lunes, 28 de junio de 2021

¿Por qué el Lusitania es menos recordado que el Titanic? Naufragios famosos y olvidados

 


Por más de un siglo, el desastre del Titanic ha coloreado nuestra imaginación popular creando puntos de referencia para comprender y visualizar lo que fue el naufragio de un mega barco. Pero posteriormente al hundimiento del trasatlántico, otros navíos también se hundirían con su carga de vidas humanas en aguas heladas y tropicales. ¿Por qué es el Titanic más importante y memorable que el Lusitania, el Laconia o el Wilhelm Gustloff cuyas tragedias fueron mayores o más dramáticas?

Dos años después de la tragedia del Titanic estallaba la Gran Guerra que haría olvidar cualquier desastre que la precediera. Durante el gran conflicto hubo muchos naufragios y catástrofes navales, el más conocido sería el hundimiento del Lusitania en el 2015. A pesar del barullo que causaría este hundimiento de un trasatlántico similar al Titanic, solo se hicieron un par de documentales contemporáneos.



La posguerra tendría muchos temas de desastres naturales, pero ninguno referente al Titanic. En 1935, inspirado por el incendio del Morro Castle que iba en camino entre Cuba y Nueva York, se incluyó la historia de un incendio en un barco donde se había instalado un club flotante llamado como el filme “El Infierno de Dante”.

Pienso que era el temor a los efectos especiales lo que haría titubear a los productores antes de ponerse a crear escenarios sobre desastres marítimos. Incluso durante la Segunda Guerra Mundial, la filmación de “In Which We Serve”la epopeya del hundimiento del Kelly que comandaba Lord Mountbatten en la Batalla de Creta costó su dinero y mucho esfuerzo por parte de Sir Noel Coward quien la dirigió.



Fue en ese entonces que los filmes de naufragios se centraron más en los náufragos que en el hundimiento de sus barcos. Esto es evidente en “Llifeboat,” la obra maestra de 1944 de Sir Alfred Hitchcock, que describe las aventuras de un extraño grupo de personas que se ven obligados a compartir un bote salvavidas después que su barco es hundido por submarinos alemanes. Desde entonces hasta la fiebre del Titanic del fin de siglo XX, lo que interesaría eran los náufragos y su sobrevivencia fuese en una isla como la parejita de “La Laguna Azul” o en un bote en compañía de un tigre como en “Life of Pi”.



A pesar de que la Segunda Guerra Mundial tuvo más desastres navales y naufragios que la primera ninguno ameritó más que olvidados documentales que en épocas pre-cable no tenían canales exclusivos que los presentasen. Había que pagar para verlos en el cine (y teatros especializados). No muchos se animaban a hacerlo.

Irónicamente, todos estos grandes naufragios modernos serian reflotados y recordados gracias al         “ "Titanic”  de David Cameron. Aunque parezca increíble, los frikis del Titanic pedían a gritos cuentos de gente ahogada, de botes salvavidas volteados y de obligatorios romances que acababan con uno de los enamorados hundiéndose en el mar. Debido a ese clamor, en la primera década del Siglo XXI se hicieron filmes sobre el hundimiento del Britannic, una especie de docudrama sobre el Lusitania, un telefilme alemán sobre el Wilhelm Gustloff el peor desastre naval de la historia y hasta una miniserie sobre el impacto de la explosión del Mont-Blanc que casi destruyó a la ciudad canadiense de Halifax.

El broche de oro lo pondría en el 2011, la coproducción germano-inglesa sobre el rescate de los sobrevivientes del Laconia por la valerosa tripulación del U-Boat 156. Todos estos esfuerzos son parte del fenómeno del Titanic y aunque todos tienen lugar en medio de un conflicto bélico, siguen las pautas establecidas por el arquetipo” titánico”.

Brittanic (2000)

En el 2000, debutaba en Fox Family” Brittanic” basada en el hundimiento de la nave “hermana” del Titanic. Aunque es cierto que el Britannic, un buque hospital, se hundió en las costas griegas en 1916, las teorías sobre las causas del naufragio son varias. El telefilme se inventó sabotaje efectuado por un espía alemán a bordo. El Mayor Tilbach del ejercito germano, tras matar a un inocente pastor, adopta su identidad y se infiltra en el baro. Ahí se prepara, con ayuda de marineros irlandeses, a volar el barco em altamar. La razón es que creen que el Britannic porta armas. Entremedio, el clérigo seduce a una institutriz (Amanda Ryan) que es una sobreviviente del Titanic donde perdió a su marido.



Sucede que Vera es también una agente del servicio secreto británico que se las arregla para impedir todos los intentos de sabotaje de su amante hasta que descubre que el pastorcillo es un agente enemigo. Finalmente, Tillbach logra hacer estallar unos explosivos que hunden el baro. Tenemos las escenas típicas, botes que no funcionan, estampida de pasajeros, niños perdidos etc. heroicamente Tillbach rescata a Vera, pero cae al mar. La química de la pareja era tan poco poderosa que me quedé dormida viendo este olvidable telefilme.



Shattered City (2003)

Casi tan olvidable es “Shattered City: The Explosión of Halifax” que debutó en la televisión canadiense en el 2003. El hecho que motivó el filme fue una de las explosiones más grandes de la historia ocurrida en la bahía de Halifax, Nueva Escocia en el invierno del 1916. El barco francés Mont-Blanc chocó con el noruego Imo. Debido a que el Motn-Blanc iba cargado de municiones, se armó un incendio que devino en una mega explosión que derribó árboles y edificios, destruyó líneas férreas y provocó un mini tsunami. Todo el barrio de Richmond de Halifax quedó destruido. Debido a las fuertes ventiscas casi fue imposible recibir auxilio por un par de días.



Toda la tragedia esta pesimamente relatada en una miniserie “mal narrada y mal actuada” como la describió Russell Smith en el Globe and Mail. Será por eso que lo único que recuerdo de ella fue un niñito al que el impacto de la explosión hizo que un trozo de madera se le clavase en el pecho y anduvo así por días, como un vampirito atravesado por una estaca.

Ahora me he enterado de que la serie está llena de mentiras y omisiones. Le echan la culpa al capitán que para mayor ignominia convierten en un súbdito británico (era canadiense). Para quedar bien con los vecinos muestran que el primer auxilio vino de los Estados Unidos opacando la ayuda que mandó el gobierno canadiense. y ninguna palabra sobre el tsunami. Tal vez porque los más afectados fueron una comunidad centenaria de nativos.

Sinking of the Lusitania : Terror at Sea (2007)

Casi tan poco memorable cuatro y años más tarde vino el único dramatizado sobre el hundimiento del Lusitania. Antes que todo pasemos a contar que fue lo que aconteció porque en mi día el hundimiento del Lusitania era parte de la clase de historia del doceavo grado. Hoy, ya ni se enseña historia.



Construido bajo la egida de Bruce Ismay, el Lusitania era un trasatlántico de las mismas dimensiones del Titanic. Para 1915, ya había efectuado más de doscientos viajes a través del Atlántico y aun en tiempos de guerra. Sin embargo, el Mar del Norte, zona navegada por el navío, era considerada territorio en guerra y los periódicos alemanes advertían que el Lusitania estaba en la mira de sus submarinos. A pesar de esas advertencias, fue una total sorpresa cuando en mayo del 1915, el trasatlántico fue alcanzado por un solo miserable torpedo y en media hora era parte del mar.

Aunque ocurrió en la tarde, estaban cerca de la costa y vinieron al rescate inmediatamente, de las casi dos mil personas a bordo solo sobrevivieron 764, tres de las cuales fallecerían después de su rescate debido a sus heridas. Por décadas se discutieron las razones para el hundimiento tan rápido y con tantas perdidas y hay varias teorías de conspiración. La más famosa es que el gobierno ingles deliberadamente expuso al navío, su tripulación y pasajeros a un ataque ya que esperaban (debido a que la mayoría de los últimos eran americanos) que un desastre de esa magnitud obligase al gobierno americano a declarle la guerra a Alemania.



 El telefilme es tan poco emocionante que parece docudrama sin serlo. A pesar de que nos presentan victimas reales como el junior millonario Alfred Gwynn Vanderbilt y ficticias como la actriz Dorothy Taylor, los muestran tan de carrera y en sus facetas más “privilegiadas” que no alcanzan a interesarnos. A pesar de que Vanderbilt intenta redimirse ayudando a los menos privilegiados a encaramarse en los botes no nos interesa su destino. En cuanto a Dorothy, solo sirve para protagonizar una macabra escena en que, debido al corte de electricidad, queda atrapada en un elevador muriendo ahogada como un animal enjaulado.

                        

El lado fuerte del argumento es la amistad de cubierta que se desarrolla entre el novelista escoses (y narrador del filme) Ian Holbourne y la niña Avis Dolphin de 12 años. Esta relación, que hoy se vería con malos ojos, sucedió realmente y es la razón por la que Avis, quien viajaba acompañada de dos criadas, (ambas se ahogaron) logró sobrevivir.

                   Ian Holbourne y Avis Dolphin

Tras poner a Avis en un bote, Ian se preparó para ahogarse con dignidad. Afortunadamente logró ser “pescado” de las aguas. Durante su estadía en el hospital Ian fue visitado por Avis, su amistad se afianzó y la chica pasó largas temporadas en casa de los Holbournes en Escocia. fue ahí donde conocería a su futuro esposo.

                           Avis comiendo postre antes del naufragio

El problema del no-docudrama es que en vez de esforzarse por crear personajes redondos se la pasa brincando del trasatlántico a las oficinas del almirantazgo en Londres, donde un asistente intenta convencer por días al Capitán Hobbs, director de inteligencia naval, del peligro que corre el Lusitania. Hobbs por descuido irresponsable no le hace caso.

Ocurrido el desastre, Hobbs corre a ver al Primer Lord para contarle que están en un lio gordo. Churchill, al que solo le falta una manzana en el hocico para parecer un cerdo, deja claro que el Almirantazgo no puede ser enlodado que hay que lanzarse en picada en contra el capitán del barco que milagrosamente ha sido salvado de las aguas.

                                 El Capitán Turner

Hay una especie de investigación /juicio. El Capitán Turner todavía traumatizado no sabe que decir. Hobbs, muy reptil él, intenta convencer/sobornar/amenazar a Lord Mersey que preside la investigación. Mersey asqueado, dictamina que ni el Almirantazgo ni Turner estuvieron en falta. La culpa está en el mentiroso reporte del submarino U-20 que insiste en que le bastó solo un torpedo para derrotar al barco.

En Berlín donde estaban un poco avergonzados por haber provocado tanta perdida humana, insistieron en que era solo un torpedo y que la razón por la cual el Lusitania hizo agua fue porque cargaba municiones y armamento no siendo así un barco neutral de pasajeros por lo que su hundimiento fue un legítimo acto de guerra. En 1982, el gobierno británico finalmente admitió que el Lusitania cargaba explosivos, ¿pero fue esa la causa de su precipitado hundimiento?  ¿Como se explica que ningún barco de la marina inglesa haya participado en las labores de rescate?  Como USA no declaró la guerra a Alemania hasta dos años más tarde, la teoría de empujar a los americanos a entrar en el conflicto está obsoleta. Así que mientras no hagan algo serio sobre el Lusitania, su naufragio seguirá siendo un misterio.

El Peor Naufragio de la Historia

La televisión alemana, animada por esta coproducción decidió al año siguiente hacer una miniserie sobre el más grande desastre marítimo de la historia, el hundimiento del “Wilhelm Gustloff” en enero de 1945. Poca gente sabe de esta desgracia. El Gustloff que lleva el nombre de un “mártir” del movimiento nazi fue bautizado con champaña en 1937. Antes de la guerra, fue un buque crucero usado solo para viajes recreacionales. En 1939 trajo a la Legión Condor que peleó en la Guerra Civil española de regreso a Alemania.

A comienzos de la guerra fue usado como barco hospital, pero finalmente se le dejó anclado en Gdynia por cinco años. Se le volvió a poner en servicio a fines del ‘44 para ser parte del convoy conocido como Operación Aníbal que pretendía evacuar personal militar, heridos y civiles de las zonas del Báltico que estaban siendo invadidas por el Ejército Soviético. Además de haber estado fuera de servicio por casi cinco años, el Gustloff solo podía cargar seis mil pasajeros. Cuando zarpó del puerto de Gosthafen (hoy Gdynia) llevaba más de 10.000, la mayoría civiles.



Unas horas más tarde, un enjambre de submarinos atacó el convoy. El Steuben con seis mil pasajeros se hundió con más de cinco mil a bordo. Del Goya solo sobrevivieron menos de doscientos, pero el mayor conteo de cadáveres lo tuvo el Gustloff. Solo se salvaron un poco más de dos mil. Casi cinco mil niños murieron ahogados o congelados en el gélido Báltico cuya temperatura estaba bajo cero gracias a nevadas y vientos huracanados que acompañaron el naufragio.

Tres torpedos alcanzaron el costado del navío. Uno destrozó las cabinas de los tripulantes, otro abrió un boquete en el medio llevándose de paso la mitad de la cubierta y quien estuviese en ella. También inundó la piscina donde estaban instaladas las auxiliares de la Kriegsmarine, el ultimo torpedo alcanzó la sala de máquinas. En menos de una hora el Gustloff se dio vuelta en campana. Quienes estaban adentro quedaron atrapados, porque los ventanales eran de vidrio a prueba de bala. Solo se pudo bajar un par de botes salvavidas y debido al calor de dentro del crucero, muchos náufragos se habían quitado los chalecos salvavidas. El espectáculo debe haber sido infernal, peor que en el Titanic.



Por mucho tiempo, se habló de un crimen de guerra puesto que la mayoría de las víctimas fueron civiles y que el barco en teoría era un Lazarett (buque hospital). Pero aun antes que Gunter Grass en su A paso de Cangrejo aniquilara estos mitos, se sabía que el buque no tenía señales que lo identificase como hospital, y llevaba entre sus pasajeros a soldados, marinos, toda una clase recién graduada de una escuela de submarinos, agentes de la Gestapo, jefes de partido nazi locales y 300 “ratonas grises” de la Kriegsmarine.

Nacht fiel uber Gotenhafen (1960)

Aun así, la pérdida humana es sobrecogedora y se esperaría que se hiciesen algunos dramatizados sobre el hecho. Tristemente los dos que se han hecho en Alemania son de una pobreza artística patética. Recientemente encontré el filme de 1960 “La noche cae sobre Gotenhafen”. Bajo el título en castellano de “Noche de angustia” y doblada al español-ibero está en YT. Me había prometido no hacer anuncios públicos de los hallazgos que encuentre en ese sitio, pero por vieja y mala no creo que esta peli corra el peligro de ser borrada.



Comienza la historia en un crucero de antes de la guerra. La locutora Maria, a pesar de estar comprometida con Kurt, coquetea con Hans contramaestre el barco. Kurt y Maria se casan, estalla la guerra, él parte al frente, ella se aburre en Berlín. En el Año Nuevo del 44, Maria se reencuentra con Hans y bajos las bombas aliadas le escriben a la cigüeña.

               ¡Huyamos de las bombas , vamos a hacer un bebé!

Maria va a ocultar su vergüenza en las propiedades del Báltico de su amiga Edith. Ahí conoce a la Generala von Reuss, interpretada por la estrella del Tercer Reich Brigitte Horney, quien la ayuda en el parto. Llegan los rusos, matan a Edith. Maria arrastrando a su crio, a la Generala y a su esposo mal herido, llega a Gotenhafen. Allí con ayuda de Hans, suben a bordo. Todo bien hasta que les llegan los torpedos. Ahí tenemos el cuento del Titanic, hombres que atropellan a las mujeres, hombres que se disfrazan de mujer para subirse a los escasos botes, etc.. Conteo de cadáveres, todos se ahogan, menos la Generala y él bebé de Maria.

                       María se encuentra con el padre de su hijo

El problema del filme aparte de la poca seriedad y exceso de dramatismo que se alternan en la narrativa es que su valor histórico es cero. Hay una victimización de los habitantes del Tercer Reich total. Los rusos son malos, matan mujeres, ahogan bebés, los Aliados tiran bombas. No se ve un militar en el barco. Todos son inocentes palomos. Solo al final, la rescatada Generala se manda un monologo sobre la complicidad de la mujer en la guerra ya que no detienen al hombre cuando quiere jugar a ser soldado.  WTF?

                 La Generala y Maria

Die Gustloff (2008)

Ese mismo espíritu reinó en la próxima aproximación a la tragedia del Gustloff, hecha casi medio siglo después de la primera trastada y les quedó tan mala o peor. Los disaster films tienen solo dos cosas en que apoyarse: efectos especiales y personajes tan interesantes y/o queribles que a uno le interese si se salvan o no. En ambos aspectos “die Gustloff” fracasa estrepitosamente.

Su única excusa es que sabiendo tan poco del naufragio, se debe apoyar en conjeturas y teorías de conspiración. Se sabe que el barco contaba con cuatro capitanes (¿por qué tantos?) dos de la marina mercante, el Capitán Zahn a cargo de los cadetes de submarino, y el Capitán Jorgensen quien normalmente comandaba el ex crucero. Jorgensen desoyó el consejo de Zahn y se internó en agua profunda dando la oportunidad al submarino, que navegaba cercano a la costa, de atacar el navío por la retaguardia.



En medio de la travesía, les llegó un mensaje enigmático alertándonos sobre una posible colisión con un dragaminas. Jorgensen ordenó entonces (todo ocurrió de noche) que encendieran las luces del barco lo que lo hizo visible al atacante. El mensaje ha dado pie a una teoría de que fue enviado por un marinero del Gustloff que era un agente soviético. El telefilme se adhiere esta teoría, pero la maneja tan mal que resulta incomprensible tanto el sabotaje como los motivos tras de él.

Han disminuido la cantidad de capitanes. Tenemos a un Jorgensen tan lacónico que no sabemos si es sonámbulo o está borracho. Tenemos al figurón Capitán de Corbeta Petrie, un nazi oportunista interpretado con exageración histérica por un Karl Markovics (Lida Baarova, Babylon Berlin) que parece que se olvidó de lo bien que trabajó en “Los Falsificadores” el año anterior. Por último, tenemos al “Héroe” Helmuth Kehding que está siendo sobrepasado por problemas personales y laborales. Está enamorado de Ericka una auxiliar de la Kriegsmarine. Helmuth quiere rescatarla y llevársela a Hamburgo, pero Ericka está bajo las órdenes de Bertha Burkat una especie de Cruella Deville que le ha tomado fastidio a su subalterna.

                         Demasiados capitanes. Cual mas inutil

Mas encima aparece en el barco, Harald Kehding, la oveja negra de la familia, un oficial de la SS que trabaja para la Gestapo local. No se sabe por qué motivo, pero los Hermanos Kehding se han distanciados. En un momento se dice que Harald perdió a su mujer e hijas en un bombardeo en Hamburgo. Este es un leitmotiv de este cine victimizado del Tercer Reich, aparece en “Madres del Tercer Reich” y “Das Boot”. Pareciera que todo lo que hicieron los Aliados fue bombardear inocentes civiles.

La guinda del pastel es Heinz Schon, primo y única familia de Ericka. Resulta que es el radio operador del Gustloff y no quiere que su prima ‘deserte” para irse con el capitán del barco. Helmuth huele algo podrido en el Báltico, espía a Heinz y ve que anda en cosas raras. Se lo cuenta al hermano que decide que Heinz trabaja para los rusos, pero que Ericka es su cómplice.

                    Los novios y el primo aguafiestas

Como si no estuviera ya en un gran lio, Ericka se convierte en el hada madrina de los Siemanti, una familia de refugiados compuesta por Lilli que carga a su hija muerta y congelada; su hijo Kalli de 13 años al que quiere la Wehrmacht para que vaya a pelear contra los rusos; y la preñada Marianne. Con ayuda de Helmuth, Los Siemanti abordan el Gustloff. El capitán le da una “carta de compromiso” a Erika. Solo necesita la firma de Bertha para que pueda ausentarse con la excusa de que va a casarse.

La vivaracha Bertha hace arrestar a Ericka y ella finge ser la ‘novia” de la carta y así puede huir en el Gustloff. Con ayuda de Lily, Erika escapa de su celda y aborda el barco, pero es avistada por Bertha quien ha hecho amistad con el jefe del Partido Nazi local. Ahora ellos, más Harald, buscan a Ericka quien se la pasa corriendo y siendo correteada como en las caricaturas. Ericka se oculta en una ambulancia, en el baño, en la sala de las turbinas. Lo que debería ser dramático es una farsa.

Heinz, que realmente es un saboteador, manda el falso telegrama de alerta. Petrie, apoyado por Jorgensen, ordena encender las luces del barco. “Ahora nos verán hasta Leningrado” dice Helmuth desolado. Ocurre el ataque y los nazis oportunistas son los primeros en abordar los pocos botes salvavidas. Antes de subirse a un bote, Petrie mata a su perro Hasso y lo arroja por la borda. Ericka y Lilli se suben a un bote y se encuentran con el capitán Jorgensen muy cómodo. Otro que se salva es el nazi que insiste en rescatar un retrato del Fuhrer.

                       El atorrante con su retrato del Fuhrer

La bruja Bertha se ahoga cuando el segundo torpedo despedaza la piscina que las Ratonas Grises han convertido en su dormitorio. Es una de las pocas escenas buenas de este mediocre telefilme, pero esta copiada de la del filme de los 60. La única diferencia es que las chicas ahora están de uniforme. Las escenas del naufragio son bien toscas. “Gente manoteando en el agua” dijo un crítico.



Otro que se ahoga es un personaje secundario, pero uno de los pocos simpáticos y útiles. interpretado por el siempre competente Tom “Jaqen” Wlaschiha. El marinero Sertup es el único que ayuda a Erika, que impide que los hombres quiten el puesto a las mujeres. Es el quien consigue que Kalli, envuelto de la cabeza los pies en un chal sea confundido con una chica y permitido en un bote


                                  El Kehding bueno y el único marinero bueno

Los Kehding se han quedado a bordo y se empeñan en romper a hachazos las claraboyas. El malo se ahoga, Helmuth es rescatado por el bote donde van Kalli y Marianne que se pone a parir. Ella muere, su hijo vive. Lilli también muere y a Kalli se lo lleva la Wehrmacht, a pesar de la patética pataleta de Helmuth. Él bebe acaba en brazos de una enfermera y a pesar de que Helmuth corretea a Petrie y Jorgensen en una escena que parece sacada de los Tres Chiflados, nadie es castigado.

                     La Wehrmacht viene a llevarse a Kalli recien naufragado

El público alemán no respondió bien a tanto disparate, los ratings fueron bajísimos y en Stern el crítico Bernd Gaebler dijo que “Die Gustloff” había hundido el género convirtiendo el drama histórico en kitsch. En la misma revista, Stephan Maus se quejó de la falta de contrición o al menos la mención de los crímenes del nazismo. Yo creo que retratar a los nazis como payasos oportunistas e incompetentes ya era algo. Agreguémosle que lo más que hacen los nazis en el filme es contra su propia gente. Al comienzo vemos a Harald presidiendo la ejecución de un par de aterrorizados alemanes acusados de sabotaje y un régimen que secuestra niños de brazos de sus madres para mandarlos al frente no puede ser muy admirable.

Pero la mayor critica es que los personajes no son lo suficientemente desarrollados para hacérnoslos interesantes. Estoy segura de que hay historias reales de sobrevivientes que merecen ser contadas. Es cierto que no hubo ni investigación ni castigo, pero también es cierto que la única persona real del filme es el capitán Jorgensen que no pudo ser juzgado porque la guerra acabó antes y los Aliados no estaban interesados en la muerte de 9.000 alemanes. Eso hizo posible que por décadas en Alemania existiese la idea de que el hundimiento del Gustloff fuera un crimen de guerra soviético.

Los créditos finales provocan ira y risa. Dicen que Helmuth y Erika, La Pareja que Nunca Existió,  se casaron y adoptaron al hijo de Marianne. Kalli sobrevivió la Batalla de Stettin. Petrie fue interrogado (¿por la muerte del perro?) ¿Como así, si estos personajes fueron inventados por los libretistas?  Como broche de oro, tras tanta paparrucha indecente sale un cartelito “todos los personajes son ficticios, pero están basados en gente real”.  WTF? ¿Qué gente real si todo este proyecto es una ofensa a las verdaderas víctimas del Gustloff?



Bernd Graebel habló del hundimiento del género, pero todavía les quedaban cartuchos para una última metralleta, la mejor. La historia del hundimiento y rescate del Laconia es un secreto muy guardado porque representa un bochorno para los Aliados. Para mi representa la decencia alemana que afloró a pesar de a adoctrinación y el Kool Aid nazi.  Como el filme es muy apegado a los hechos, voy a delinear la trama, intercalando explicaciones sobre cualquier licencia que se hayan tomado.

The Sinking of the Laconia (2011)

Se trata de una coproducción anglo-germana del 2011 que narra el viaje del Laconia un barco ingles que ha salido de Ciudad del Cabo rumbo a Southampton con 2,600 personas a bordo compuestas por tripulación, pasajeros civiles y 1,809 prisioneros italianos custodiados por guardias polacos.. Simultáneamente, la miniserie nos muestra a la tripulación del submarino U-156 y a su capitán Werner Hartestein (Ken Duken).



Hartentein parece un individuo simpático y decente, tiene buena relación con el Almirante Donitz (el omnipresente Thomas Kretschmann), con su jefe de máquinas (Mathias Koeberlin de “Charite”) y su tripulación. En este viaje se une a la tripulación un nuevo radio operador llamado Fiedler (Frederick Lau) que es convertido en objeto de bromas pesadas y otras formas de bullying por parte de sus compañeros. Cuando Fiedler intenta defenderse, el Capitán le da un sermón recordándole que la salvación de la tripulación reside en su unidad como equipo.

A bordo del Laconia los pasajeros actúan como si estuvieran en un crucero, animados por el Capitán Sharp (Brian Cox), quien ya sobrevivió un naufragio, y ahora solo quiere irse de excursión. Las charadas, concursos y otros eventos de la travesía son dirigidos por Elizabeth Fullwood (Lindsay Duncan) una viuda de guerra frívola y esnob. A pesar de haber dejado esposa e hijas en Londres, el Primer Oficial Mortimer (Andrew Buchan) se siente atraído por la enigmática Hilda Smith (Franka Potente) que viaja en compañía de su bebé Ella.



Elizabeth desconfía de Hilda que dice ser de Oxfordshire, pero tiene un acento raro. Solo que la Señora Fullwood está más ocupada seduciendo otros pasajeros. Su hija, tan ligera de cascos como la madre, seduce al jefe de camareros, un irlandés llamado Dechlan (Ciaran McEnamim) furibundo anti-Aliado y el personaje más antipático de la serie.



En las entrañas del navío las cosas no son tan alegres. Los prisioneros italianos están encarcelados en malas condiciones y sujetos al sadismo de los guardias polacos. Mortimer recibe un telegrama de Londres informándole que su familia ha perecido en un bombardeo. Va a buscar consuelo con Hilda y descubre entre sus papeles que Mrs. Smith es en realidad una alemana llamada Hildegarde Schmitz. La cree espía, pero aun así la escolta a un bote. Al saltar en él, Hilda pierde a la bebé en el mar. Ese es un momento horroroso, casi tanto como ver a los pobres italianos atrapados en sus celdas o pasados por bayoneta por sus captores polacos.

En la vida real fue peor. Efectivamente, los polacos no tenían municiones así que acuchillaron a los italianos. Los prisioneros que lograron llegar a cubierta se arrojaron al mar tratando de alcanzar el bote. Ahí los recibieron literalmente a hachazos. La sangre de los amputados atrajo a los tiburones. Se le agradece al filme que nos evite este truculento episodio.



Hartenstein y sus oficiales observan el hundimiento del navío hasta que oyen los gritos de mujeres y niños. Horrorizado, Hartenstein se da cuenta de que no se trataba de un navío militar. Inmediatamente ordena una operación de salvamento. Alcanzan a rescatar 193 personas aparte de remocar los botes salvavidas con más gente.

Hartenstein comienza a mandar telegrama. El primero es a la Kriegsmarine en Berlin. El segundo es a navíos amigos cercanos para que ayuden a salvar náufragos. El tercero es en inglés, un dialogo con el enemigo, pide que no impidan el rescate y promete no atacar a ninguna nave o avión que se acerque. Además, hace pintar la bandera de la Cruz Roja en la cubierta. Aun así, Hartenstein ordena que el submarino se sumerja. Con más de 200 personas a bordo, el U-156 casi se queda en el fondo del mar. Hartenstein se da cuenta que debe mantenerse en la superficie.

En Berlín, Donitz enfrenta un dilema. Aunque el rescate es un magnifico medio de publicidad positiva para el Tercer Reich, el Fuhrer no lo aprobará. Efectivamente, Hitler colérico ordena interrumpir la operación de rescate. Será el Almirante Raeder el que apruebe la continuación del rescate. Como es un filme de ficción, estos tejes y manejes son obviados para dar paso a escenas del interior del submarino y la interacción de rescatados y rescatistas.

Aparecen otros submarinos (dos alemanes y uno italiano) a ayudar en el rescate. Alcanzan a salvarse casi la mitad de los pasajeros. Y entonces llegan los americanos…. En el segundo día, la operación se va a pique gracias a un bombardeo americano que hunde, un bote salvavidas, deja malheridos a los náufragos y dañado el submarino. Hartenstein se da cuenta que para salvar a su tripulación y a su nave debe deshacerse de su carga humana. Les da botes a los náufragos, agua, comida, y por radio hace un convenio con barcos franceses para que los recojan en un punto convenido.

Mas de 13 botes fueron rescatados por el Gloire y el Dumont D’Urville. Otros náufragos fueron recogidos por el submarino Capellini que todavía andaba por la zona. Un par de botes rebeldes intentaron llegar a la costa de África. Algo que consiguieron 27 días más tarde. Ahí viajaba Hilda en la serie y el personaje que la inspiró, la enfermera misionera Doris Hawkins.

Tanto Doris como la humilde Mrs.  Gladys Foster, esposa de un capellán militar, son glamurizadas en el libreto convirtiendo a una en una alemana clandestina y a la otra en una casquivana viuda de guerra. En general, el telefilme o miniserie fue muy apegado a la verdad, incluyendo las medallas que recibió Hartenstein, su muerte un año más tarde con toda su tripulación de rescatistas y la siniestra “Orden Laconia” proclamada por Donitz en la que se prohibía terminantemente a los submarinos rescatar náufragos incluso darles agua. Como se descubrió durante el juicio de Donitz en Nuremberg, los americanos tenían las mismas órdenes. Eso hace más meritoria la maniobra del Capitán Hartenstein.



“The Sinking of the Laconia “acabó con los relatos de naufragios, aunque no con cuentos de submarinos. Sin el Laconia no existiría “Das Boot”. A pesar de que tanto el U-612 y su tripulación sean una antítesis de la camaradería existente en el U-56, si podemos decir que von Reinhartz en la segunda parte (y sus leales marineros) son un eco de Hartenstein y los suyos.

                                 Hartenstein y su tripulación

Los Naufragios Cuyos Cuentos Todavía No se Han Contado

¿Por qué es más fácil hacer un filme sobre barcos hundidos en guerras que los accidentados?  Después de todo, el Titanic chocó con un iceberg. No se ha hecho nada sobre el Andrea Doria, aunque si dos sobre el Achille Lauro. Tal vez es muy temprano para hacer ficción sobre el Costa Concordia, pero del Rainbow Warrior se han hecho dos muy olvidables miniseries australianas.

Aun incluso de naufragios de guerra hay mucho que no se ha filmado y solo los conocemos por oscuros documentales. Cuando nos condolemos del Gustloff también debemos recordar al Armenia el buque hospital soviético hundido por los alemanes en 1941, o los 77 niños evacuados que se ahogaron en 1940 cuando la Luftwaffe hundió el Ciudad de Benarés.



Los historiadores y la opinión pública son rápidos en juzgar y calificar como crímenes de guerra al submarino soviético que hundió al Gustloff o a la RAF por el incendio del Cap Arcona, el crucero donde se filmó el Titanic nazi. Yo, como Gunter Grass en A Paso de Cangrejo culpo a la guerra y a quienes la iniciaron. En el caso del Struma donde tripulación y pasajeros se ahogaron en el Bósforo sobreviviendo solo una persona, culpo a la maldad de los ingleses que impidieron a los pasajeros judíos refugiarse en lo que es hoy Israel, a la cobardía de los turcos que no les permitieron desembarcar en Estambul y al antisemitismo del gobierno rumano que empujó a los pasajeros del Struma a huir del país.



Por eso entiendo que los amigos de este tipo de entretenimiento o prefieran los efectos especiales que acompañan los hundimiento, o favorezcan al relato de quienes sobrevivieron. Debido a eso, si tuviese que escoger un naufragio que merece ser filmado, ese sería el del Cap Arcona.

Me gustaría algún libreto que dramatizase la historia del navío desde sus días de barco de lujo que atravesaba el Atlántico desde Hamburgo hasta Rio y Buenos Aires. Su participación en el cine dando vida al Titanic y su último viaje como campo de concentración acuático, tumba de 5.000 prisioneros y señuelo que atrajo las bombas de la Lutwaffe un día antes de la rendición de Alemania.



Pero reitero que el hincapié sea no en los muertos sino en los sobrevivientes como Henry Bawdik un tintorero de Buffalo en el estado de Nueva York, que nació judío polaco y a los quince años huyó de las llamas del Cap Arcona. Sin saber nadar, se arrojó al mar y logró ser rescatado para cuando llegó a la playa, el puerto de Lubeck estaba en manos inglesas.

El mérito de este relato es su diversidad en términos de la historia del holocausto. No todos los “pasajeros” eran judíos. Había soldados canadienses y norteamericanos, obreros esclavos secuestrados de la Europa Oriental y de Los Países Bajos, resistentes de todas partes de Europa. Incluso había un español, mejor aún, un afro-español. José Epita Mbomo, nacido en la Guinea española, había emigrado a la península donde se convirtió en mecánico de aviones y formó una familia con una cartagenera blanca.

                                      Los Epita el dia de su boda

Tras la derrota del bando republicano donde peleó, Epita se llevó a su familia a Francia. Alla se unió a la resistencia y fue arrestado en 1944. Llevado al campo de concentración de Neuengamme cerca de Hamburgo, el electricista tuvo la dudosa suerte de atraer la atención de los guardias que viéndolo como un individuo “exótico” lo pusieron a trabajar de camarero en la cantina de la SS. Así Epita consiguió mejor comida que compartió con sus compañeros. Llevado con estos a embarcarse en el Cap Arcona a fines de abril sobrevivió al incendio, a las bombas inglesas, tiros de la SS y pudo llegar a la playa. Eventualmente se reunió con su familia en Francia donde murió de cáncer en 1969. ¿No merece su historia ser contada?


                               Medallas y carné de deportado y de resistente de José Epita

La pregunta persiste ¿por que las historias de estos barcos son menos memorables que las del Titanic?  ¿Acaso el Lusitania no fue menos glamoroso y sus pasajeros menos importantes? ¿Acaso no murió más gente en el Wilhelm Gustloff? ¿O acaso el que los muertos sean enfermeras rusas o refugiados judíos los hace menos dignos de ser recordados que Los Strauss o Los Astor?

¿Qué es lo que crees que hace tan fascinantes estas historias? ¿Ver un barco gigante hundirse, las historias de los pasajeros antes del naufragio o la supervivencia de los náufragos?  ¿Hay algún naufragio que yo haya olvidado o que merezca que su historia se convierta en un libreto de cine o televisión?

NOTA: Debido a cambios de Blogger, a partir del Primero de julio de 2021, no recibiremos más notificaciones por correo de nuevas entradas o comentarios. Lamento una medida que tambien me afecta, pero espero no nos cause inconvenientes para seguir comunicandonos. Nada mas que tendremos que entrar mas a menudo a ver los cambios.

9 comentarios:

  1. ¡Buen artículo! NO conocía ninguno de los naufragios comentados. Eso sí, ayer me vi el film sobre el Laconia, ¡excelente!!! Me gustó mucho. Tuve muchas referencias de nuestra consentida "Das Boot", así que fue bastante entretenida e interesante verla y entenderla. Al menos todo lo de los submarinos. El "Titanic" como comentamos, los efectos especiales y las larguíssimas escenas del hundimiento (muy bien hechas) pues la hacen única. Fuera de eso, NO es un film que sea tan memorable. Otra cosa importante es que en los países latinos es muy famosa, y es una de las más repetidas en la tele. A cada rato reaparece el "Titanic" en español... ¡MMR!!! Yo esperaba en "Laconia" los mismos efectos del "Titanic" PERO NO hicieron falta. Nada de fatlta. Cuando termina esa primera parte, que pensé, ¿ahora qué, nos dieron la carne de aperitivo? Vino la 2da parte y sorprendió aún más. ¡Muchas gracias por la recomendación! ¡BESOS! RAFA

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    1. Rafael Ochoteco No hay por donde. He llegado a la conclusion de que el Titanic interesa por su hundimiento que fue original. No es costumbre que un barco "se caiga de espaldas" se hunda la mitad primero y luego se parta en dos. La diferencia es que naufragios como el del Laconia fueron efecto no de una rajadura en el casco sino del impacto de varios submarinos lo que provoc'o en muchos casos una vuelta en campana del buque. En el Titanic entonces buscamos el momento del naufragio 9s'adicos que somos) y lo que ocurra antes o despues deja de importar. En cambio en el Laconia, y lo notaste, la grandeza del cuento esta en el rescate. POr eso me gust'o fue una leccion de solidaridad en medio de una guerra inhumana.

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    2. Rafael Ochoteco Tienes raz'on. Sin el Laconia no existiria Das Boot: Die serie, cuya sorpresa es que la tripulacion de los U-Boot es una manga de delincuentes, sin principios, sin lazos que los unan, no son solo malos con el enemigo, sino entre ellos. Ver a Hartenstein que realmente era un caballero del mar y ver a los capitanes de las dos temporadas de dB: uno muy bonito, pero tan pavo que la tripuacion lo abandona en alta mar, otro que deserta, y otro tan loco que uno de sus mismos oficiales tiene que matarlo. Ahi te das cuenta de l diferencia, y Hartenstein existi'o, y los piratas de DAs Boot nacen de la ficcion.

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  2. Además te (les) comparto esto, una reseña sobre un libro acerca de los submarinos en el Caribe durante la 2da Guerra Mundial: https://www.elnuevodia.com/entretenimiento/cultura/notas/resena-literaria-el-impacto-que-la-segunda-guerra-mundial-tuvo-en-el-caribe/?fbclid=IwAR0pSVyuUKZExIy_r-upLT--2Rqbeg2TzNR7P3hQskMK8JOmmdeRrTkL8KI RAFA

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    1. Rafael Ochoteco Yo te dije que gracias a DB, yo descubri que la gran guerra de submarinos fue en nuestro continente. El libro se ve bueno, aunque un poco caro para lo que acostumbro comprar en Amazon.

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  3. Desde FB de Rafael Ochoteco
    María Elena Otra cosa que me pasó es que el alemán, como lengua, NUNCA me ha gustado, se me hace muy golpeado, o sea, como fuerte, sin chiste, no sé... el punto es que con "Laconia", escucharlos hablando bajito, suave, tranquilo, aunque NO entendía nada, obviamente, NO se me hizo golpeado como siempre...

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    1. Rafael Ochoteco Yo ya me estoy acostumbrando al alemán, se me hace melodioso. Pero tambien estamos acostumbrados a nazis gritones, y aqui todos eran tan amables. Por ejemplo, esa escena en que le llevan crema (By the way era Nivea) a la coquetona y cuando ella le dice a Hratenstein "si fuera usted inglés lo llamaría un caballero"y el le dice "Señora, tambien hay caballeros en Alemania".

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    2. DEsde FB de Rafael Ochoteco
      María Elena Ni noté que era Nivea... LOL!!! Tremendo ojo que tienes. 😉 Y la protagonista, también hablaba muy bonito en alemán, hasta físicamente me recordó a la prota de "Das Boot"...
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    3. Rafael Ochoteco No conocias a Franka Potente? Se hizo famosa con "Run, Lola, Run"y con las pelis de Jason Bourne, pero tambien estuvo en la segunda temporada de tu serie favorita American Horror Story. No, si no mostraron la marca. Lo que pasa es que en mi research descubri que los marineros de los U-Boat se les distribuia colonia Kolibri y crema Nivea . A proposito, Nivea era una firma alemana.

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