lunes, 3 de junio de 2024

Toranaga vs Yabu: Lo peor y lo mejor de Shogun 2024

 


Ya he comentado las quejas de los Shogun haters (me refiero a la novela) sobre como James Clavell y la serie original dieron demasiado protagonismo un blanco. En esta versión quien tiene la voz principal—el dios que sale de la máquina— es Yoshi Toranaga, pero sus esfuerzos por prevalecer lo han vuelto un monstruo. A ratos nos sentimos más inclinados a simpatizar con su retorcido vasallo Kashigi Yabushige. Hemos visto como la serie destruyó al personaje de Mariko,  ahora hablaremos de la deshumanización de Toranaga. ¿Estos cambios mejoraron o empeoraron nuestra visión del mundo japones de la época?

Los que han acusado a Clavell de racismo no han leído la novela. El libro está narrado desde diferentes perspectivas y la única ‘”blanca” es la del Anjin San. Hay más enfoque japones que europeo, más capítulos escritos desde puntos de vista asiáticos que el del único caucásico. Me da pereza contar páginas, pero apostaría que Blackthorne y Toranaga tienen la misma cantidad de espacio narrativo.

Es cierto que la primera miniserie se enfocó totalmente en el actor principal, más joven, más guapo que Toshiro Mifune,  y con mayores posibilidades románticas. Hablamos de una época en que casi toda la televisión estaba dirigida un público femenino,  heterosexual y de todas las edades,  que querían historias de amor, aunque fuesen épicas de samurái.



Aun así, la destreza de Mifune consiguió darnos el retrato de un poderoso estratega, lleno de ambiciones, pero con sentido de justicia y sin la ferocidad que caracterizaba a Yabushige. Al final de la miniserie nos enteramos de que fue el nuevo shogun quien destruyó la nave del Anjin-san, pero no lo culpamos porque entendemos que quiera retener a alguien tan útil como el inglés.

El Contubernio entre Mariko y su Señor

Ninguna adaptación no ha contado los secretos de Toranaga que Clavell nos revela al final de su saga, como el bushó y Mariko confeccionaron un plan para obligar a Ishido a entregar a los rehenes. Así sabemos que Toranaga exigió a Mariko que se divorciase de Buntaro al regresar de Osaka.

Lo que indicaba dos cosas, la primera que esperaba que Mariko saliese viva de su empresa, y que sabía que ella era demasiado infeliz en su matrimonio como para poder dar todo su apoyo y buen consejo a su señor. Al final del libro sabemos que Mariko es mucho más que una traductora. es la confidente y asesora de Toranaga y como todo buen patrón, el samurái sabía que solo lejos de su esposo golpeador podrá dar lo mejor de sí.



La relación con Anjin-san también demuestra la evolución del pensamiento de Toranaga. Al principio solo ve en el inglés a un mercenario sin D-s ni ley. Luego comienza a temerle— tal como Mariko— al percibirlo como una avanzada de otra cultura que quiere infiltrarse en Japón para dominarlo. Finalmente le encuentra uso y mucho.

Para entonces ya no le teme, pero tampoco quiere que se marche. Desea que reemplace al Padre Alvito y a Mariko como traductor oficia de su nueva corte. En su último encuentro por primera vez Toranaga saluda al marinero con una reverencia como lo haría con alguien de su propia condición. Qué diferencia con la versión del 2024.

Al final de la miniserie de 1980 vemos a Toronaga observando a Blackthorne construyendo su nueva nave. Ahí descubrimos que fue él quien la hundió y que seguirá hundiendo los baros que el inglés construya con la herencia que le legó Mariko (otro detalle que la nueva versión obvió). Cuando el bushó observa filosóficamente que el destino del Anjin-San es no dejar nunca Japón, adivinamos un dejo de cariño por el marinero.

En cambio, en su larga y franca confesión a Yabu en el episodio final de la nueva versión, Toronaga explica que no dejará marcharse a Blackthorne porque “me hace reír”. No hay mejor declaración del rol bufonesco que el personaje de Cosmo Jarvis cumple en esta historia ni mayor reafirmación del desprecio que el shogun siente por él.



Aunque libro y series nos describen a Yoshi Toranaga como un implacable y ambicioso señor feudal y que compara a todos sus vasallos y hasta enemigos con sus halcones, el nivel maquiavélico y manipulador que alcanza el personaje de Hiroyuki Sanada supera cualquier rasgo negativo que le imputara Clavell.

El Sangriento Crimson Sky

Antes de decapitar a Yabu, Toranaga confirma lo que su samurái traidor descubre:  todos han sido parte de un siniestro plan para él convertirse en el nuevo shogun. Ese plan, Cielo Carmesí, que en el libro solo se menciona es como Toranaga manipula y sacrifica a todos a su alrededor,  desde su propio hijo hasta Yabu.



El público no repara en lo peor del plan. Toranaga ha convertido a Mariko en su Femme Nikita aprovechándose de la depresión clínica que afecta a su sierva y de sus manías suicidas. ¿Cómo podemos llamar a una serie “feminista” si la protagonista es motivada por su enfermedad mental y la manipulación de un hombre que solo busca usarla tal como ha usado a todos los que lo rodean?

Vemos que Zadaki traiciona a su medio hermano y lo toma prisionero con órdenes de llevarlo a Osaka ser enjuiciado. Se sabe que eso equivale a una sentencia de muerte. Toronaga puede rebelarse, tiene fuerzas leales, pero prefiere fingir sumisión a pesar de que esto ofende a sus samuráis que,  en el peor de los casos, deberán compartir el destino de su señor y en el mejor de los casos , convertirse en ronin, mercenarios parias.

Nagakado (o Nakagado como le puso mi hermano) ,  hijo de Toranaga intenta matar a su tío traidor y muere en el intento. Toranaga medita que la muerte de su hijo le ha comprado tiempo ya que amparado por su luto puede retrasar su viaje a Osaka. Mas tarde,  cuando se reúne con sus esposa y conoce a su nuevo hijo no se muestra triste al recordar al que sacrificó ya que ahora tiene otro heredero.

                                                Nakagado bien Ka.....o

Cuando el Padre Alvito,  de motu proprio,  aconseja a Toranaga acercarse a Lady Oshiba para enfrentar juntos a Ishido, el bushó lo despide. Sabe que irá a contarle al Padre Visitador y de ahí saldrá un corre-ve-y-dile entre los daimios cristianos que de seguro llegará donde Ishido, nuevamente creando la sensación de que no habrá rebelión solo sumisión.

Los vasallos de Toranaga no aceptan esta sumisión y exigen acción de parte de su señor. Hiromatsu, hombre de confianza y amigo de Toranaga,  amenaza con cometer sepukku si el futuro shogun persiste en su decisión de entregarse a Ishido. En un extremo de crueldad, Toranaga deja que su vasallo se destripe públicamente y que el pobre Buntaro decapite al padre.



Mas tarde,  Mariko se da cuenta que todo ha sido parte del sangriento plan de Toranaga y que ella es solo un peón más.  Toranaga la engatusa haciéndola sentir culpable de haberle reprochado a su padre el haberla casado con Buntaro y haber lloriqueado por años deseado la muerte.



 Akechi casó a su hija a sabiendas que su esposo la protegería. El deseaba verla viva hasta el momento en que Mariko pudiese vengar a su familia. Así le lava el cerebro Toranaga . Así, Mariko está dispuesta a morir cumpliendo los deseos de su padre y de su señor sin darse cuenta de que está siendo utilizada.

No es así en el libro donde al final, Nagakado y Hiromatsu gozan de buena salud. Es Mariko quien visita al Padre Alvito para contarle que Toranaga no planea rebelarse contra Ishido. De paso aboga por el Anjin-San ofreciendo a cambio de la vida de su amante, la destrucción del Erasmo.

Es cierto que Toranaga aceptó enviar a Mariko a Osaka , pero nunca planeó que su muerte fuese el final de su viaje. Ni Ishido la quería muerta. Mariko fue cómplice y asesora de Toranaga, todo lo planificaron juntos.  En la nueva versión, Toranaga afirma que Mariko era Cielo Carmesí y que su sacrificio era obligatorio para cumplir sus planes. Nos sofoca su crueldad.



Aún queda un paso peor para convertir a Yoshi Toranaga en el villano de este cuento. Sabiendo quienes son los culpables del hundimiento del Erasmo, el futuro shogun crea una última pantomima. Acusa a toda la aldea de Anjiro y comienza a ejecutar a inocentes diciendo que no se detendrá hasta que aparezca el verdadero culpable. ¿De dónde le bajó esta manía nazi al bushó?

El pobre Anjin-San desesperado intenta decirle a Toranaga que los culpables fueron los jesuitas. Detrás de su bigote,  su señor sonríe socarronamente. Blackthorne hace un último intento y ofrece cometer sepukku. Toranaga actúa exasperado como si tratara con un niño o un loco. Pronto nos damos cuenta del desprecio que siente por el inglés. Lo ve como una mascota díscola.

Yabu, Chistoso y Humano

De alguna manera el salvajismo de Toranaga borra la primera impresión de Yabu como la de degenerado sádico que fue como lo interpretó Frankie Sakai en la versión de 1980. Quizá sea el talento de Tadanobu Asano (me encantó saber que en su juventud fue rockero punk) lo que hace de Yabu un personaje con tantos matices, siendo el principal la comicidad que nos hace olvidar que se trata de un oportunista cruel y traicionero.



El momento en que Yabushige aparece en pantalla es un alivio a la tensión que se vive en una historia tan trágica como imprevista. El modo en que regaña constantemente a su sumiso ayudante del que ni sabemos el nombre,  hasta sus amenazas de cambiar su testamento ya provocan hilaridad. Ni hablar de sus gruñidos con los que puntualiza cada frase.



Sin embargo, Yabu no es un mero payaso, tiene rasgos muy humanos y hasta positivos. lo vemos al final que aboga para que su sobrino sea su sucesor y heredero. La locura momentánea que lo afecta (y que lo delata) al saberse culpable de la muerte de Mariko,  también lo humaniza y permite verlo en otra luz.

Fantástica la evolución que marca su relación con el Anjin-San. Al principio se burla de Blackthorne enseñándole a decir ‘’soy un perro” en japonés. Al final , ya se siente su compinche y quiere que ambos huyan a Inglaterra juntos.



La grandeza de Yabu solo se comprende en la escena final donde demuestra sabiduría e intuición siendo el único que puede ver dentro de su señor. Se entiende que Toranaga lo vea más peligroso que el inglés y decida matarlo.



Creo que la mayor parte de la audiencia sintió tristeza ante la muerte de un personaje tan variado, pero solo un fragmento ha notado la turbiedad del personaje de Toranaga. Ese fragmento está compuesto por lectores de la novela que hemos entrado en shock al ver un bushó que es cien veces más oscuro y cruel que como se lo hubiese imaginado Clavell.

Definitivamente Shogun no es Feminista

Lo más chocante de este Toranaga es el modo en que maneja a Mariko como si fuese una marioneta, abusando de la fragilidad emocional de su vasalla. Esto priva a Mariko del poder que le concedió su creador y es un golpe bajo a cualquier ínfula feminista que haya prometido la serie

Si vamos a ser francos no encontramos un verdadero icono feminista en este cuento donde las mujeres son meros trasfondos para las acciones de sus hombres o son instrumentos de ellos. Al final de este relato,  Anjin-San ha sido privado de toda compañía femenina reducido a un pobre payaso que cree ingenuamente que podrá construir un barco y retornar a su tierra, pero ¿qué importa cuando hasta Buntaro lo está apoyando en su fútil empresa? Ese encuentro final tan redolente del male bonding es casi un insulto a la memoria de Mariko.



Con toda mi admiración por la cultura japonesa, no creo que esta serie la refleje positivamente. Para muchos la serie si ha explorado la mentalidad nipona de la época, pero creo que lo dicen por el discurso de Kiku sobre el Mundó del Sauce que, con toda su poesía,  no puede ocultar lo humillante de la prostitución.

Hablando de poesía me ha hecho gracia que todos estos personajes, incluyendo los más sanguinarios samuráis detengan sus intrigas y katanazos para sacarse un poema de la manga así de improviso. Es como el brutal Buntaro que honra a su esposa con la delicada ceremonia del té. O el que el Círculo de Regentes elija a un daimio que le gusta participar en el teatro kabuki

Aunque tales inclusiones den un toque exótico a la historia no la siento más japonesa que si hubiese puesto a Omi practicando el origami haciendo pajaritos de papel o que nos enteremos que Ishido planta pinitos bonsái. ¿Qué opinan ustedes?

 

3 comentarios:

  1. Yabu se convirtió poco a poco en mi personaje favorito y me dió mucha pena que muriera. Al final tenía la esperanza que Toranaga le perdonara. (Creo que fue el actor que lo hizo tan simpático, me recordó a los personajes de dibujos animados japoneses de mi infancia.) Tambien me molestó que Toranaga dejara que su mentor se sacrificara por él, al igual que su hijo y Mariko. Como yo no sé nada del libro original ni de la serie del 80, no sabía que esperar de este personaje, pero si me molestaron sus acciones. (El coronel si me dijo que hicieron una revolución del libro, pero no tengo tanta curiosidad como para leerlo, ja!) Ya voy a leer tu respuesta al otro post.

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  2. Ah y sobre la poesía. Para mí sirvió más para confundirme que nada porque no sabía si habían mensajes ocultos ahí que no estaba entendiendo, y a veces le retrocedía (para molestia de mis compañeros!)

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    1. No puedo imaginarme una segunda parte sin Mariko y sin Yabu. ¿Y vamos a seguir teniendo a Blackthorne como el bufón de la corte? Alfonso me decía que el verdadero Yeyasu era mas maquiavélico que Toranaga, pero de que nos sirve tener de protagonista a un megalómano ambicioso?
      lo de los Haiku es estándar en la ficción histórica japonesa y Clavell lo utiliza muy bien, pero aquí estos poemas distraen de la trama.

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