Los Ambiciosos Lowander: The Restaurant no es Downton Abbey

 

El descubrir los esquemas prevalecientes en un género ayuda a notar sus desviaciones y variaciones. Eso es lo que encuentro en El Restaurante, mi primer period piece sueco. Aunque me lo pasen como el Downton Abbey de Suecia, no lo es y la diferencia reside en dos detalles: una fijación casi “capitalista” en el dinero y los negocios,  aunada a personajes fastidiosos, tan mal esbozados que se vuelven esquemáticos.

La Princesa y el Cocinero

La serie comienza en mayo de 1945, lo que históricamente se conoce como V-E, el fin de la guerra en Europa. Sorprende ver una Estocolmo cubierta de confeti y a los suecos celebrando como en Nueva York. ¿No que eran neutrales? En medio de la batahola aparece la protagonista, Nina, una chica de buena familia que ese día conocerá a su gran amor. Calle es un chico pobre, un aspirante a chef, que ya va atrasado a su primer dia de trabajo. Atrapado en la atmosfera festiva, Calle besa en la boca a Nina.

Su retraso le cuesta a Calle un regaño y la enemistad de su patrón, Stikan, el chef estrella, del restaurante Djurgardskallaren, propiedad de los Lowender. Nina, la pelirroja de quien Calle se ha enamorado a primera vista, es la hija menor de la dueña, Helga Lowender una señora muy pragmática, muy enérgica y controladora.

Calle se pasa su primer día metiendo las patas e incurriendo en la ira de Stikan. Esa noche, el chef ordena al pinche de cocina que se quede hasta que llegue su reemplazo a las 4 de la mañana. Entremedio, Calle que ha limpiado todo lo que haya que limpiar y guardado lo que tiene que guardar,  recibe la visita de una huésped “de arriba”. Es a quien conoció en la calle, pero Nina le dice que se llama “Louise” y que tiene apetito (s). Calle prepara un roti (su especialidad) y luego se dan su buen revolcón.

                                      Nina prueba la cocina de Calle antes de probarlo a él

Cuando llega el reemplazo y ve el desorden, se da cuenta de lo ocurrido. Le cuenta a Stikan quien despide al nuevo inmediatamente. Calle es rescatado por Helga a quien él ha preparado un platillo exquisito. Furioso, Stikan, se propone obligar al chico a renunciar. Para eso le hará la vida imposible, con regaños, y castigos. Ese mismo día, Calle se entera,  y de la manera más humillante posible, que Nina es hija de la dueña.

Si Calle tuviese un centímetro de cerebro huiría de esa atmosfera toxica, pero prefiere seguir de faldero de la frívola y egoísta Nina. Es un romance muy desigual. La madre de Calle,  una costurera enferma, le toma tirria a Nina. No solo porque aleja a Calle de su deber de hombre de la familia que debe velar por la madre y por su hermano, pero también porque nota que no toma en serio a su hijo.

A Nina le encanta el sexo con Calle, ir a bañarse al río desnudos de madrugada, llevarlo a escondidas a su cuarto, pero aparece la madre y lo esconde bajo la cama.  Cuando Calle se le aparece enfrente de sus amigos empirigotados, a Nina le gustaría tener una mesa cerca para esconderlo. Ambos son tontos, egoístas, y descuidados, pero como ocurre siempre, es la chica la que paga por el descuido.

A pesar de que Helga toma con increíble serenidad el anuncio de que será abuela, es porque cree que el padre del bebé es de su clase y se casará con su hija. Como Nina no recibe más que una mesada de su madre,  no puede pagar a un buen médico,  y acaba teniendo un aborto de callejón.

De ahí,  Nina vivirá en unas montaña rusa: se casará con un millonario cotizado, tendrá una hija, alcanzará triunfos como propietaria de un club de jazz. Simultáneamente llevará una vida de frustraciones, cayendo en la cama con Calle a pesar de estar él casado,  e incluso cayendo en las drogas. Es un personaje muy poco edificante. Solo un escalón arriba de su canallesco hermano Gustaf.

                                    Nina y su familia casi perfecta

Hermanos y Rivales

La pregunta del millón es como Helga ha dejado su negocio en manos de un inútil como Gustaf. Mal hermano, mal patrón, mal marido (puesto que le oculta a su esposa que es homosexual) y por sobre todo ,  un mal administrador y un hombre sin visión ni escrúpulos. Ha gastado más de lo que debe y el banco está a punto de declarar el restaurante en bancarrota.

                                       Gustaf es una desilusión para su madre

Gustaf entonces recurre al gánster local,  Curt Ragnarsson,  quien descubre y fomenta la homosexualidad de su cliente para luego chantajearlo. No podemos sentir mucha lastima de Gustaf porque él también chantajea a una camarera al saber que está en el closet lésbico.

                                             El mafioso Ragnarsson

Gustaf es tan repugnante que nos creemos el bulo de que es su hermano Peter el héroe del cuento. Digamos que Peter es un mal menor. Su historia nos explica el por qué el V-E se celebró con tanto bullicio en Suecia.

La guerra europea impuso restricciones y racionamiento en los países neutrales. En Suecia existían las libretas de racionamiento a la par de un mercado negro de cartillas falsas o robadas. Gustaf se pone a vender las ultimas (proporcionadas por Ragnarsson)  a sus clientes y acaba preso. Es entonces que Nina y Peter, que acaba de ser licenciado del ejército, se hacen cargo del establecimiento. A Gustaf le bajan celos profesionales que devienen en una paranoia en la que cree que Peter pretende robarle negocio.

                                              Los Hermanitos Lowander

Peter no tiene tal intención. Solo ha aceptado hacerse cargo del restaurante por pedido de su madre. Él ha servido cinco años en las fuerzas armadas y ahora quiere ser abogado y casarse. Me he apurado un poco, volvamos a la lección de historia.

Desde que Hitler, en 1940, invade Dinamarca y Noruega, que Suecia se prepara para una invasión nazi,  (o rusa) establece un servicio militar obligatorio y mantiene a sus fuerzas armadas en alerta. Por eso Peter hace cinco años que no para en casa. Incluso ya licenciado,  prefiere seguir trabajando con los refugiados.

Al final de la guerra, muchos sobrevivientes de los campos de concentración fueron llevados a hospitales suecos y se crearon campamentos para los que se recuperaban. En uno de ellos, Peter conoce a Suzanne Goldstein, una pianista francesa,  sobreviviente de Auschwitz. Peter se enamora de ella y  decide llevarla a Estocolmo a conocer a su familia.

Antisemitismo a La Sueca

Primer error de Peter. ¿Como van los antisemitas Lowander a aceptar a Suzanne? Descubrimos junto con Suzanne que los suecos no gustan de los judíos y ella encuentra judeofobia tanto en los empleados de cocina como en Ragnarsson. Los Lowander eran tan pronazis que una de las razones por la cual el restaurant ya no tiene clientes es porque estos quieren desasociarse de gente que apoyó al bando perdedor.

Segundo error de Peter. Mete a una pianista— y obviamente una mujer refinada— a picar cebolla en la cocina de su restaurante. No solo Suzanne es vista con sospecha por el resto del personal  (porque tiene un numero en el brazo) sino que le caen encima cundo se descubre que es….¡Una Ladrona de Nabos!

Suzanne sufre de un síndrome muy común en los sobrevivientes, el hábito de acumular y esconder comida. Yo misma recuerdo viejitos comiéndose hasta la última miguita de un plato o escondiéndose panecillos en los bolsillos. De una manera muy torpe y humillante, Peter consigue que su amante le explique que aun libre, teme al hambre.

Tercer error de Peter,  quedarse con esa explicación y no indagar más. Es obvio que Suzanne no está bien ni física ni mentalmente. Tiene pesadillas constantes que,  aunadas a sus miedos y a su silencio,  deberían ser tema de conversación y atención. Para Peter es más cómodo fingir que su mujer está bien y no hacer preguntas.

Cuarto error, Suzanne se ve mayor que Peter, como no entró en Auschwitz a los catorce años es natural que tenga un pasado, una vida hecha. La única vez que Peter pregunta sobre ese pasado es cuando Suzanne menciona haber sido una asidua cliente de La Coupole. Cuando ella no elabora sobre ese tiempo, Peter no continua. Es normal en toda relación querer saber algo de la vida de una pareja. Peter no lo hace, ni siquiera hace indagaciones por su cuenta.

Resulta risible que, dándole unas monedas a un carbonero, Gustaf monte una operación de espionaje y ya dueño de parte del pasado de su futura cuñada,  se lo cuente a Peter que estalla en reproches. ¿Como?  Si el mismo fue cómplice de una conspiración de silencio, que tristemente es igual a la que en la vida real rodeó a los sobrevivientes a quienes les tomó treinta años (y más ) poder contar su verdad.

Si me detengo en este punto es porque quiero situar a The Restaurant en alguna fórmula. Aquí se trata de la fórmula del “Negocio” donde miembros de un mismo clan tienen diferentes ideas de cómo llevar adelante una empresa familiar y se hacen zancadillas entre ellos. Los Lowander son tan cerdos entre sí que al lado de ellos los Roy de Sucession son los Hermanitos Walton.

Sin embargo, con esa falta de imaginación que caracteriza al periodismo de espectáculos se ha comparado a Var Tid Ar Nu (Ahora es nuestro tiempo, el verdadero nombre en sueco)  con Downton Abbey. ¡Que esperanza! Los Crowley pudieron haber sostenido alguna disputa en cómo sacar adelante al castillo ancestral, y a Robert le costó evolucionar con los tiempos, pero incluso las rencillas envidiosas de Edith y Mary demostraban más decencia y respeto por la unidad familiar que lo que exhiben los dueños del Djurgardskalleren.

                                     Los de Arriba y Los de Abajo

Mejor Vean A Place to Call Home

Encuentro similitudes entre la serie sueca y la australiana A Place to Call Home. Aquí también tenemos una matriarca controladora,  solo que Elizabeth es mucho más dama y generosa que Helga. Aquí también tenemos una hija/nieta que se embaraza de un empleado, aunque Anna era mucho más valiente y lista que la incompetente Nina. Aquí también hay un pariente gay que hay que mantener en el closet. La diferencia entre Robert y Gustaf es que el primero siempre se nos aparece como un chico bueno víctima de prejuicios, en cambio, el sueco…

El romance Peter-Suzanne parece calcado del de George y Sarah, la diferencia está en que Sarah, poco a poco, va informando a George de su vida antes, durante y después de su cautiverio en Ravensbruck. Para cuando Elizabeth y Regina le vienen a George con chismes, él ya los conoce. El único obstáculo irrevocable es la reaparición del esposo de Sarah. Curiosamente esa resurrección es el menor de los problemas que separan a Peter de Suzanne.

En resumen, me ha sido tan difícil superar la primera temporada que ni me molesté en  ver las otras cuatro. No lo voy a hacer. Ya me leí los resúmenes y veo que Nina—que al final de la primera temporada se ha lanzado por una ventana—seguirá viva y cometiendo estupideces. Peter se pasará al lado oscuro,  y Gustaf seguirá siendo el mismo rufián de siempre. ¿Quién quiere ver eso? Personajes que no evolucionan o evolucionan para peor.

                                             Nina se avienta por una ventana

Aunque Calle no sea mala persona,  su dependencia de una mujer que nunca lo ha respetado,  le va a costar una buena esposa y una familia. Los Lowander son malos y tontos, Calle es simplemente tonto. Por eso más interesante resulta un personaje secundario, Margaretha “Maggan” la camarera despedida por volverse sindicalista. Que Maggan, campesina sin educación, madre soltera y con tendencias lésbicas, ( que entonces eran miradas como señal de demencia) logre ascender en la escalinata política de las uniones sindicales y llegue a altos puestos gubernamentales demuestra que vale más que los Lowander, sus patrones, y que tiene más materia gris que su colega Calle.

                                           Maggan y Lily

En términos artísticos/estéticos,  El restaurante bordea en lo mediocre. Algunas hermosas tomas de Estocolmo antiguo, tal vez fabricadas con CGI. El vestuario de Nina es el único que destaca, y la escasa iluminación no nos brinda nada impresionante en términos de interiores. ¿Cómo se la puede comparar a Downton Abbey? Los espacios son ta restringidos que la cocina del restaurante cabria dentro de la de mi mamá en Villa Alemana.

No me han quedado ganas de ver series de época suecas (las modernas nunca me han atraído). No ofrecen ni buenos relatos histórico, ni agasajo visual ni—para mí lo más importante—personajes en los que quiera invertir energías y cariño. Con la excepción de Maggan y de la cocinera Ethel, los personajes de este cuento son una manga de egoístas, oportunistas, ambiciosos , mentirosos y tan bobos que ya aburren. Me quedo con las producciones danesas. El quiera verla puede hacerlo via AMC+ y Sundance en Estados Unidos, y en Sundance en el resto del mundo.

Contenido Violento: Algunas peleas a puño limpio. La mejor es cuando Peter ataca los gánsteres con una manopla de metal. Hay un intento de suicidio de Nina y una nena también se defenestra.

Contenido Sexual: Nina y Calle desnudos en recamaras, cocinas y al aire libre. Escenas lésbicas entre Maggan y Lily.

Contenido Feminista: Nina chilla porque no la dejan hacerse cargo del negocio, pero realmente…¿ quién quiere poner a cargo a alguien que cae en las drogas y se cae de las ventanas?  El caso de Maggan que logra superar pobreza, discriminación y chantajes para hacerse un puesto en la política es más feminista.

Factor Diversidad: Todos son tan blancos que la única xenofobia va dirigida en contra de los judíos. Gustaf es gay atrincherado en su closet, Maggan descubre que le gustan las mujeres y lo asume con honestidad.