A unos días del
inicio de la Segunda Temporada, me he dado cuenta de que muchos fans quedamos
descontentos con aspectos de la primera entrega. Eso nos hace acercarnos con
tiento a la segunda, temerosos de volver
a sentirnos defraudado. ¿Cuáles fueron los peores errores de la serie con la
que Lord Fellowes pretendía conquistar a los fans americanos de su magna opus Downton
Abbey?
Julian Fellowes ha
sido arquitecto de grandes construcciones como lo fueron Gosford Park y Downton
Abbey , pero también de producciones mediocres como lo fue The Englih
Game. The Gilded Age fluctúa entre ambos extremos, situación evitable
puesto que no deberían existir obstáculos para que esta historia del viejo
Nueva York no fuese tan atrapante como Downton.
Lord Fellowes
en el País del Woke
Tenemos que
comenzar por esos obstáculos. Por primera vez His Lordship trabaja fuera
del suelo inglés, en un territorio que le es ajeno, situado en una época que le
es ajena. Más encima sus esfuerzos por recrear atmosfera y mentalidad de lo
1880s se ven limitados por las exigencias de una agenda woke. Esto se tradujo
en un sólida e interesante subtrama sobre un mundo desconocido aun para los
lectores de Edith Wharton y Henry James, los grandes cronistas de esa época.
Hablo de una clase media acomodada y profesional conformada por afroamericanos
que existió en Brooklyn durante The Gilded Age.
Es esta imposición
la que nos ha dado el mejor personaje— o el mejor construido de la historia— Miss
Peggy Scott que debe luchar contra prejuicios blancos y los de su propia
familia. El problema es que Peggy no es un personaje “Fellowesiano”. Es una
creación de las asesoras que le impusieron al creador para cumplir con los
requisitos de ;la diversidad que dominan la televisión estadounidense.
A pesar de los
esfuerzos de integrarla al universo blanco del relato, nunca llega Peggy a tener poder para transformar
los estrechos márgenes que le han concedido a Julián Fellowes para trabajar. Si
quitáramos la subtrama de Peggy y su familia, tendríamos una historia vibrante en
colores , vestuario y decorado, pero aparte del Matrimonio Russel, poblada de
personajes descoloridos y aburridos que se aleja mucho del suspenso e intrigas
de la Abadía.
Con menos personajes
y solo en su primer año, Downton Abbey supo capturar la imaginación de
la audiencia con varias subtramas arriba-de-las-escaleras, casi todas vinculadas
con Lady Mary la primogénita de Robert Crawley, Conde de Grantham.. Los esfuerzos
de Los Crawley por proteger el patrimonio de su hija mayor; la escandalosa perdida
de virginidad de esta que acaba con un cadáver en su cama; la llegada del primo
Matthew y como, a regañadientes, Mary se enamora de él ; hasta la rivalidad
entre hermanas, proveían material para
una serie muy animada.
Además, teníamos
tramas menores como los esfuerzos de Lady Sybil Crawley por construir una
identidad alejada de las reglas de su clase, y hasta el deprimente romance de Lady
Edith con Sir Frederick. De vez en cuando había una que otra subtrama breve
pero interesante: el embarazo de Lady
Cora, los quehaceres del hospital y por supuesto muchas anécdotas que involucraban
al bien provisto equipo doméstico.
Los Criados
Son Parte del Decorado
He ahí la primera
y grave diferencia entre ambas series. Desde que a comienzo de los 70, Jean Marsh y Dame Eileen Atkins crearan junto
a John Hawkesworth el modelo Upstairs/ Downstairs (inspirado en una obra de Sir Noel
Coward) que se sabe que ese tipo de historia debe dividir tiempo, argumento y actividad de personajes en partes
iguales entre patrones y criados, y que
estos últimos deben trascender estereotipos.
Pues en TGA
no ocurre así. Tanto los miembros del servicio de Agnes van Rhijn como los de
los nuevos ricos Russell viven subordinados a las vidas de sus patrones. Al
menos los de la casa van Rhijn nos muestran diferentes rostros del racismo en
su interactuación con Peggy. En La Mansión Russell los criados son meros peones
en el jugo de ajedrez de la patrona. Sus conversaciones están reducidas al Test
Bertha en el modo en que critican o alaban a la dueña de casa. En Downton
tuvimos las maravillosa intrigas ente Barrow y O’Brien que acabaron con el bebé
de Lady Cora, y pusieron muchas trampas que hacían trastabillar al pobre valet
Bates.
Los criados de Downton Abbey
Los Criados de The Gilded Age.
¿Que tuvimos
parecido en TGA? Un cocinero que se hacía pasar por francés, una cocinera que tenía
deudas de juego, y un par de doncella intrigantes. Lo más interesante fueron
los despidos, lo que es muy decidor. Los Crawley nunca despedían a nadie. Sus criados
o huían (O’Brien) o se morían (William) o pasaban a ser parte de la familia (Branson).
Les tomó una temporada echar a Barrow, y por motivos económicos no por mal
proceder del lacayo. En cambio, Bertha despide al cocinero, a la doncella, a la
institutriz de su hija, sin tocarse el
corazón demostrando ser el peor ejemplo de la clase patronal a la que ella
aspira pertenecer.
Eso me lleva al
tema más importante. A diferencia de Downton, TGA no tiene personajes
ejes. La excepción es Peggy que inicia la historia como una enigmática, pero
muy instruida, jovencita que después de rescatar
a la rubia Marian, termina de secretaria
de Agnes van Rhijn. A medida que va avanzando la trama, mientras vemos las maniobras
de los Russel parra dominar al mundo, vemos a Peggy sobrevolar el mundo del
racismo de los criados, el del mundo
literario y hasta la bienintencionadas torpezas de Marian.
Al través de la Primera
Temporada descubrimos que Peggy ha sobrevivido un mal matrimonio y la pérdida
de un hijo. En el Finale la tenemos decidida a encontrar a su bebé y
trabajando de periodista en el periódico de T. Thomas Fortune que parece tener
un interés sentimental en ella a pesar de ser casado (¿le pasará lo que a Lady
Edith?)
En resumen, Peggy
es un personaje completo y complejo, más de lo que puede decir de la endeble Marion.
No sé si será la poca pericia actoral de Louisa Jacobson o el desinterés del
escritor, pero es sosa y a ratos incomprensible, no inspira ni afecto ni odio.
Una queja ha sido que The Gilded Age no ha podido atrapar al público Millenial.
Tal vez porque sus personajes jóvenes no son ni siquiera divertidos. Oscar , el
gay-en-residencia, aparece muy poco y su único propósito parecía ser seducir a
la ingenua Gladys, pero Bertha le cortó las alas, y Oscar ha vuelto a ser un personaje
insignificante.
Bertha Russell
vs Alva Vanderbilt
Por último,
hablemos de los protagonistas de facto: Los Russell. Están inspirados en dos figuras
fundamentales de la Edad Dorada: el financiero, y truculento Robber Baron
Jay Gould y la gran dama de sociedad Alva Vanderbilt, que no estaban casados en la vida real. Aunque
Bertha y Alva comparten mucho en común (sus aspiraciones de ocupar el trono de
Mrs. Astor, el modo en que Bertha chantajeó a esta última para hacer que la
invitase a su casa, y hasta la construcción del Metropolitan Opera House) Lord
Fellowes prefirió crearse un personaje inventado. Revisemos el personaje de Bertha
y veamos que la diferencia de Mrs. Vanderbilt.
Alva Smith nació
en Alabama en una buena familia a pesar de ser su padre comerciante. Los Smith
se mudaron a Nueva York antes de la Guerra de Secesión. Después del asesinato
de Lincoln, las cosas se pusieron difíciles para los sureños en el Norte por lo
que Los Smith se trasladaron a Europa donde Alva recibió una excelente
educación en un internado parisino.
De regreso a Nueva
York, Los Smith se insertaron en la sociedad de entonces. Alva tuvo la suerte de
establecer estrecha amistad con Consuelo Yznaga, hija de un magnate azucarero
cubano, y una de las mujeres más ricas de esa época. Antes de convertirse en
Duquesa de Manchester, Consuelo presentó a su amiga con William Vanderbilt. En
ese entonces, Los Vanderbilt eran los más ricos de Estados Unidos. Nieto del legendario Comodoro Vanderbilt,
William era un excelente partido. Los recién casados inmediatamente
comisionaron a Morris Hunt, el arquitecto de moda, para que les construyera un Chateau en la
quinta avenida.
Alva, aunque
millonaria, era una más de las esposas Vanderbilt, casada con unos más de los
nieto del fundador de la fortuna, pero ella encontraba reprobable que Mrs. Actor
comandara una claque de “fortunas viejas”
y que no aceptase las invitaciones de Mrs. Vanderbilt. Tal como nos muestra en la serie, Alva chantajeó a Mrs. Astor que vino a tomar té con ella, a cambio de recibir
invitaciones al más grandioso baile que Nueva York hubiese presenciado.
Fue la
importancia de ese baile, y los gastos incurridos, los que convirtieron a Alva en la reina de la sociedad neoyorquina, pero Mrs. Vanderbilt era muy diferente
a Bertha Russell. Era parte de la sociedad, casada con un heredero no con un
nuevo rico que andaba labrando fortunas de manera agresiva. Su pedigrí, y
educación eran impecables. Ninguna doncella arrugaría la nariz por tener que servirla
como hace Turner on Bertha. Alva sabia de vinos, cómo reconocer a un verdadero cocinero
francés, y madre de dos pequeños, no era
la madre manipuladora y abusadora que es Bertha.
El gran pecado de
Alva fue obligar a su hija Consuelo a casarse con el Duque de Marlborough.
Pecado que reparó apoyando a su hija en su proceso de divorcio. Alvah declaró
públicamente en un tribunal haber forzado a su hija a contraer un matrimonio
indeseado. Cuando Consuelo decidió casarse con un misero violinista belga, su
madre la apoyó, incluso se fuera vivir con ella al final de sus días. No me
imagino a Bertha haciendo eso con Gladys y es que Mrs. Russell es harina de
otro costal.
Los
Enigmáticos Russell
Nacida en County
Kerry, hija de una lavandera, criada en la miseria que esperaba a los
inmigrantes irlandeses, sufre de una ambición compulsiva que la lleva a
competir constantemente en espera de superar así su sentimiento de inseguridad.
Es muy ignorante y eso la deja en varias ocasione en ridículo y expuesta a
humillaciones que Alvah Vanderbilt jamás experimentaría.
Yo entiendo que
se le ha dado esta biografía a Bertha para hacerla más interesante, pero no han
sabido explotarla. Sabemos casi cero de su pasado, tal como su interior, es un enigma, no sabemos a quienes ama, qué le
importa realmente, qué la hace feliz. Aparte de sus pataletas cuando alguien la
contraría, tiene la personalidad de un pavo real, muy poca humanidad anida en
ella.
Es la
protagonista, pero como villana es acartonada y está lejos de ser un icono
feminista cuando es el marido quien siempre la está sacando de apuros. George Russel es un personaje
inexplicablemente repelente y tan unidimensional como su mujer. No sabemos nada
de su pasado, ni que lo mueve. Solamente sabemos que es un monstruo en el mundo
de los negocios, y un pelele en las manos de su mujer, a la que le permite
todo, incluso que manipule a sus hijos.
Aunque en varias ocasione se ríe de las
infladas ambiciones de Bertha, corre a socorrerla, usando su fortuna para
aplastar a todas las damas bullies que humillan a su mujer. No se da
cuenta del daño a su familia que puede provocar ese hobby de su esposa que insiste
en mantener. ¿Que lo motiva a hacerlo? No
es pasión, ambos parecen sufrir de libido baja.
Es inconcebible que
Russell sea un bulldog en la oficina y faldero en el Boudoir. No parece Jay
Gould, y ciertamente William Vanderbilt prestó muy poca atención a los manejos
de su mujer que lo dominaba totalmente. De hecho, los capitanes de la industria
tenían muy clara la separación entre los negocios y su vida familiar.
¿Cómo Evitar
que The Gilded Age se vuelva otra Another Period?
Resolver estos
enigmas produciría una segunda temporada más activa. En realidad, ¿qué tenemos para atraer un
nuevo público? Observando el tráiler
noto que lo más interesante es ese viaje de Peggy a lo que hoy es la
Universidad de Tuskegee. Al visitar una institución creada para el avance y educación
de los afroamericanos, Miss Scott se interna en un Sur que viene saliendo de la
Reconstrucción y ya evidencia rasgos de supremacía blanca. Como siempre, el
arco de Peggy será el más interesante.
Leí que Marian
(bostezo) iba a ser maestra de escuela esta temporada. Que bien, eso la coloca al nivel de heroína de Louisa
May Alcott, pero el tráiler solo la muestra discutiendo con tía Agnes (doble
bostezo) y poniéndole ojos de carnero degollado a Larry Russell (triple bostezo)
quien esta temporada se echa amante. Lo vemos en la cama con una millonaria que
ha contratado sus servicios de arquitecto.
Seguro que a Bertha
no le va a gustar ver a su hijo con ninguna de esas mujeres, pero el tráiler no
nos da una pista de cómo reaccionará Mrs. Russel ante las novedades de la
prole. Ni siquiera vemos a Gladys, como tampoco vemos a Oscar van Rhijn y a su novio
ni a ninguno de los habitantes de los bajos de las mansiones Russell y van Rhijn.
Al parecer todos los
conflictos de esta temporada se centrarán en Peggy, peleas de Henry con sus
ingratos empleados, y Bertha
antagonizando a las Knickerboker. Espero que el tráiler se equivoque y tengamos
más drama que nos enganche. Da lástima ver que Lord Fellowes tiene docenas de personajes
y no sabe qué hacer con ellos y que la única trama que avanza es la que no es
su responsabilidad.
Una serie debe ofrecer
tragedia, conflicto y emociones. En este modelo es siempre importante el
contraste. Es como las visiones de La Edad Dorada que aparecen en The Alienist
y The Knick donde nos muestran la corrupción que existió ente Los 400 y
los Robber Barons. Sin abogar por el nivel de cruda violencia y
oscuridad gótica de las series mencionadas tampoco quiero seguir viendo una temporada
donde todo se centre en Mrs. Astor y sus cómplices intentando evitar que Bertha
vaya a la ópera. Ya eso va a parecer una parodia de Another Period.
Buscando series
sobre The Gilded Age me tropecé con este sitcom de Comedy Central que
hoy puede encontrarse en Paramount +. Se
trata de una sátira de los reality show como Keeping Up with the Kardashians,
con un toque de Downton Abbey.
Las tres
temporadas (2018-2020) cubren las aventuras de los Bellacourt, habitantes de Newport
que ansían entrar en la estrecha sociedad de Los 400. Para eso han hecho todo
lo que hacen los nuevo ricos, tener cien criados, cultivar amistades
importantes, casar a las hijas con millonario (todos gay), ect. El humor,
aunque a ratos devenga en el simplismo de pasteles en la cara, combina clichés
del género tales como criada en amores con el patrón con temas más escandalosos
(incesto, homosexualidad) y de paso hace burla de vacas sagradas de ese
entonces como Helen Keller, Harriet Tubman, y Thomas Edison, entre otros.
Mi miedo es que
The Gilded Age se vuelva una parodia de esta comedia. Fue interesante ver
como Los Russell doblegaban a Las 400 a través de nueve capítulos, pero ocho más
de lo mismo sería una pérdida de actores y personajes. Hablo no solo de Carrie Coon y de Morgan Spector,
pero también de Christine Baranski cuya Agnes parece vivir para despreciar a Bertha
y regañar a Marian. Al menos a su hermana le pusieron un novio en esta
temporada.
Entre temporadas
se corrieron muchos rumores. Que esta temporada sabríamos el secreto de la madre
de Marian, que volvería Turner con ansias de venganza. Se habló de personajes
jóvenes que se unirían a la serie: el aristócrata ingles que Bertha quería para
su hija; el hijo de Mrs. Chamberlain,
una heredera con un secreto y dinero para comprar la mano de Oscar. Ninguno de
ellos aparece en el tráiler. Hasta se han olvidado de hijo de Peggy.
HBO ha estado
cancelando series debido a que sus arcas están un poco vacías. Si esta
temporada no tiene grande ratings ni atrae a nuevo público, me temo que la
guillotinarán también. Y no creo que vayan a atraer a nadie ocho episodios en
los que Bertha se construye una ópera, sobre todo si la pagan con el sudor y el
hambre de los explotados esclavos del marido.
It is defo maid Marianne that ruins it, the rest was fine to me, except the storyline with Berthas daughter who was boring as hell just as Marianne. Also Baranski is not the greatest of actresses, she was stiff and mediocre not giving her role anything overly special, no panache or something. But Bertha is such an amazing character, one of the best on television and brilliantly acted, that it erases all the negativities. I also feel that they do not really know what to do with Blake Ritson and Harry Richardson. I would personally let them shag each other.
ResponderEliminarI cannot decide where the lameness lies in Marian’s arc. Is it Louisa J’s lack of thespian qualities, or the character is beyond blandness?
EliminarI can’t think of a Gosford or Downton character that was so boring.
Oscar was one of the many characters that seemed ready to launch a major storyline and then remained marooned in limbo. Poor Lord Fellowes! I think he was under so much pressure to write something woke that he couldn’t really dwell on white characters.
Of course, Carrie Coon is much better actress than Christine Baranski, but as a character Agnes has more to offer than Bertha. She has a past, a wife-beater husband, dead children, ect. We know what makes her tick, but they have her like an ornament always seated in the same room giving orders that nobody follows, spewing sarcasm, again she just bores us.
I was very taken by Gladys ‘story, not for her but because it shows us how obsessive her mother was, and how she cared for nobody. I would like to know what made her so ambitious, so driven. I would like her to show more emotion than throw tantrums. I really wish they could place real trouble on her path, one that forces her to face reality.
Desde FB de Any Dominguez
ResponderEliminarEn mi caso, los personajes no me gustaron. Uno esperaba que fueran más carismáticos y queribles, como los de Downton Abbey. Eso ya es motivo para que yo no logre enganchar con una serie (o un libro). Igual, le daré una oportunidad a la segunda temporada.
Para Any Dominguez Totalmente de acuerdo, Reina Any, NO ES Downton. El único personaje con alma es Peggy y parece otra historia. Todos los personajes parecen vivir o subordinados a Bertha o a Marian. Y ninguna de las dos es como para enamorarse. Yo a veces odiaba a Lady Mary y otras la quería porque era un gran peronaje. Bertha no le llega al zapato, su pelea con Mrs. Astor es tan fome como los lios del hospital entre Lady Violet yla prima Isobel. No quiero pasarme otra temporada viendo lo mismo.
EliminarDesde FB de Pablo Muñoz Alcayaga
ResponderEliminarEl universo era maravilloso, pero siento que no pasaba nada, demasiado talento desperdiciado
Para Pablo Muñoz Alcayaga Un abrazo, Licenciado que gusto tenerte por acá. Estaba viendo el cap. donde asisten a la iluminación electrica de un edificio. Psan otras cosas, pero como que ninguna me interea. nI que Raikes este cambiando a Marian por otra, justo cuando le ha pedido matrimonio, que despidan a Turner, que Larry quiera ser arquitecto ni siquiera los problemas de George con el accidente ferrocarrilero son memorables.
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