El Alto Manhattan se estremeció (en la ficción)
el día en que sus jóvenes figuras descubrieron que detrás del infame blog Gossip
Girl se ocultaba Dan Humphrey. Casi tanto como (en la realidad) cuando Las Cisnes
leyeron “La Cote Basque 1965”. En ambos casos el shock se debía a lo mismo.
Alguien de su entorno los había traicionado yendo más allá de los limites morales
que no debe sobrepasar un escritor.
Cuando Lily
Collins en Emily in Paris consigue hablar con un recluso diseñador
es a sabiendas que ambos son fanáticos de Reina Cotilla y las primeras
palabras que él le dirige son “todavía no puedo creer que era Dan”. Es que fue
un shock mayúsculo cuando, en el capítulo
final de la serie de Warner, se supo la identidad de alguien que tanto hiciese
sufrir a los personajes. ¿Como iba a ser Dan, quien tantas veces había ido víctima de la
lengua viperina de la bloguera, el que
revelase los secretos de sus íntimos incluso los de sus parejas?
Curiosamente en
ese episodio vimos que desde Blair Waldorf hasta el Alcalde Bloomberg habían
siempre sospechado que Gossip Girl era la fiel Dorotha. Es que ese tipo de
revelación amarillista siempre proviene del criado, del achichincle, del
pisoteado, del que tiene motivos para
tener rencor social. No el invitado a las fiestas, el wunderkind que
antes de los 25 años está publicando superventas, el que se acuesta con
maestras y estrellas de cine.
Capote, el
Impenitente
Sin embargo, si
revisamos Gossip Girl desde el piloto que vemos que Dan es material de resentido social, que sus
amigos han construido un monstruo que ahora, como demiurgo, los observa desde lo alto y destruye. Ahí está
su parecido con el autor de Breakfast at Tiffany’s .
Tanto John O’
Shea como James Baldwin (albeit en un sueño) le recuerdan a Capote
que ha sido “usado” por estas mujeres
que tanto confían en él. Su deber de escritor es denunciarlas, no merecen lealtad. Lo triste es que ellas
nunca han percibido a su escritor estrella como alguien que las desprecie y que
pueda representar un peligro para esa privacidad que tanto guardan.
Algo que se ha dicho
a raíz del debut de la Segunda Temporada de Feud, es la sorpresa de
Capote ante el rechazo social que originó la publicación de su cuento. Aunque
no todas sus amistades lo desinvitaron de sus fiestas, las más importantes si
lo hicieron y le quitaron el saludo. Truman respondió siempre que lo que él
escribió era ficción, es que Cisnes sabían que él estaba escribiendo sobre
ellas y ya un poco irritado soltó un “¿es que los ricos creían que no iba a escribir sobre
ellos?”
El problema de Capote,
y que revela lo mal que funcionaba su cabeza debido al consumo de substancias, es que lo que él llamaba “ficción” lo dejaba
como un mal amigo, como un ser poco confiable, como una pésima persona. La
pregunta clave es ver qué valor literario tenía “La Cote Basque 1965”y si era
necesario escribirla.
A la Saga de
Proust
A comienzos de
Los 60, Capote comenzó a dar pistas de que planeaba una obra monumental que
sería parecida a lo que hizo Marcel Proust en su saga : En Busca del Tiempo Perdido.
La diferencia es que la obra “capotiana” trataría sobre la case alta
neoyorquina contemporánea. Las Cisnes se emplumaron felices. Algunas ya se imaginaban
ser retratadas como la nueva Duquesa de Guermantes. Nadie entendía que la
diferencia era que Proust había escrito con amor y nostalgia sobre un mundo que
ya no existía. A lo mejor habría algún que otro personaje negativo como el Barón
Charlus, pero el verdadero Charlus ya estaba muerto y enterrado.
Por ser gay y
judío, Proust se sabía un extraño en la corte de sus personajes. Él se insertó
en su narrativa en el personaje de Swann, pero si amó o despreció ese mundo y a
sus habitantes ya eso es cosa pasada. Hoy solo busca capturar los recuerdos de
su juventud. No es un observador social sino un cronista cuya única motivación
es la nostalgia.
Fue Marella
Agnelli quien primero leyó el cuento de Capote y se horrorizo ante la toxicidad
y (lo nota la serie) la misoginia del
relato. Capote la tranquilizó, Las Cisnes eran tan tontas que nunca se
reconocerían en el texto. Por si las moscas, Signora Agnelli prefirió alejarse del
escritor.
En 1966, sin
mostrar una página escrita, Capote vendió su novela, titulada Plegarias
Atendidas, a Random House. Recibió un adelanto de $25,000 con la promesa de
publicarla en 1968. Para esa fecha, Capote
no tenía nada que mostrar, pero renegoció el contrato. Este sería un continuo
hasta 1981, tres renegociaciones, cada
una ameritando un jugoso cheque.
Lo único que se conoció
de la obra fueron cuatro capítulos que se leen como cuentos separados. No hay
hilo conductor más que un narrador llamado PB Jonesey, una especie de gigolo bisexual,
mezcla de Capote y del asesino de A sangre
fría (WTF?), que navega por diversos
espacios y funge como observador social. El primer cuento “Mojave” no trata de
nada escandaloso. El segundo, “Unspoiled Monsters” es una visión de Nueva York
en Los 40 y las “victimas” son colegas de Capote: Katherine Anne Porter y Tennessee
Williams. El tercero “Kate McCloud” es un velado retrato de la socialite Mona
Bismark. El cuarto es “La Cote Basque 1965”.
Tras la muerte de
Capote, este cuarteto ha sido publicado como Plegarias Alternativas. Los
cuentos aparecieron en la revista Esquire en 1975. Quien los lea verá
que son muy malos, muy inferiores a lo que había hecho famoso al autor. Se
entiende que le haya sido imposible continuar. Según Jack Dunphy, el rechazo de
Las Cisnes acabó con la vena creativa de su pareja.
Existen todo tipo
de leyendas sobre Answered Prayers, como que Capote escondió el manuscrito en una
casilla de un banco (o de una estación de buses Greyhound), que antes de morir le
dio una llave a Joanne Carson, pero a nadie le dio la dirección de la casilla.
“Se descubrirá el manuscrito cuando este quiera ser encontrado” fueron sus
cripticas palabras.
Muchos testifican
que vieron al escritor tomando notas en blocks de papel, pero nunca lo vieron mecanografiándolas,
que les leyó algunos cuentos, pero que parecía estar narrándolos, no recitando
lo escrito en papel. Muchos hablan de un quinto cuento “A Severe Insult to the
Brain” escrito en Los 80 sobre un Chevalier Servante de la Primera Dama
Nancy Reagan. Capote dijo que John O’ Shea le había robado ese cuento. Incluso
le puso una demanda que luego retiró. Mi opinión es que nunca existió un
manuscrito formal de Plegarias Atendidas porque Capote (a diferencia de
Proust y Dan Humphrey) nunca tuvo un esquema, nunca tuvo un propósito, nunca
tuvo en claro cual rol jugaría en su obra.
Gossip Girl y
su Denuncia de un Mundo de Parásitos
Tanto en sus
libros y relatos—como en su chismografía de Gossip Girl—Dan Humphrey hace una denuncia social en contra de un mundo de parásitos donde los
padres son peores que los hijos. “Un mundo donde los adolescentes se
comportaban como adultos y los adultos como adolescentes”. Para entender la psicología de Dan (y de
Capote) hay que trabajar con dos membretes: Outsider(forastero) e Insider
(uno de adentro). Truman Capote se sentía tan Insider que se atrevió a
exponer el lado secreto de su grupo social. El castigo de las Swans fue
remitirlo al rol de outsider, el
de paria.
Dan, al menos en su refugio literario, sigue siendo un testigo periférico. Ahí es
donde Gossip Girl lo ayuda. Ella es su verdadero yo. ¿Suena a psicópata verdad? Muchos fans de Penn Badgley han bromeado que la
patología de Dan lo llevó a ser Joe Goldberg, el asesino serial de su serie de
Netflix, You.
Ante que todo
veamos por qué Dan es un extraño al círculo de los nuevos cisnes de Park
Avenue. Hijo de bohemios—su madre es pintora y su padre es una ex estrella
del rock— Dan se ha criado en Dumbo, un barrio de Brooklyn. Sus padres le han
inculcado lo mejor de los valores progresistas y tradicionales. El error de
Rufus, su padre, es creer que es bueno que sus hijos se eduquen en una escuela
elite y enrola a Dan (y eventualmente a la pequeña Jenny) en la prestigiosa
secundaria del Upper East Side, Constance Billiard-St. Jude.
El piloto de la
serie tiene a Dan yendo a la escuela en el mismo bus que toman sus compañeros, el temible y popular Chuck Bass y el aristocrático
Nate Archibald. A pesar de que Dan lleva tres años en la misma clase, no lo
conocen y creen que se trata de un Stalker. “Qué curioso” musita Nate cuando Dan
les muestra que usan el mismo uniforme escolar .
Ese es Dan
Humphrey, el tipo de chico totalmente
invisible, e inmemorable. “Chico Solitario” lo apodará Gossip Girl, un individuo
del que nadie recuerda el nombre, al que le pierden el abrigo en el guardarropa,
y que hasta lo borran accidentalmente de
la lista de graduados.
Aun así, Dan
entra en ese círculo cerrado y gobernado por reglas desconocidas implantadas y
forzadas por la Abeja Reina, Blair Waldorf. Dan tiene un secreto, hace tres años
que ama en silencio a Serena van der Woodsen, la chica más popular de la
escuela. Un día Serena desaparece misteriosamente y retorna medio año más tarde
para verse convertida en una paria. Eso la hace acercarse a Dan y acercarlo a
su mundo, una sociedad de adolescentes soberbios que se sienten omnipotentes gracias
al dinero de los padres.
El círculo de
Serena solo tiene un temor, ser expuesto por Gossip Girl, una misteriosa bloguera
cuyo sitio revela los chismes del momento y los secretos más recónditos. Nadie
sabe la identidad de esta chica que recolecta rumores (e incluso fotografías)
para bajar de los pedestales a todas las vacas sagradas adolescentes del Upper
East Side.
El Escritor
como Observador Social
Dan es un
observador agudo que nota lo que nadie más ve, que detrás de la relajación
moral y el consumismo de sus amigos están los padres, peores que sus hijos. Dan
descubre que el honorable Capitán Archibald, padre de Nate, es un drogadicto
que para mantener su hábito ha robado a su empresa; que la altanera, y muchas veces divorciada, Lily, madre de Serena
tiene amores clandestinos con el poderoso Bat Bass, padre de Chuck; y que toda
la arrogancia de Blair desaparece ante las críticas de su madre, una famosa
diseñadora de modas que ha empujado a su hija a la bulimia.
El mayor secreto
tiene que ver con la propia familia de Dan. Él lo descubrirá en el primer Thanksgiving
de la Primera Temporada . Los chicos van der Woodsen deciden pasar la fiesta
con Los Humphrey. Rufus y su mujer están separados. Ella vive fuera de Nueva
York, pero regresa a Brooklyn a cenar con su familia. De pronto Lily aparece en
el loft, y los chicos Humphrey descubren
que la madre de Serena fue una vez groupie y amante de Rufus. El amor sigue
ahí, se acaban las esperanzas de una reconciliación de los Esposos Humphrey,
Lily y Rufus renuevan su pasión, pero la temporada acaba con la boda de ella y
Bart Bass.
Para la Tercera Temporada,
Lily y Rufus deciden casarse. Eso posa un problema para Dan y Serena. ¿Es ético
que tengan amores ahora que son hermanastros? La situación empeora cuando se descubre que Lily
tuvo un hijo con Rufus y lo abandonó. Se entiende que para Dan tanto choque
psicológico solo tenga una salida, sus escritos. Aun así, la serie nos lo
muestra siempre luchando para que sus escrúpulos le impidan exponer los
secretos de su entorno.
En su último año
de secundaria, Dan cae bajo la protección de Noah Shapiro, un conocido
escritor. Shapiro le aconseja ampliar su mundo. No se la puede pasar
escribiendo sobre chicos pobres enamorados de chicas ricas. Dan acepta el
consejo y se acerca a Chuck Bass, su total opuesto, para observarlo. Ese será
el inicio del primer cuento protagonizado por el despreciable ”Charlie Trout”.
Shapiro le reprocha a Dan haber creado un villano acartonado. Debe encontrarle
el lado humano a Charlie Trout. Ese fue el error de Capote. En su afán de
degradar a Las Cisnes las deshumanizó y convirtió en aburridos clichés.
Dan continua con
su amistad con Chuck y descube que tras el cinismo y nihilismo de “Charlie
Trout” hay dolor por el menosprecio del padre. Se van de parranda y acaban
presos. Chuck va a pagar la fianza de Dan cuando encuentra entre las
pertenencias de su nuevo amigo el cuento que está escribiendo. Enojado, lo deja
tras las rejas. Seré Noah Shapiro quien saque libre al novel escritor.
Dan logra su sueño
de ver su cuento publicado en The New Yorker. Poco después, Noah
presenta a Dan con otro periodista importante. Quieren hacer un exposé
de Bart Bass y necesitan que les consiga datos. Dan se acerca al padre de Chuck
quien al principio lo rechaza, pero luego se interesa en ayudarlo a escribir
sobre la vida de un poderoso empresario. Es como si Bart reconociese en el
joven Humphrey cualidades que los asemejan. Esta amistad resurgirá a fines de
la última temporada para recordarnos que Dan no es una blanca paloma.
Chuck se entera
de los verdaderos motivos de Dan y le suplica que no le haga daño a su padre. Será
Rufus quien acabe de convencer a su hijo de que el periodismo investigativo no
es lo suyo. Dan se da cuenta que lo que descubra hará daño a Lily y a Serena y
decide no seguir con la historia.
Aun así, Dan
continuará escribiendo sobre la gente de su entorno siempre temiendo publicar y
hacer daño a sus propios Cisnes. Es a fines de la cuarta temporada que Vanessa
Abrams (amiga de la infancia y amante intermitente de Dan) encuentra el
manuscrito. En la próxima temporada descubrimos que Vanessa (con ayuda de Noah
Shapiro) ha vendido la novela de Dan sin permiso del autor.
De Wunderkind
a Gossip Girl
Dan recibe un
jugoso cheque y entra en pánico. Intenta
detener la publicación con ayuda del Príncipe de Mónaco, que está comprometido
con Blair, y hasta de Chuck Bass. No lo
consigue y el roman a clef recibe elogio de los críticos y reproches de
parte de amigos y parientes de Dan ya que ha exagerado sus defectos. El mayor
bochorno es saber que el autor está enamorado de “Claire”(Blair Waldorf).
La historia tiene
un final feliz. Dan se convierte en un fenómeno de las letras neoyorquinas.
Blair y él inician un romance y todo indica que ella prefiere el entorno más
sano y realista de su pareja. Pero, por alguna razón incomprensible para los
shiperos de “Dair”, los escritores lo arruinaron todo. Blair no puede
sustraerse a su dependencia sexual de Chuck y abandona a Dan.
Sintiéndose
traicionado, el escritor comienza a publicar cuentos semanalmente. Cada uno es
una exposición de todos los defectos de un personaje de su círculo. Como
ocurriera con Capote, el Upper East Side le cierra las puertas y al escritor parece
no importarle.
La abrupta solución
tiene lugar en el episodio final de la serie. Para detener a Serena que se
marcha a California y demostrarle su amor, Dan le hace una confesión escrita de
su mayor secreto. Ese mismo día Nate Archibald rescata su revista que se hunde en la bancarrota
gracias a un estupendo scoop (regalo de Dan): la verdadera identidad de Gossip
Girl.
Mas allá de la sorpresa
inicial, un anticlímax fue que nadie (con excepción de Blair) parecía muy incómodo
o enojado con quien había sido su verdugo por años. Nadie exige cuentas a Dan que sigue siendo un
escritor de fama (eso lo dicen en la nueva versión de Gossip Girl). Si hasta se casa con Serena. ¿Como es que no
se le canceló y desterró como ocurriera con Truman Capote?
Tengo varias teorías.
La primera es que, a diferencia de las Swans, el circulo de Dan vive de, y está
acostumbrado a, la publicidad negativa. Ya
hace rato que se ha dado cuenta que Dan no es un forastero indefenso. Su pluma (laptop)
es su espada y con ella se protege y ataca. Lo más importante , a diferencia de
Capote, Dan ha pasado a ser, por sus romances, su complicidad y su fama, “uno de ellos” y esto se evidencia en el final
de la Segunda Temporada .
Este final
corresponde a la graduación de secundaria de los alumnos de Constance
Billiard/St. Jude. Es el momento de tomar decisiones, quienes irán a la
universidad, quienes no, quien será la nueva Queen B de la escuela, quienes dejan
atrás su romances y emprenderán nuevos. Un consuelo para los jóvenes
desorientados es que quedará atrás el sarcasmo de Gossip Girl que solo opera a
nivel escolar.
Dolido por no
poder ir a Yale debido a su falta de recursos, Dan anuncia (al menos a Serena)
que quiere cortar lazos con esta gente que solo le ha hecho daño. Viendo la
serie de nuevo, con la certeza de la identidad de Gossip Girl, queda clara la última
venganza del escritor.
Durante la
ceremonia, todos reciben un alerta de Gossip Girl con una despedida burlesca,
acompañada de apodos ofensivos que reflejan lo peor de ellos con alusiones a la
promiscuidad de Nate, la debilidad de Blair, la cobardía de Chuck, etc.. Curiosamente
el apodo de Dan no es ofensivo “The Ultimate Insider”.
Irritada, Serena
decide descubrir quién es Gossip Girl. Por primera vez se insinúa que puede ser
varón, que va a la misma escuela y que es parte de esta clase que se gradúa ese
día. Indignada, Gossip Girl toma una
terrible venganza exponiendo los secretos que hasta ahora se ha guardado,
incluyendo el mayor, que Blair se acostó con el tío del hombre que ama. Aunque
la bloguera también expone secretos de Dan (su estadía en la cárcel y su
romance con su maestra de inglés), él no parece muy afectado.
Blair
se da cuenta y anuncia que Humphrey es en realidad el máximo Insider. El que es amigo de Nate, fue pareja de la It Girl, tuvo sexo con una maestra y ya tiene publicado un cuento en una revista prestigiosa. Aunque les moleste, Dan es parte de esa esfera social. Esa noche, Serena hace la última jugada, envía un mensaje a Gossip Girl emplazándola a un encuentro en un bar, so pena de que si no lo hace expondrá su verdadera identidad.
Serena y Nate
esperan en la barra y el primero en aparecer es …¡Dan Humphrey! Rápidamente
revela que ha sido citado por la bloguera. Confirman sus palabras, la aparición
de otros personajes también citados por Gossip Girl quien tiene la última
carcajada: anuncia que seguirá al grupo aun cuando ya no estén en la escuela.
Viendo el
episodio quince años más tarde y con plena conciencia de que Dan es Gossip
Girl, muchas preguntas tienen repuesta. Dan, en plan víctima, quiere alejarse
de ese mundo falso que lo ha rechazado, pero se da cuenta de que él puede echarles
en cara que es uno de ellos tal como puede seguir dominándolos bajo el disfraz
de Gossip Girl. Concientizarse de la importancia que la bloguera tiene sobre el
grupo le da un vistazo de su propio poder.
Gossip Girl es
parte de su obra literaria, es la plataforma que le da la visión demiúrgica del
escritor que Truman Capote no pudo alcanzar. Capote se creía un Insider, pero
descubrió que podía ser un intruso, un huésped indeseado. Dan en cambio le
recuerda al grupo que, aunque lo desprecien, él ahora es parte de ellos. Lo que
les falta saber son los otros roles que Dan-escritor adopta: el observador
social; el testigo de cargo, el juez.
Dan mantiene esas
identidades escondidas, adoptando públicamente
el rol de victima que ya ni el mismo se cree. Es algo que le dice Nellie Yuki
en la última temporada “deja de creerte El Gran Gatsby”. Dan reacciona y se
desenmascara sin pedir disculpas. Si
revela su verdad es para rescatar a Nate. El Alto Manhattan lo necesita a él,
no él a sus habitantes.
Si pensamos en la
carrera de Dan, en todos los escollos que ha sobrellevado, y como sus libros han sido publicados gracias
a gente que no son de su círculo (Shapiro, Vanessa), él es un triunfador por
derecho propio. No así Truman Capote. Acabo de leer que era Slim la que
consiguió sus contratos más lucrativos (Breakfast at Tiffany, A sangre fría
y posiblemente Plegarias atendidas); Lee Radziwill también lo puso en
contacto con gente famosa, por ejemplo, al
hacerlo acompañar a Los Rolling Stones en su tour de 1972. Ser el bufón del jet
set tenía muchas ventajas que Capote lanzó por la ventana impulsivamente. No es
para tenerle lástima como quiere la serie.
Al
desenmascararse, Dan Humphrey se vuelve más interesante y más importante para
la elite tenerlo entre ellos. En cambio, como dijo Ryan Gilbey en The Guardian, refiriéndose a “La Cote Basque 1965”: “Capote no
mordió la mano que lo alimentaba, se la comió hasta la muñeca”.
Voy a incluirles este fantástico artículo que encontré en la version en francés de Slate en la que comparan a Dan con Proust. Digamos que él si logró lo que Truman Capote planeaba hacer.
¿A cuál de los
dos chismosos prefieres? ¿Truman Capote o Dan Humphrey?
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