Ya he comentado
las quejas de los Shogun haters (me refiero a la novela) sobre como
James Clavell y la serie original dieron demasiado protagonismo un blanco. En
esta versión quien tiene la voz principal—el dios que sale de la máquina— es Yoshi
Toranaga, pero sus esfuerzos por prevalecer lo han vuelto un monstruo. A ratos
nos sentimos más inclinados a simpatizar con su retorcido vasallo Kashigi
Yabushige. Hemos visto como la serie destruyó al personaje de Mariko, ahora hablaremos de la deshumanización de Toranaga.
¿Estos cambios mejoraron o empeoraron nuestra visión del mundo japones de la
época?
Los que han
acusado a Clavell de racismo no han leído la novela. El libro está narrado
desde diferentes perspectivas y la única ‘”blanca” es la del Anjin San. Hay más
enfoque japones que europeo, más capítulos escritos desde puntos de vista
asiáticos que el del único caucásico. Me da pereza contar páginas, pero
apostaría que Blackthorne y Toranaga tienen la misma cantidad de espacio
narrativo.
Es cierto que la
primera miniserie se enfocó totalmente en el actor principal, más joven, más guapo
que Toshiro Mifune, y con mayores posibilidades
románticas. Hablamos de una época en que casi toda la televisión estaba
dirigida un público femenino, heterosexual y de todas las edades, que querían historias de amor, aunque fuesen
épicas de samurái.
Aun así, la
destreza de Mifune consiguió darnos el retrato de un poderoso estratega, lleno
de ambiciones, pero con sentido de justicia y sin la ferocidad que
caracterizaba a Yabushige. Al final de la miniserie nos enteramos de que fue el
nuevo shogun quien destruyó la nave del Anjin-san, pero no lo culpamos porque entendemos
que quiera retener a alguien tan útil como el inglés.
El Contubernio
entre Mariko y su Señor
Ninguna
adaptación no ha contado los secretos de Toranaga que Clavell nos revela al
final de su saga, como el bushó y Mariko confeccionaron un plan para
obligar a Ishido a entregar a los rehenes. Así sabemos que Toranaga exigió a
Mariko que se divorciase de Buntaro al regresar de Osaka.
Lo que indicaba
dos cosas, la primera que esperaba que Mariko saliese viva de su empresa, y que
sabía que ella era demasiado infeliz en su matrimonio como para poder dar todo
su apoyo y buen consejo a su señor. Al final del libro sabemos que Mariko es
mucho más que una traductora. es la confidente y asesora de Toranaga y como
todo buen patrón, el samurái sabía que solo lejos de su esposo golpeador podrá
dar lo mejor de sí.
La relación con
Anjin-san también demuestra la evolución del pensamiento de Toranaga. Al principio
solo ve en el inglés a un mercenario sin D-s ni ley. Luego comienza a temerle—
tal como Mariko— al percibirlo como una avanzada de otra cultura que quiere
infiltrarse en Japón para dominarlo. Finalmente le encuentra uso y mucho.
Para entonces ya
no le teme, pero tampoco quiere que se marche. Desea que reemplace al Padre
Alvito y a Mariko como traductor oficia de su nueva corte. En su último
encuentro por primera vez Toranaga saluda al marinero con una reverencia como
lo haría con alguien de su propia condición. Qué diferencia con la versión del
2024.
Al final de la miniserie
de 1980 vemos a Toronaga observando a Blackthorne construyendo su nueva nave.
Ahí descubrimos que fue él quien la hundió y que seguirá hundiendo los baros
que el inglés construya con la herencia que le legó Mariko (otro detalle que la
nueva versión obvió). Cuando el bushó observa filosóficamente que el destino
del Anjin-San es no dejar nunca Japón, adivinamos un dejo de cariño por el
marinero.
En cambio, en su
larga y franca confesión a Yabu en el episodio final de la nueva versión, Toronaga
explica que no dejará marcharse a Blackthorne porque “me hace reír”. No hay mejor
declaración del rol bufonesco que el personaje de Cosmo Jarvis cumple en esta
historia ni mayor reafirmación del desprecio que el shogun siente por él.
Aunque libro y series
nos describen a Yoshi Toranaga como un implacable y ambicioso señor feudal y
que compara a todos sus vasallos y hasta enemigos con sus halcones, el nivel
maquiavélico y manipulador que alcanza el personaje de Hiroyuki Sanada supera
cualquier rasgo negativo que le imputara Clavell.
El Sangriento
Crimson Sky
Antes de
decapitar a Yabu, Toranaga confirma lo que su samurái traidor descubre: todos han sido parte de un siniestro plan para
él convertirse en el nuevo shogun. Ese plan, Cielo Carmesí, que en el libro
solo se menciona es como Toranaga manipula y sacrifica a todos a su alrededor, desde su propio hijo hasta Yabu.
El público no
repara en lo peor del plan. Toranaga ha convertido a Mariko en su Femme Nikita
aprovechándose de la depresión clínica que afecta a su sierva y de sus manías
suicidas. ¿Cómo podemos llamar a una serie “feminista” si la protagonista es motivada
por su enfermedad mental y la manipulación de un hombre que solo busca usarla
tal como ha usado a todos los que lo rodean?
Vemos que Zadaki
traiciona a su medio hermano y lo toma prisionero con órdenes de llevarlo a
Osaka ser enjuiciado. Se sabe que eso equivale a una sentencia de muerte.
Toronaga puede rebelarse, tiene fuerzas leales, pero prefiere fingir sumisión a
pesar de que esto ofende a sus samuráis que, en el peor de los casos, deberán compartir el
destino de su señor y en el mejor de los casos , convertirse en ronin, mercenarios
parias.
Nagakado (o
Nakagado como le puso mi hermano) , hijo
de Toranaga intenta matar a su tío traidor y muere en el intento. Toranaga
medita que la muerte de su hijo le ha comprado tiempo ya que amparado por su
luto puede retrasar su viaje a Osaka. Mas tarde, cuando se reúne con sus esposa y conoce a su
nuevo hijo no se muestra triste al recordar al que sacrificó ya que ahora tiene
otro heredero.
Cuando el Padre
Alvito, de motu proprio, aconseja a Toranaga acercarse a Lady Oshiba
para enfrentar juntos a Ishido, el bushó lo despide. Sabe que irá a contarle al
Padre Visitador y de ahí saldrá un corre-ve-y-dile entre los daimios cristianos
que de seguro llegará donde Ishido, nuevamente creando la sensación de que no habrá
rebelión solo sumisión.
Los vasallos de Toranaga
no aceptan esta sumisión y exigen acción de parte de su señor. Hiromatsu,
hombre de confianza y amigo de Toranaga, amenaza con cometer sepukku si el futuro
shogun persiste en su decisión de entregarse a Ishido. En un extremo de
crueldad, Toranaga deja que su vasallo se destripe públicamente y que el pobre Buntaro
decapite al padre.
Mas tarde, Mariko se da cuenta que todo ha sido parte del
sangriento plan de Toranaga y que ella es solo un peón más. Toranaga la engatusa haciéndola sentir culpable
de haberle reprochado a su padre el haberla casado con Buntaro y haber
lloriqueado por años deseado la muerte.
Akechi casó a su hija a sabiendas que su
esposo la protegería. El deseaba verla viva hasta el momento en que Mariko
pudiese vengar a su familia. Así le lava el cerebro Toranaga . Así, Mariko está
dispuesta a morir cumpliendo los deseos de su padre y de su señor sin darse
cuenta de que está siendo utilizada.
No es así en el
libro donde al final, Nagakado y Hiromatsu gozan de buena salud. Es Mariko
quien visita al Padre Alvito para contarle que Toranaga no planea rebelarse contra
Ishido. De paso aboga por el Anjin-San ofreciendo a cambio de la vida de su
amante, la destrucción del Erasmo.
Es cierto que Toranaga
aceptó enviar a Mariko a Osaka , pero nunca planeó que su muerte fuese el final
de su viaje. Ni Ishido la quería muerta. Mariko fue cómplice y asesora de
Toranaga, todo lo planificaron juntos. En
la nueva versión, Toranaga afirma que Mariko era Cielo Carmesí y que su
sacrificio era obligatorio para cumplir sus planes. Nos sofoca su crueldad.
Aún queda un paso
peor para convertir a Yoshi Toranaga en el villano de este cuento. Sabiendo quienes
son los culpables del hundimiento del Erasmo, el futuro shogun crea una última
pantomima. Acusa a toda la aldea de Anjiro y comienza a ejecutar a inocentes
diciendo que no se detendrá hasta que aparezca el verdadero culpable. ¿De dónde
le bajó esta manía nazi al bushó?
El pobre Anjin-San desesperado intenta decirle a Toranaga que los culpables fueron los jesuitas. Detrás de su bigote, su señor sonríe socarronamente. Blackthorne hace un último intento y ofrece cometer sepukku. Toranaga actúa exasperado como si tratara con un niño o un loco. Pronto nos damos cuenta del desprecio que siente por el inglés. Lo ve como una mascota díscola.
Yabu, Chistoso
y Humano
De alguna manera
el salvajismo de Toranaga borra la primera impresión de Yabu como la de degenerado
sádico que fue como lo interpretó Frankie Sakai en la versión de 1980. Quizá
sea el talento de Tadanobu Asano (me encantó saber que en su juventud fue
rockero punk) lo que hace de Yabu un personaje con tantos matices, siendo el
principal la comicidad que nos hace olvidar que se trata de un oportunista
cruel y traicionero.
El momento en que
Yabushige aparece en pantalla es un alivio a la tensión que se vive en una
historia tan trágica como imprevista. El modo en que regaña constantemente a su
sumiso ayudante del que ni sabemos el nombre, hasta sus amenazas de cambiar su testamento ya
provocan hilaridad. Ni hablar de sus gruñidos con los que puntualiza cada
frase.
Sin embargo, Yabu
no es un mero payaso, tiene rasgos muy humanos y hasta positivos. lo vemos al
final que aboga para que su sobrino sea su sucesor y heredero. La locura
momentánea que lo afecta (y que lo delata) al saberse culpable de la muerte de Mariko,
también lo humaniza y permite verlo en
otra luz.
Fantástica la evolución que marca su relación con el Anjin-San. Al principio se burla de Blackthorne enseñándole a decir ‘’soy un perro” en japonés. Al final , ya se siente su compinche y quiere que ambos huyan a Inglaterra juntos.
La grandeza de
Yabu solo se comprende en la escena final donde demuestra sabiduría e intuición
siendo el único que puede ver dentro de su señor. Se entiende que Toranaga lo
vea más peligroso que el inglés y decida matarlo.
Creo que la mayor
parte de la audiencia sintió tristeza ante la muerte de un personaje tan variado,
pero solo un fragmento ha notado la turbiedad del personaje de Toranaga. Ese
fragmento está compuesto por lectores de la novela que hemos entrado en shock
al ver un bushó que es cien veces más oscuro y cruel que como se lo hubiese
imaginado Clavell.
Definitivamente
Shogun no es Feminista
Lo más chocante
de este Toranaga es el modo en que maneja a Mariko como si fuese una marioneta,
abusando de la fragilidad emocional de su vasalla. Esto priva a Mariko del
poder que le concedió su creador y es un golpe bajo a cualquier ínfula
feminista que haya prometido la serie
Si vamos a ser
francos no encontramos un verdadero icono feminista en este cuento donde las
mujeres son meros trasfondos para las acciones de sus hombres o son
instrumentos de ellos. Al final de este relato, Anjin-San ha sido privado de toda compañía
femenina reducido a un pobre payaso que cree ingenuamente que podrá construir
un barco y retornar a su tierra, pero ¿qué importa cuando hasta Buntaro lo está
apoyando en su fútil empresa? Ese encuentro final tan redolente del male
bonding es casi un insulto a la memoria de Mariko.
Con toda mi
admiración por la cultura japonesa, no creo que esta serie la refleje
positivamente. Para muchos la serie si ha explorado la mentalidad nipona de la
época, pero creo que lo dicen por el discurso de Kiku sobre el Mundó del Sauce
que, con toda su poesía, no puede
ocultar lo humillante de la prostitución.
Hablando de
poesía me ha hecho gracia que todos estos personajes, incluyendo los más
sanguinarios samuráis detengan sus intrigas y katanazos para sacarse un poema
de la manga así de improviso. Es como el brutal Buntaro que honra a su esposa
con la delicada ceremonia del té. O el que el Círculo de Regentes elija a un
daimio que le gusta participar en el teatro kabuki
Aunque tales
inclusiones den un toque exótico a la historia no la siento más japonesa que si
hubiese puesto a Omi practicando el origami haciendo pajaritos de papel o que
nos enteremos que Ishido planta pinitos bonsái. ¿Qué opinan ustedes?
Yabu se convirtió poco a poco en mi personaje favorito y me dió mucha pena que muriera. Al final tenía la esperanza que Toranaga le perdonara. (Creo que fue el actor que lo hizo tan simpático, me recordó a los personajes de dibujos animados japoneses de mi infancia.) Tambien me molestó que Toranaga dejara que su mentor se sacrificara por él, al igual que su hijo y Mariko. Como yo no sé nada del libro original ni de la serie del 80, no sabía que esperar de este personaje, pero si me molestaron sus acciones. (El coronel si me dijo que hicieron una revolución del libro, pero no tengo tanta curiosidad como para leerlo, ja!) Ya voy a leer tu respuesta al otro post.
ResponderEliminarAh y sobre la poesía. Para mí sirvió más para confundirme que nada porque no sabía si habían mensajes ocultos ahí que no estaba entendiendo, y a veces le retrocedía (para molestia de mis compañeros!)
ResponderEliminarNo puedo imaginarme una segunda parte sin Mariko y sin Yabu. ¿Y vamos a seguir teniendo a Blackthorne como el bufón de la corte? Alfonso me decía que el verdadero Yeyasu era mas maquiavélico que Toranaga, pero de que nos sirve tener de protagonista a un megalómano ambicioso?
Eliminarlo de los Haiku es estándar en la ficción histórica japonesa y Clavell lo utiliza muy bien, pero aquí estos poemas distraen de la trama.