Aunque nos pese,
es innegable que Philippa Gregory, Michael Hirst y Dame Hilary Mantel son los
creadores de la segunda ola de Tudormania. También son los artífices de una
imagen mítica de Maria Bolena que muchas veces choca con lo poco que sabemos de
la dama. ¿Quién fue la verdadera Mary Boleyn y es mas interesante
su historia que las visiones que la Tudormania nos presenta?
En una entrevista
para la BBC History Magazine,
Philippa Gregory declaró que Mary Boleyn era su personaje favorito. Se entiende
puesto que La Otra Bolena es su creación casi total, en el sentido que su Mary
es mas ficción que datos históricos. Doña Pippa también ha agregado que fue
ella quien puso de moda a Maria. La siempre competitiva Dame Hilary (si ese par
se encuentra en la calle, se estrangulan) comentó burlesca que todo historiador
que haya tratado a Enrique VIII y/o Ana Bolena, por fuerza, debe mencionar a
Maria. Cierto, pero una cosa es ‘mencionar “y otra ofrecer al público una
visión interior de la psiquis del personaje.
Eric Ives dijo
que lo que sabemos de María Bolena cabe en una tarjeta. Debido a eso, les ha
tocado a los novelistas, y en este siglo a productores y guionistas, encontrar
a esa elusiva Otra Bolena. Cuando Gregory publica su The Other Boleyn Girl (2001) abre las puertas a la imaginación
ajena, pero también a los historiadores que se horrorizan ante las libertades
tomadas con una entidad histórica.
Es un crédito para Doña Pippa que solo después
de la publicación de la novela, y del debut de la primera adaptación de la BBC
(2003) y del filme (2008), hayan aparecido textos de historia cuyo tema sea
Mary Boleyn. Sin The Other Boleyn Girl,
Alison Weír no hubiese publicado Mary
Boleyn: Mistress of Kings (Maria
Bolena: amante de reyes). Publicado en el 2011, ese libro es considerado un
compendio historiográfico sobre la hermana de Ana Bolena, y aun así tiene más
agujeros que un cedazo en lo que respecta a datos factuales sobre la dama.
Una Familia de Tantas
En La Otra Bolena, Philippa Gregory crea un
retablo de marionetas donde los títeres son los miembros de la familia Bolena.
Ahí vemos a esa comadreja ambiciosa llamada Tomás Bolena: su aristocrática
esposa Lady Elizabeth Howard; El Tío Norfolk que quiere meter a una sobrina, la
que, de la talla, en la cama del rey; y la inocente Maria y sus hermanos
(mayores) la osada Ana y el ambiguo Jorge.
Fue gracias a ese
retablo, que se armaron elencos futuros con rostros reconocibles. Por ejemplo, Lady
Elizabeth no aparece en “Los Tudors” ni en “Wolf Hall’. Solo sabemos de su
existencia porque Dame Kristin Scott-Thomas la interpreta en la película. Su
interpretación de la matriarca Bolena es la de una mujer virtuosa, abochornada
por la codicia de su esposo y hermano, y por la liviandad de sus hijas. Un retrato
que no se parece al del libro donde la autora achaca a Elizabeth las mismas
aviesas intenciones del resto de su familia y la involucra en la trata de
blancas que es el negocio familiar.
Creo que ya es
hora de hablar de la verdadera Mary y para eso hay que ir al principio que no
es donde sus arquitectos del Tercer Milenio gustan iniciar su historia. En la
adaptación fílmica de The Other Boleyn
Girl, hay flashbacks a la infancia de los Hermanos Bolena. La unidad y
cariño del trio Ana-Jorge-Maria es un tema recurrente tanto en Gregory y sus
adaptaciones, como en “The Tudors”, tal vez para crear mayor empatía entre los
personajes. Hilary Mantel en Wolf Hall toma
otra actitud en la que hace que Maria le confiese a Cromwell que siempre ha
existido una rivalidad entre ella y su hermana.
“Wolf Hall”
comienza con Maria ya en la corte. La primera mención es cuando Cromwell informa
al Cardenal Wolsey que Maria es la nueva querida del rey. Mas adelante, en su
primera visita a Ana Bolena, Cromwell conoce a Maria, ya para entonces viuda y
descartada por Enrique. Mantel no hace mención del pasado de Maria en Francia. Gregory
comenta que las Bolena vivieron en Francia desde que eran pequeñas. En la
novela de Gregory (y en la serie) Maria ya esta instalada en la corte y asiste
a la ejecución del Duque de Buckingham, “su tío” (¿) He revisado toda la
genealogía de Maria y en ninguna parte hay parentesco con Buckingham que es
ejecutado por traición (en realidad por haberse peleado con Wolsey) a Enrique.
El verdadero Sir Thomas Boleyn |
La ficción muchas
veces nos muestra a los Bolena como parvenus, tenderos burgueses sin
aspiraciones a la nobleza. Si bien es cierto que Tomás Bolena era un millonario
cuya familia había hecho fortuna en la mecería, por parte de su madre Lady
Margaret Butler, no solo emparentaba con la más rancia nobleza irlandesa,
además tenia sangre real siendo descendiente directo del rey Eduardo I y su
primera esposa Leonor de Castilla. Mucho se habla de que Tomas Bolena hizo
fortuna al casarse con la aristocrática Lady Elizabeth Howard, hija del Duque
de Norfolk. Lo cierto es que aparte de ser mas rico que la novia, Bolena
compartía su pedigrí puesto que Elizabeth descendía también de Eduardo, pero de
su segundo matrimonio con Margarita de Francia.
Las Hermanas Bolena
En la adaptación
fímica de La Otra Bolena crearon toda
una entrada que difiere del libro y de la vida real. Tenemos a las Hermanas
Bolena jovencitas (catorce y quince años) todavía vírgenes y solteras viviendo en
el Castillo de Hever con su padre. En la vida real, Maria nació en 1499 y Ana
un año mas tarde. El filme sigue la pauta de Gregory quien decide que Maria (Scarlett
Johansson) sea menor, tal vez para explicar su timidez y sumisión. Lo que el
filme no nos explica es por que la casan antes que a Ana (Natalie Portman).
Thomas Bolena
(interpretado por un soñoliento Sir Mark Rylance) le consigue a Maria un marido
en la nobleza local. William Carey (interpretado por un entonces desconocido y
muy malgastado Benedict Cumberbatch) no consigue ganarse el corazón de la
romántica Maria y mucho menos cuando en la noche de bodas se pone a orinar en
una bacinica (¡!!)
Enrique VIII (Eric
Bana guapísimo, pero muy lejos de parecerse al verdadero Tudor) viene de casería
al Castillo de Hever. Bolena y su cuñado Norfolk (David Morissey) deciden
empujar a Anne (que no necesita empujones) a la cama del rey. Toda la familia
de acuerdo y hasta Enrique le entra al plan, pero la terquedad e impertinencia de
Ana solo consiguen que al rey lo tumbe su caballo.
Con un chichón en
la cabeza, lo último que quiere Enrique es ver a Ana. Mandan a Maria a
atenderlo. Al rey le gusta más esta hermana reservada y dócil y exige que Maria
vaya la corte a servir a su esposa, Catalina. Todos saben lo que eso significa.
Todos contentos, menos Maria que tiene escrúpulos morales y eso que a su marido
también le viene bien que la mujer ascienda en la corte, aunque sea horizontalmente.
¿Cuánto de esto
viene del libro? NADA. Lo que pasa es que Doña Pippa se puso muy lenta y
aburrida para contarnos esta historia Hubo que apurar un poco la trama para
trasladarla a la pantalla. La novela
comienza con Ana ya sirviendo a Catalina y le toma años acostarse con el rey (y
7 capítulos embarazarse). María
es tan torpe que hasta agota la pasión de Enrique aun antes de consumar su
relación. El pobre William Carey se lleva la sorpresa que lo hacen cornudo y
eso lo entristece mucho.
Lo curioso es que
ni libro ni cine nos mencionan las aventuras escabrosas de Maria en tierras
galas. Ya les conté que no era inocente ni cuando Enrique la conoció
bíblicamente mi siquiera cuando el marido hizo otro tanto. Eso se le ha criticado a Gregory. Su afán de aplicar
la dicotomía Madonna-prostituta a Las Hermanas Bolena. En su novela, Ana es la
que ha vivido en Francia y la que (siguiendo ese viejo prejuicio anglo) se ha
vuelto experta en cochinadas. Ella es la que aconseja a Maria de cómo
comportarse con el rey y que, aunque ya lo tenga entre las sábanas, no debe ser
una “puta floja” (lazy whore) y debe
‘trabajar” para no perderlo.
El Affaire Percy
En la película,
Ana es desterrada a Francia luego de su divorcio de Henry Percy. Históricamente,
la anulación de este matrimonio clandestino se le ha adjudicado al Cardenal Wolsey.
Así lo vemos en la miniserie “Enrique VIII” (2003) donde Ana es interpretada
magistralmente por Helena Bonham-Carter. Y así lo describen Maxwell Anderson en
Ana de los mil días y Hilary Mantel
en Wolf Hall (la serie recrea ese
encuentro entre Wolsey y Henry Percy) y es la razón por la cual Ana odia al cardenal.
En la novela de Gregory
(y el filme) Ana decide que mejor es ser esposa que amante y se compromete en
secreto con el hijo del Conde de Northumberland, Henry Percy. Con su
acostumbrada impulsividad, Ana lo obliga a casarse y a consumar el matrimonio,
sin permiso de los padres de ambos (ni del rey. Casarse entonces era asunto de
estado).
En el libro, Ana
se pavonea ante su hermana alardeando que se ha casado y acostado (wedded and bedded) con Percy. Maria cree
que su deber moral es alertar a sus padres. Todos los adultos del cuento se
confabulan y divorcian a la pareja. En el filme, vemos a Ana frenética galopar
por una playa, tras jurar venganza, y supuestamente rumbo a Francia (o a un
barco que la llevara al otro lado del Canal). En el libro es peor. Obligada por
su madre, Maria le escribe a Percy (fingiendo ser su hermana) rompiendo su
relación. Con razón Ana está tan enojada.
¿Hay algo de verdad
en este cuento? En 1523, cuando Ana era dama de Catalina de Aragón, se comprometió
con Henry Percy que era paje del Cardenal Wolsey. Percy recibió tremendo y público
regaño por parte de su patrón. Había tres razones para oponerse a una unión Bolena-Percy.
Como hija de un mero caballero (Tomás Bolena todavía no era Conde de Wiltshire
ni Vizconde Rochford) Ana estaba muy por dejo de los Northumberland. B) Se la
creía ya comprometida con un primo, Lord Ormonde. C) Se rumoraba que el rey
estaba interesado en ella. El caso es que entre Wolsey y el Conde de
Northumberland, anularon el matrimonio.
Ana siguió su
vida de siempre (en el libro, Gregory la envía desterrada al castillo de la familia)
y Percy fue obligado a casarse con Lady Mary Talbot. Percy y su mujer se
llevaban como perro y gato. Unos años más tarde, Lady Percy solicitó el
divorcio argumentando que su matrimonio no era válido, puesto que el marido
estaba realmente casado con Mistress Boleyn. En la vida real, Percy tuvo que
jurar ante un tribunal que esto no era cierto. En The Other Boleyn Girl, Ana obliga a su hermana a mentirle a Enrique
sobre ese asunto. El rey le cree a Maria que su hermana nunca consumó su
matrimonio, puesto que La Otra Bolena (al menos en la mente de doña Pippa) es
una santa, incapaz de mentir.
En “Wolf Hall” el
affaire Percy reaparece justo en medio del romance Ana-Enrique. Los Bolena se
asustan, puesto que el poder que Ana ejerce sobre el rey reside en su
virginidad. Hay una escena fantástica en la serie donde Cromwell se encuentra
con la familia en masa (Maria y su cuñada Jane también están presente)
encerrados en un cuarto, discutiendo el asunto, y lanzándose zapatos a la
cabeza. La solución es poner a Cromwell a cargo de todo este asunto.
De acuerdo con
Mantel, Percy es un vulgar chantajista al que Cromwell encuentra en una
taberna. Un poco de la labia de leguleyo, un poco de la violencia cromwelliana,
y el cobarde Percy se retracta. En “Los Tudor”
no se hace mención de Percy. En cambio, se nos hace creer que Ana perdió su
virginidad con su vecino y amigo de la infancia, el muy casado poeta Sir Thomas
Wyatt.
Las Bolena según “Los Tudor”
En suma, según Gregory, Ana se lanza a la caza
de un rey para vengarse de la hermana que destruyó su matrimonio. Según Mantel,
Maria nunca fue importante para Enrique, pero igual Ana se encapricha porque
desde pequeña siempre ha querido lo de la hermana. Hirst en cambio parece
adherirse a la idea de que Maria fue un solo un amor de paso, por lo que no le
molestaría mucho que su hermana la reemplazara entre las sabanas del rey. De
toda la ficción contemporánea sobre Las Bolena, “Los Tudor” es la única que
describe la vida de Maria en Francia.
En el primer
episodio de “Los Tudor”, Enrique recibe la visita de su embajador en Francia,
Sir Tomas Bolena. Le encarga los preparativos para su famoso encuentro en el Campo
del Paño de Oro con el Rey Francisco. Le pide informes sobre la corte gala.
Siguiendo un viejo cliché de la ficción inglesa de que Francia es un país
sexualmente corrupto, Bolena le habla sobre las picardías que tienen lugar en
esa corte. Enrique se sorprende puesto que Bolena ha llevado a sus hijas a
vivir con él a Paris. El embajador le asegura que tiene a sus niñas muy
vigiladas. Al final del episodio nos damos cuenta en que consiste esa
‘vigilancia”. Bolena desea presentar a sus hijas a Enrique para ver cuál puede
ser concubina del rey.
Perdita Weeks
interpreta a una atolondrada y Maria que se ríe e hipa al mismo tiempo.
Contrasta con la discreción y serenidad de Natalie Dormer que da vida a Ana.
Durante el encuentro en el Paño de Oro, Francisco le señala a Enrique a Maria e
insinúa que son amantes. Enrique que tiene una extraña relación con Francisco,
que bordea a ratos en bromance y en
otros en rivalidad psicótica, decide probar a “la yegua inglesa”. Maria lo
sorprende con su habilidad para la felación. tras lo cual se hacen amantes,
pero como otras mujeres que la serie nos muestra dando brincos en la cama del
rey Tudor, Maria no dura mucho ahí ni adquiere gran poder.
Unos años más
tarde, cuando Enrique se interesa en Ana, ahora dama de su hermana Maria Tudor,
en la puesta en escena del Castillo Verde, La Otra Bolena (presente) ya no
representa nada para el rey. Enrique puede perseguir a Ana sin remordimientos
por su anterior relación con la hermana. En la vida real, Enrique tenía tan
clara la gravedad (desde un punto eclesiástico) de su relación con Maria que
cuando solicita su divorcio de Catalina al Papa, también solicita una dispensa
para casarse con la hermana de una ex amante.
La Educación de las Bolena
“Los Tudors’ no
hacen caso de este reparo, a pesar de que Hirst es el único en poner a Maria en
suelo francés y describir su posible relación con Francisco I. La realidad es un poco más extensa. Como todas
las familias aristocráticas, los Bolena mandaron a sus hijas a educarse al
extranjero. Las cortes europeas eran el equivalente a nuestros internados
suizos. A los 12 años, Ana fue colocada en la corte de Margarita de Austria, un
centro cultural de ese tiempo. Ahí Ana aprendió a hablar francés fluido y le
tomó aprecio a los libros y las artes.
Maria, en cambio,
fue enviada, en 1514 a Francia, como parte del cortejo de la princesa Maria
Tudor que iba casarse con Luis XIII. Poco después, Ana se reuniría con su
hermana. Se sabe que Ana permaneció en la corte gala, aun después que la reina
enviudara y se casara con el Duque de Suffolk. Por ese entonces, Ana encontró
otro puesto en la casa de Claudia, hija de Luis, y esposa de Francisco.
Maria regresó a Inglaterra en 1519 (por lo que
no pudo haber un encuentro con Enrique en El Campo del Paño de Oro que tuvo
lugar un año más tarde). Sin embargo, el rumor en su día es que Maria había
sido obligada a regresar puesto que su reputación en Francia estaba hecha
trizas y la reina Claudia no la quería cerca del marido.
Maria entró a
servir a Catalina de Aragón como su dama, apenas llegada a Inglaterra. Es
posible que ahí haya atraído la atención de Enrique. Al menos, el rey estuvo
presente en la boda de Maria con William Carey, un año más tarde. En 1522, Ana
regresó a Inglaterra y también entró al servicio de la reina Catalina. Tuvo más
éxito que su hermana debido a su agudeza, su elegancia y su conocimiento de la
cultura francesa. Tal como nos la muestra “Wolf Hall”, hablaba ingles con
acento galo (“Cremuel” como le dice a Cromwell) y salpicaba su conversación con
frases en francés.
No hay fechas
para la relación entre Maria y Enrique. Se cree que se convirtió en la
concubina del rey poco después de casada y que esa relación puede haber durado
hasta 1525 o 1526. A pesar de que Hirst
nos hace creer que Enrique se interesó en Ana durante el espectáculo del Chateau Vert (1522) para entonces, el
rey tenía relaciones ya con Maria, y Ana estaba con Henry Percy. Tras la
anulación de su matrimonio (1523), Ana fue desterrada por su padre al castillo
familiar, no volvería la corte sino dos años mas tarde. Fue en 1526 cuando se
volvió pública la obsesión del rey por Mistress Boleyn.
La pregunta que
se hacen los historiadores es ¿cómo reacciono Mary? Siguió en la corte? Se fue
con su marido? Sirvió a regañadientes a su hermana? Y aquí entra en juego la
pregunta. ¿Tuvo Maria algo que ver con la caída de su hermana? Para los que creen a Ana culpable de los
cargos que la llevaron al cadalso, la pregunta es otra. ¿Fue La Otra Bolena
cómplice de su reina?
María, Cómplice de Ana
Esta pregunta no
tiene espacio en “Los Tudors” Ahí Mary es un accesorio del decorado, tal como una
silla, aparece poco, la cámara no la toma en cuenta, parece llevarse bien con
la hermana. Ana le cuenta que está embarazada y Mary luego se ve en la iglesia
fungiendo como madrina de Isabel (un detalle totalmente falso).
En “Wolf Hall”,
la complicidad es nula. Maria le tiene mas lealtad a Cromwell que a su
detestada hermana. Como la novela está escrita desde el punto de vista de
Cromwell, las confidencias de Maria sirven para saber que ocurre en sitios que Cromwell
no frecuenta. Es Maria quien le cuenta como Ana manipula al rey, negándole
favores sexuales. Es ella quien le revela en Calais que Ana está desnuda en
brazos de Enrique.
En el libro, es
Mary Shelton quien solicita una biblia para que su prima haga jurar al rey que
se casaran una vez que estén de regreso en Inglaterra. En la serie, es Maria la
encargada. Tiempo después, es ella quien revela a Cromwell que Ana está
embarazada. A pesar de que Mantel esta casi segura que Ana fue adultera, ya
para su caída, Maria no está en ninguna parte del paisaje.
La idea de la
complicidad de La Otra Bolena es estrictamente idea de Philippa Gregory. En el
libro y filme, Ana regresa a la corte cuando su hermana esta embarazada. La
idea es que, Enrique no busque consuelo en brazos de otra. Para eso Ana debe “entretenerlo”
lo hace tan bien que separa a Maria de Enrique. En el libro, Maria maldice a su
hermana deseando que Ana muera por” ser tan codiciosa” ¡Se consuela burlándose
de Ana con Catalina! Ah, pero como es Santa Bolena traiciona la confianza de su
reina delatándola con Tío Norfolk. En la
película, Scarlett solo nos muestra la cara llorosa de Maria que llega verse
bovina de tan aguantadora que es.
Mientras Anne
pasa miserables siete años de espera para casarse, Gregory tiene a Maria como
yoyo entre la corte y el campo, entre atender a su marido e hijos o ir a escuchar
su hermana quejarse. Sin embargo, son
Jorge y Maria (la inocente Santa Bolena) los que le enseñan a Ana a “atender”
al rey sin tener que comprometer su virginidad. Ese es el gran problema del
libro, Maria es un personaje tan contradictorio.
En la película,
Maria solo regresa la corte para convencer a Enrique que Ana sigue virgen, a pesar
de su matrimonio con Henry Percy. En el libro, Maria se vuelve tan compinche de
Ana que hasta se acuestan en la misma cama, y con George en el medio. Lady
Rochford, la esposa de George los ve y comienza a sospechar que este trio tiene
costumbres poco hermanables. Maria nota que Jorge y Ana no se besan como
hermanos, pero le es mas cómodo hacerse la loca.
La Conspiración de Los Bolena |
En el filme,
Enrique viola a Ana y la embaraza, solo entonces se casan. El libro es mas apegado a la realidad, con el
viaje a Calais, y la consumación que culmina en embarazo. Mary debe dejar a sus
hijos (y al nuevo marido que tiene escondido de la familia) para asistir a su
hermana hasta el nacimiento de Isabel. Es Maria a quien Ana recurre cuando
pierde al segundo bebé.
Maria solo
consigue librarse de ese ambiente y de ese comportamiento supino y masoquista,
cuando Ana descubre que se ha casado con un pobretón y la destierra al Castillo
de Hever, donde se van a esconder las hermanas cada vez que meten la pata. Pero
Ana no puede pasársela sin la hermana y la hace venir porque ha vuelto a
embarazarse, pero nuevamente pierde el bebé.
Mary vuelve a
Hever, Ana esta embarazada de nuevo, Mary debe regresar a la corte, etc., etc. ¿Diferencias
esta vez? Es obvio que el eufemismo de Ana (“fui al infierno a buscar este hijo”)
y la actitud de Jorge indican que el padre no es Enrique. Aun así, Maria tiene
un mega Síndrome de Estocolmo y sigue alcahueteando las locuras de sus
hermanos. Amenaza a Jane Seymour con sacarle los ojos si se acerca al Rey, y
trata de sobornar a la partera que ayuda a Ana a malparir un niño deforme. La
partera prefiere la gloria de decirle a Enrique que es padre de un monstruito
muerto (al parecer la deformidad de debe al incesto).
En el filme lo
hicieron todo un poco mas coherente. Maria se casa con William Stafford solo al
final, nunca es exiliada. Ayuda a Ana con un solo aborto. Se horroriza ante el
plan de Ana de engendrar un hijo con Jorge y se marcha por un tiempo de la
corte. Regresa solo para pedir clemencia por su hermana y para hacerse cargo de
Isabel. Un detalle totalmente no-histórico y del que hablaré en mi próximo blog
donde comentaré sobre los descendientes de Maria quienes hasta el día de hoy conservan,
sino el nombre, la sangre de los Bolena.
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