser encontradas en Amazon Prime o (si residen en America del Norte) en Tubi. Si conocen otras plataformas donde puedan ser encontradas, avísenme.

 

6 comentarios:

  1. Desde FB de Tati Quieta
    No tengo tiempo para tanta serie, el curro me abruma 🙂 Lo único que comento que la Princesa Tarakánova nunca se llamó con este apellido, fue "inventado" y utilizado por primera vez por el diplomático francés Jean-Henri Castéra en su biografía de Ekaterina II, de donde saltó a otras obras históricas y literarias. La Biografía salió en 1797, o sea, después de la muerte de la Ekaterina, así que ella jamás llamó a la Princesa por su apellido inventado, pero, quién sabe, si la llamaba llanamente "cucaracha"

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    1. Tati Quieta En la serie la llaman "Princesa" "Elizaveta"o (orlov) "Lisa" CReo que se presentaba como Princesa de Volomir o Princesa de Azov. En un momento Yekaterina dice que es solo "una cucaracha".

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  2. Desde FB de Alfonso Velasco Sendra
    Es una pena que no pueda ver casi series, porque el artículo es interesantísimo. Lo que si está haciendo cuatro es comprar muchas películas rusas. A mí me gusta mucho la de Vikingos que cuenta la historia de San Vladimir. Vi otra de la época de Pedro el Grande que aquí se tituló la conquista de Siberia que contaba una batalla entre rusos y tártaros. Había una sobre cómo la selección de la Unión Soviética derrotó a la selección de baloncesto de Estados Unidos. Respecto a Godunov el año pasado leí la magnífica novela de "Los hombres del Zar" de Vladimir Volkoff (se la pedí a mi hermana Maggie Sendra ) y no me arrepiento porque fue una de las mejores novelas que leí el año pasado, cuando Planeta editaba BEST sellers buenísimos. La novela en concreto va desde la época de Iván IV hasta el comienzo del reinado de Boris Godunov. Merimee dedicó una novela al falso Demetrio que me interesa más.

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    1. Alfonso Velasco Sendra A mi tambien me encanta el Falso Dimitry y su mujer, la polaca Marina. Le tengo encargado a tu hermana que busque. Tiene que haber en España algun servicio que ofrezca con subtitulos estas gemas. Por ejemplo, "Ekaterina" la dio un canal abierto y doblada al español.

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  3. Desde FB de George Llerena Torrico
    ¿Existe Ekatterina en español? Porque si dicen que llegó a España deben haberla subido en alguna parte, y con todas estas entradas sobre Rusia pues qué mejor momento. Justo hace poquito nos llegó The Great por estos lares pero tengo miedo de verla desde esa vez que la comparaste con Reign (en lo antihistórica). ¿Es realmente así?

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    1. George Eduardo Llerena Torrico Sir George , VEMOX cerró, no sé por que razón, pero debe haber un reemplazo. Lo importante es que ya existe en doblaje. The Great es una satira a lo "The Death of Stalin"en términos de muebles, decorado y vestuatio es mas historica que Reign, tambien mas profunda, pero es vulgar, con dialogos chabacanos plagados de innuendo, de expresiones graficas sobre sexo y violencia. Y no es historica, guerra con Suecia que ya habia acabado, Pedro es hijo de Pedro el Grande, ect.

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