En el Siglo XX (y me temo que todavía ocurre hoy ) las mujeres creemos en ciertos mitos: un buen marido posee dinero y poder; para atrapar un buen marido hay que ser guapa; para ser poderosa una debe ser la mejor de su círculo; es preferible que te envidien a que te amen. Podría seguir, pero en la fábula que Ryan Murphy y Jon Robin Baitz han creado para la Segunda Temporada de Feud, todas estas máximas son causa de la destrucción de un grupo de mujeres cuyo mayor pecado fue ser bellas y su mayor tragedia confiar en un mal amigo. Vamos a ver quiénes fueron las mujeres de Capote.
Las Swans no
son Las Housewives
Me comentaba Gato
Rafa que el pitch usado por FX y Ryan ha sido vender a Las Swans como las “verdaderas
Real Housewives..” O sea, se las compara
con unas escandalosas inútiles y malas amigas. Incluso compararlas con la sutil
Desperate House Wives es ofensivo. A pesar de las quejas de Capote, ninguna
de sus Swans eran parásitos, todas en algún momento de su vida tuvieron empleos
en serio, todas aprovechaban el dinero adquirido para generar empleos y para
patrocinar obras filantrópicas o artísticas.
Las Cisnes eran
las Bertha Russell y Lina Astor de Los 60 y 70, siendo grandes anfitrionas,
mecenas de artistas (como Capote) y deslumbrando con su elegancia que servía de
publicidad para grandes modistos y de guía para que mujeres de todo el mundo
aprendiesen a vestirse y a desarrollar estilos. ¿Su labor más importante? Ellas
eran el rostro de una nueva elite.
La alta sociedad
neoyorquina había evolucionado desde La Edad Dorada. Los descendientes de los
Robber Barons eran la nueva aristocracia. Por algo Gloria Vanderbilt era una Cisne.
Aunque esta nueva Café Society permitía la entrada de californianas de
Hollywood como Slim Keith y de los nuevos Robber Barons, familias banqueras o
petroleras como los Rockefeller, no eran tan inclusivos.
Una ex cabaretera
como Anne Woodward nunca tuvo cabida, a pesar de haberse casado con Old Money.
Las Bouvier solo pudieron moverse en los mejores círculos gracias a que su
padrastro era un heredero petrolero llamado Auchincloss, y ni todos los millones de Bill Paley hicieron
olvidar a los descendientes de Los Knickerboker que era judío. Es interesante
comparar esa sociedad con el ultimo vistazo a “La Alta” de Manhattan a comienzos del Siglo XXI. Y
quien nos la dio fue ese micro universo de ricos y malcriados llamada Gossip Girl.
Ahí teníamos a
los Archibald, la familia de Nate, cuya abuelo era un “van der Vilt”. Blair era
una Waldorf y Serena tenía un apellido holandés que ya la asociaba con alguien
como Agnes Van Rhijn. Eso, aunque su madre—la nueva Babe Paley— era
hija de rancheros de Mendocino. Pero por algo su abuela se llamaba “C.Z.” Lo
mejor era ver con que tipo de socialites de la vida real se asociaban estos
nenes privilegiados: judíos como Ivanka y Jared, y asiáticos como Vera Wang . Una demostración del
avance desde los días de Las Cisnes.
Vera Wang y Blair Waldorf
Capote, Su
Madre y su Rencor Social
Un detalle
curioso es que Truman Capote era tan forastero como Bill Paley y ni siquiera
era millonario. Entró como un bufón de la realeza y así fue aceptado
convirtiéndose en una presencia indispensable. Lo que sus patrocinadores no
comprendieron es que ya para su llegada a la corte de Los Paley, el escritor cargaba un buen bagaje de rencor
social. El blanco de ese bagaje eran las mujeres que habían llegado a ese mundo
gracias a matrimonios ventajosos. Tal vez—y la serie juega con esa posibilidad—
Truman veía reflejadas en ellas a su ambiciosa madre, su peor enemiga.
Truman Capote nació
en 1920, en Monroeville, una aldea de Alabama. Su madre era una huérfana
sureña, pobre, ignorante, pero con sueños más grandes que sus medios. Lillie Mae
Faulk, quien más tarde usaría el apodo
de Nina, se casó con el padre de su hijo, solo porque Archulus Persons tenía un
auto grande que pensó la llevaría lejos de su miseria. Los únicos viajes que
Truman conocería antes de sus seis años serian a hoteluchos donde su madre lo
dejaba encerrado mientras se iba de parranda o donde traía hombres. Ya Nina había
descubierto que para conseguir algo en la vida tenía que venderse ella.
Cuando Truman tenía
seis años, su madre lo dejó en manos de unas tías que lo criaron. Para Truman
el abandono de sus padres fue un trauma total. Empeoraba el trauma el que Nina,
de vez en cuando, regresaba llenado de ilusiones a su hijo para luego defraudarlo.
Sus visitas no ayudaban a hacer olvidar a los vecinos la situación familiar de
un niño que por ser más pequeño que los de su edad y por tener una vocecita chillona
ya estaba condenado a ser objeto de burlas y humillaciones.
La situación de Truman
se agravó al descubrir en su adolescencia su condición de homosexual, algo que,
en Sur de la Depresión, podía ser estigmatizante y hasta peligroso. Por suerte
para él, Nina había encontrado una mina de oro en un antiguo coronel de la Cuba
Colonial. Don José García Capote había hecho fortuna en Wall Street, una
fortuna que pretendía compartir con su nueva esposa, Nina, y el hijo de ella a
quien adoptaría. Así Truman Persons, pasó a ser Truman García Capote.
En 1935, Truman
se trasladó a Nueva York a vivir en el mundo de privilegios de su madre, pero
las cosas no eran fáciles para Nina. Podría tener dinero, pero los salones de los
Vanderbilt, Los Whitney y los Rockefeller no estaban abiertos para alguien que
reemplazaba el pedigrí con un pasado escabroso. Nina comenzó a beber. En medio
de sus borracheras agredía a su hijo porque Truman iba a descubrir que su madre
era tan homófoba como la gente de Monroeville.
En sus copas,
Nina apostrofaría a su hijo con todos los epítetos que hoy consideramos parte
del lenguaje de odio. Esto provocó más trastornos en la psiquis del muchacho,
al punto que al presentarse al servicio militar fue rechazado por todas las
ramas del ejército, debido a sus múltiples problemas psicológicos,. Capote únicamente
encontraba refugio en sus escritos.
Su madre siguió
bebiendo y sufriendo delirios de grandeza. La gran tragedia fue cuando a Joe
Capote lo descubrieron involucrado en fraudes. La buena racha se acabó y Nina
volvió a la miseria de donde solo saldría por su propia mano, suicidándose en 1954. Lo que
debió ser una liberación para su hijo fue una carga peor. Truman, como Nina,
buscaría la aprobación del mundo exterior, aprendería a vivir más allá de sus
medios y, cuando las cosas se pusieran feas, encontraría refugio en la botella.
Las Cisnes
eran Malas Madres
Los insultos y
desaires de su madre aumentaron su inseguridad y desarrollaron en Truman Capote
cierto deprecio por las elites. No al punto de, como dice el fantasma materno en la serie, de
querer vengarla. Mi conclusión es que Capote veía reflejada en estas mujeres a
la madre que lo desamparó y menospreció. Veía que muchas de ellas, en su
ambición, buscaban ascender en la escala social y al hacerlo pisoteaban a sus
crías.
Cuando Capote expulsa
a Anne Woodward del Baile Blanco y Negro, le grita “¡Eres una mala madre!” Esto no ocurrió en la vida real. Se cree que
Anne y el escritor solo se conocieron una vez. Fue un encontronazo en un hotel
en St. Moritz donde la auto viuda le gritó “¡Mariconcito!” a la cara y él le
respondió “Mrs. Bang-Bang ”, pasando a ser este el apodo de Anne en boca de
Capote y su círculo.
Truman Capote
embelleció la historia de Anne. Cada vez que la contaba le agregaba nuevos
detalles. No se sabe si era bígama y ciertamente no arrastró el cadáver del
marido del baño hasta el umbral, pero otros detalles si son de dominio público.
Antes de casarse, Anne, una cabaretera y actriz de radioteatro, fue amante del
futuro suegro. Mr. Woodward tenía dudas sobre la masculinidad de su hijo. ¿Qué
mejor remedio que meterlo en la cama de su querida? No contaba con que Anne
andaba a la caza del apellido Woodward.
Varios años y dos
hijos después, Los Woodward se llevaban como perros y gatos. Una noche, Anne
accidentalmente mató a balazos al marido argumentando luego que lo había
confundido con un ladrón. La policía le creyó, pero el público no. Lo que
Truman vio en ella no solo fue una gold-digger que usaba epítetos
homófobos, tal como su madre. Además, él vio a una mujer que, en vez de aceptar
un discreto divorcio, prefirió dejar a sus hijos huérfanos y aplastados por un
estigma social que los llevaría a ambos al suicidio.
Cuanto más reviso
el listado de Las Swans encuentro dos vínculos en común, lo que estaban
dispuestas a hacer y soportar por seguir en lo alto del pináculo social, y lo
desdichados que fueron sus hijos. Varios se suicidaron. El caso de Anne no fue
único, uno de los cuatro hijos de Gloria Vanderbilt se lanzó por una ventana.
La historia más triste fue la de Edoardo Agnelli.
Marella
Caracciolo podría pertenecer a una antiquísima familia de la aristocracia
italiana, pero al casarse con el magnate de la FIAT, Gianni Agnelli, lo hizo
por una antiquísima razón: estaba embarazada. Marella, tan bella y sagaz que pudo ver antes que otras
cisnes el peligro que representaba Capote y se alejó de el bufón, no supo
alejar a su hijo de la mala influencia de su marido.
El narcisista
dueño de la FIAT convirtió a su único hijo varón en blanco de pullas y abusos
verbales que causaron tanto daño como los de Nina a Truman. La diferencia es
que a Edoardo solo le bastaron unos minutos para lanzarse al vacío. En cambio,
a Capote le tomaría años autodestruirse.
La serie ha
intentado encontrar una razón por la cual Truman escribió y publico ese artículo
del Esquire, el único encontrado en el que hay un ataque fontal a sus
amigas. Se ha dicho que lo hizo para vengar las humillaciones sufridas por su
madre de parte de la High Life neoyorquina. Él dijo que su ataque era en
contra de los maridos y que quería que estas mujeres reconociesen su triste
realidad y abandonasen a los hombres que las hacían infelices.
Otros han sido más
pragmáticos, y culpan al cerebro embotado por el alcohol y drogas del escritor
que no sabía en que lio se metía. En el confuso y surrealista episodio 6, nos
dicen que Truman quería denunciar a la clase alta, a su clasismo, su racismo y
otros -ismos. Capote no era un revolucionario de salón, nunca militó en ninguna
causa, nunca fue parte del movimiento Radical Chic como lo fueron Leonard
Bernstein y Jackie O.
Mi teoría—y a
ratos la serie me apoya—es que Truman castigó a las Swans por ser tan
malas madres que anteponían su posición y ambición por encima de sus hijos. Tal
como acusó a Anne Woodward de ser mala madre, lanzará esa acusación a Las
Cisnes en pleno en el episodio 6. Eso servirá para que James Baldwin agregue que,
en el mundo de los cines, las únicas familias felices son la compuestas por
aves gays (WTF?)
Las Swans no eran
peores madres que las reinas europeas o las actrices de Hollywood. incluso
algunas tuvieron buenas relaciones con sus hijos, ahí están los casos de C.Z.
Guest y Lee Radziwill. Curioso que ambas siempre apoyaron a Capote aun después
del escándalo y que el escritor las despedace en el episodio 6. ¿Quién queda
mal ahí? En realidad, la Princesa Radziwill pasó a ser la reemplazante de Babe
Paley. Su amistad con el escritor solo acabaría cuando, estando de visita en la casa de campo de Los Radziwill,
O’Shea le plantó tal paliza a Truman que de paso destruyó el chalet de
invitados de la casa.
En el capítulo 6,
Capote demuestra su envidia contando una gran cantidad de falsedades sobre Las Cisnes,
incluyendo que todas tienen amantes escondidos. ¡Tamaña novedad! pero no es tan
cierta. Los biógrafos no han encontrado esos amantes, pero si han encontrado
matrimonios fracasados porque las esposas creyeron que el dinero reemplazaba al
amor, el respeto y la dignidad que deben existir en una sociedad conyugal.
Slim, La Chica
Californiana
Tomemos el caso
de Nancy “Slim “Cross, tan forastera
como Truman, tan ambiciosa como Nina Capote, aunque su historia es menos
sórdida. Nacida en Salinas, California, su padre era dueño de varias fábricas
de envasados. En este espacio de novela de Steinbeck, Nancy tuvo una vida
familiar casi tan infeliz como la del protagonista de Al Este del Edén.
Su padre era un abusador que maltrataba a su mujer. Nancy sufrió del trauma de
ver a su hermanito morir quemado ante sus ojos. El padre culpó a la madre y
para sacársela de encima “sobornó” a sus hijas para que se fuesen a vivir con
él y así no tener que pagar pensión alimenticia.
Nancy se negó a
caer en esa trampa y permaneció junto a su madre. Desde Salinas era solo unas
horas de viaje a Hollywood y Nancy
encontró ahí medios para sobrevivir. No quería ser actriz, pero tenía el físico
para modelar. Con eso y algunos “regalitos” consiguió mantenerse. Se sabía
guapa y muchos actores lo notaban. Uno de ellos, Melvin Douglas, la apodaría
“Slim”(flaquita).
La minita de oro
que encontró Slim fue el director Howard Hawks. En Los 30, Hawks había
conseguido un importante sitial en el mundo del cine. Sin embargo, tenía fama
de mentiroso y mujeriego. Slim, por si sola, descubrió otra falla. Hawks era mal amante,
aun así, la flaquita no cejó sino hasta casarse con él.
Ese matrimonio
sería una serie de infidelidades por parte de ambos con una tregua a mediados
de Los 40. Hawks estaba empeñado en llevar a la pantalla To Have And Have
Not. Slim abrazó este proyecto del marido y ambos bajaron a La Habana a
convencer a Hemingway de vender los derechos de su novela.
Es interesante
ver el rol que Hemingway tuvo en la vida de Las Cisnes. Slim conocería a través
de Papa, a Babe y a C.Z. El jugaría un rol más dramático en la vida de la
entonces Mrs. Hawks. Se dice que hasta le propuso matrimonio. ¿Uno se pregunta si Hemingway no se hubiese
volado los sesos, habría llenado el lugar de literato mascota que Truman Capote
ocuparía luego?
Tras comprar los derechos,
Los Hawks comenzaron a planear la filmación. Él protagónico iba ser de Humphrey
Bogart que, gracias a Casablanca ,
se había convertido en el galán del momento. Se les ocurrió que entonces el
personaje debería tener un romance y se pusieron a desarrollar una protagonista
aun sin rostro. Un día, hojeando Harper’s Bazaar, Slim vio en el rostro
de una modelo a la heroína de su nuevo proyecto. Viajó a Nueva York y convenció
a esa adolescente judía llamada Betty Joan Perske de firmar un contrato , ir a
Hollywood y convertirse en Lauren Bacall.
Se decidió que el
personaje de Bacall se llamaría “Slim” y que Bogey que en el libro se llama
Harry, ahora sería “Steve”, el apodo de Howard. Los Hawks condicionaron el look
de Bacall para que se pareciese a Slim. Ella
aprendió a hablar, a vestirse y a actuar como su contraparte en la vida real. Cuando
en Feud—donde la ponen más malévola y toxica de lo que era—Slim
se queja de que Bacall le “robó” el look, olvida que fue ella quien le enseñó a
la viuda de Bogart a imitar su imagen.
To Have and
Have Not fue un éxito y las
cosas entre los Hawks mejoraron. Tanto así que le escribieron a la cigüeña. Fue
en 1947 que Slim tuvo a su única hija, la hoy reconocida diseñadora de
interiores Kitty Hawks. Sin embargo, ese intervalo romántico no duró. Howard volvió
a las andadas y su mujer se divorció, ya que había encontrado el verdadero amor
en el productor de teatro y cine Leland Hayward. Se conocieron en la casa de
Hemingway en Cuba y se casaron en Nueva York, en la propiedad de Long Island de
Los Paley. Tristemente esa historia de amor quedó trunca cuando otra Cisne se
metió en la laguna de Slim.
Slim y su hija Kitty junto a Truman en Los 70
Pamela, La
Cortesana
Pamela Dingby no
era una escaladora social. Hija de un Lord, había sido criada con todos los
privilegios y mimos que las aristócratas británicas recibían, pero desde
jovencita había descubierto que una buena manera de ganarse la vida era
acostándose con hombres ricos e influyentes. No quería casarse, solo que la mantuvieran. Para cuando desposó a
Randolph Churchill en 1939, la precedía su aura de cortesana. Al hijo de Sir
Winston, que iba camino a la guerra, solo
le preocupaba que la madre de su futuro heredero fuese sana y de buen pedigrí.
Pamela el día de su boda
Nacido el pequeño
Winston, sus padres siguieron caminos separados. Pamela continúo cosechando
amantes importantes hasta que conoció a Leland Hayward al que engatusó para que
dejase a su esposa. Slim nunca perdonó esta traición. ni siquiera el
convertirse en Lady Keith de Castleacre, al casarse con un banquero millonario,
la consoló. Pamela se divorció de Leland y se casó con un
antiguo amante, Averral Harriman.
La Fabulosa
Babe Cushing
Y llegamos a la más
bella, la más amada y la más traicionada de Las Cisnes de La Quinta Avenida.
Barbara Cushing nació en Boston con cuchara de plata en la boca. No solo fue
hija de gente de antiguo linaje (como C.Z. Guest), era también su padre un médico
brillante apodado “El Padre de la Neurocirugía Estadounidense”. Barbara y sus
hermanas compusieron un trio conocido como “Las Fabulosa Hermanas Cushing “, criadas
por su madre para ser hermosas y tener esposos principales.
La primera en
casarse, Betsey, enganchó a James
Roosevelt, hijo de FDR. Cuando llegó la hora de ser presentada en sociedad, Barbara “Babe” lo hizo en la Casa Blanca, como
parienta del Presidente Roosevelt y su familia. Ese mismo año, de vuelta de una
fiesta, Babe tuvo un accidente que le
destrozó el rostro. Los mejores cirujanos plásticos reconstruyeron sus
facciones dejándola más bella que antes. Sin embargo, el rostro de Babe conservo
una cierta rigidez que la hacía verse un poco dura y fría. Ese nuevo look la hacía
más reservada, distante, y ocultaba su
timidez e inseguridad.
NOTA: Acabo de
ver el segundo capítulo de nuevo. Después de vomitar en el baño de La Cote
Basque, Babe se pone su dentadura postiza. Muy poca gente—Capote entre ellos—sabía tuvo que usar una prótesis, resultado del accidente.
La belleza de
Babe la llevó a modelar, pero avanzó un paso más allá del mundo del modelaje. A
fines de Los 40, era editora de moda de Vogue.
Fue por entonces que se casó por primera vez. El elegido era Stanley Mortimer,
reconocida figura de sociedad y de los deportes, y heredero de la Standard Oil. Tuvieron dos
hijos Stanley Jr. y Amanda. Pero el matrimonio no iba bien. Para cuando Stanley
volvió de su servicio en la Segunda Guerra Mundial, sufría de una depresión tan
aguda que vivir con él era insoportable.
Babe y su primer vestido de novia
Su mujer seguía
siendo un figura icónica de su círculo social y se rumoraba que andaba en
amores con el multimillonario Bill Paley. Los Mortimer se divorciaron y Babe,
en 1947 se convirtió en la segunda Mrs. Paley. Tuvieron dos hijos, pero para
entender la dinámica de ese matrimonio hay que conocer los motivos para casarse
de ambos. Babe buscaba seguridad emocional y económica para sus hijos y para
ella. Bill era un hombre firme, vigoroso, creativo e implacable. No el tipo que
cayese en depresiones como el primer marido de Babe.
En cuanto a Paley,
el magnate adquirió la quintaesencia de la esposa trofeo. Babe era glamorosa,
considerada la segunda mujer más elegante del mundo (solo superada por la
Duquesa de Windsor), con excelentes amistades y contactos. Era también la llave
para que Bill entrase en una sociedad tan exclusiva que ni todos sus millones
podía hacer olvidar que era judío.
La sociedad no
olvidó ese detalle, hubo fiestas a las que los Paley no fueron invitados,
familias que nunca les abrieron las puertas, clubes que rechazaron aceptar a Bill
como miembro. La solución de Los Paley fue crear su propio grupo social
compuesto por lo mejor del mundo bohemio, de la farándula y de nuevos y viejos
ricos que fuesen más tolerantes de los orígenes semitas de su anfitrión. Así
Babe se convirtió en reina de un círculo de amigos con los que se codeaba en
sus muchas propiedades de Long Island, New Hampshire y Jamaica. A ese círculo
entró Truman Capote y ahí conoció mejor que nadie a Babe y su tragedia.
La Vida
Secreta de La Cisne Perfecta
En el primer
episodio, el escritor comenta que, para Bill, su esposa es otra más de sus
empleados, alguien a quien exigir un determinado comportamiento. No solo Babe
debía jugar su parte de la más bella y la más elegante, también debía construir
un mundo perfecto para el marido en donde todo debía estar en su sitio, sino… Bill
tenía un genio de los mil demonios y sus abusos verbales eran terribles. Babe
le tenía terror y evitaba darle motivos para pataletas y discusiones. En una
ocasión, antes de irse de vacaciones notó que una lampara de su piso estaba
rota. Tan asustada estaba que desde su viaje llamó a una hermana suplicándole
que fuese a su casa y cambiase la lampara para que Bill no la notara.
¿Se acuerdan de cómo
nos reíamos de Mrs. Maisel por esa rutina de belleza en que se acostaba
después y levantaba antes que su marido para que este no la viese sin
maquillaje o en rizadoras? Pues Babe la practicaba. Los Baley dormían en
cuartos separados y es que Bill no solo humillaba a su mujer con sus constantes
infidelidades, no la trataba como su
mujer. Poco después del nacimiento de su hija menor, Los Paley dejaron de hacer
vida marital. Esa fue la peor treta de Bill.
Lo extraordinario
es que nadie, ni sus hijos, conocían el calvario de Babe. Como toda gran dama,
ella se guardaba sus cuitas. Ni siquiera le reprochaba al marido su abandono y adulterios.
La serie nos la muestra recriminando a Bill en dos ocasiones que nunca
ocurrieron. La gran sorpresa fue en 1978, cuando antes de morir, y delante de testigos, Babe rechazó el cariño
que ahora le brindaba su marido y se atrevió a cubrirlo de reproches acusándolo
de haberla hecho muy infeliz.
Truman Capote no
solo ofendió a Babe con su cuento. En muchas ocasiones, amargado por el rechazo
de su cisne fetiche, contó en público detalles de la desdichada vida de la Señora
Paley. Según Capote, Babe había intentado suicidarse dos veces durante su
matrimonio siendo el escritor el encargado de ocultar los hechos.
Parte de los
disparates del Episodio Cuatro, es que Capote y Baldwin se solazan en un
desagradable momento de slutshaming en el que se burlan de la disipación
sexual de las Cisnes. En el caso de Babe, la serie miente. Babe no fue mujer de
amantes. El mismo Capote contaría en la vida real que solo una vez se atrevió a
serle infiel a Bill, pero era tanto el temor que le tenía al marido que acabó su
relación con este misterioso diplomático.
¿Que obligaba a Babe
a seguir con esa farsa de matrimonio que la tenía tan mal que vivía a punta de
Valium y cigarrillos? Aunque nos parezca incomprensible en la libertad que
gozamos las mujeres en el siglo XXI, Babe se había casado por dinero, pero también
por estatus. Perdería ambos al divorciarse.
En los 60 y 70,
la mujer de sociedad seguía siendo un apéndice del marido. Cuanto más prestigio
tenía este, más poderosa era su cónyuge. Al divorciarse, una mujer lo perdía todo. Las divorciadas no
tenían cabida en la alta sociedad, no eran invitadas, eran miradas con
desconfianza y lastima. Babe se sentía incapaz de ser degradada a ese nivel.
Icono de la Moda,
pero Pésima Madre
No veamos a Babe
totalmente como una buena mujer. Capote diría de ella que su único defecto era
su propia perfección. Es cierto que era un icono de la moda, pero no era
perfecta. El otro día cuando amarraba mi pañoleta a mi bolso de mano recordé
que Babe creó esa moda. Cuando su cabello comenzó a encanecer, Babe impuso un
estilo de “elegancia gris” en vez de correr a buscar tinte de Clairol. Es la
razón por la cual no me tiño las canas. Ella otorgó respetabilidad a las joyas de
pedrería falsa, poniendo de moda las
creaciones de Fulco de Verdura que hoy valen miles de dólares. Solo que este
arbitro de elegancia fue también una pésima madre.
Mas allá de las
negligencias de las mujeres de su clase que dejaban la crianza de sus hijos en
manos de nanas, institutrices e internados, Babe nunca se llevó con sus hijos,
con la excepción del mayor, Stanley Jr. Su relación con Amanda fue lamentable. nunca
hubo una unión entre ellas…” ý no fue por culpa mía” ha dicho la reconocida
urbanóloga y ex directora de la Oficina de Planeamiento Urbano de Nueva York.
Es un milagro que
Amanda haya podido destacar en un ámbito desconocido para Las Cisnes, puesto
que toda su vida Babe intentó opacarla. Peor aún, cuando Amanda entró en la
adolescencia despuntó en ella una gran belleza que hizo que su madre le tuviera
celo terribles… ¡A su propia hija! Se entiende que Amanda haya huido de su
hogar, casándose cuando aún estaba en la universidad.
Aquí acaba el
recuento de Las Cisnes. Se me quedaron
algunas atrás, pero ya he superado las siete páginas. Dejé afuera a Gloria
Guinness, de quien espero hablar en Latinas de Ayer; a Las Hermanas Bouvier porque creo que el
éxito de Feud invitará a hacer algo sobre ellas. Lo mismo digo de Marella
Agnelli. Es hora de que la RAI o Disney hagan algo (nunca Netflix) sobre Los
Agnelli. Gloria Vanderbilt merece también su miniserie, pero como era tan
tóxica como Capote, no creo que Anderson Cooper permita que se haga algo que
denigre a su madre. ¿Cual historia de estas cisnes quisieran ver en pantalla?
Después de ver la serie ¿cuál es su Cisne favorita?
Las Cisnes tuvieron
una tremenda influencia en la moda y la elegancia. Entretuvieron al Hoi
Polloi con sus bodas y divorcios. Tal vez no fueron ángeles, pero fueron víctimas
de su género en un mundo en donde la mujer no llegaba a ninguna parte sin un
hombre que la representase. ¿Merecieron ser traicionadas por el amigo en quien
confiaron? Ustedes tienen la última palabra.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Graham, Sheila, How to Marry a Millionaire. 1974
Keith, Slim: Slim: Memoirs of a Rich and Imperfect Life.
1993
Leamer, Laurence: Capote’s Women.2023
Montillo, Roseanne. Deliberate Cruelty. 2022
Amiga, tu articulo explica más que la misma serie que en cinco episodios que vi se me hizo confusa y frustrante (no ayuda que la interrumpí por algunas semanas para ver otro show, como bien sabes) así que cuando la retomé estaba un poco perdida. Añádele a mi confusión que aparecen personajes sin ninguna introducción como el de Molly Ringwald que a la final no sé ni quién se supone que es, ni que pito toca en la historia. Mi otro problema fueron los saltos de tiempo que no permiten entender la motivación de Truman de escribir el artículo (aunque según dices parece que esto nunca se aclara), pero la verdad, para mi, su actitud fue desconcertante (SPOILERS DE AQUI EN ADELANTE!!): primer capítulo Truman y Babe se aman y él la ayuda en su momento de crisis (esto me gustó). Segundo capitulo, Truman traiciona a Babe y se odian, y todas juran vengarse de él (WTF? como llegamos a esto?). Mi conclusión en ese momento fue que Truman era un hipócrita y en realidad no quería a Babe ni a las demás sino que quería todos los chismes para exponerlas (pero luego, en el cuarto capítulo se abrazan en la calle y ella le perdona... entonces en que quedamos? Si la quiere, por que le hace tanto daño?). Mi nueva conclusión es que el director pensó que así shockeándonos con lo del articulo mantendría el interés de la audiencia (??) Pero el enredo sigue después con ese tedioso capítulo en blanco y negro (que confieso no haber terminado de ver) y ni se diga la presentista conversación de Truman con el otro escritor donde hablan de racismo, gay rights, white privilege, etc, etc, etc. Ya parecía clase de CRT.
ResponderEliminarComo te decía en privado, Truman en un principio se me hacía entretenido y me interesaba su personaje, pero me molesta que sea tan egoísta y egocéntrico y que encima traicione a Jack, que lo ayudó a que vaya a rehab. O sea, hiere a todos los que de verdad lo quieren (por que parece que Babe tambien lo quería).
Aunque ya me explicaste lo de Slim en la vida real, en la serie no se entiende ni como ni cuando empezó el affair con el marido de Babe y me pareció indignante de parte de ambos siendo que Babe está tan enferma. Por otro lado no se entiende como Calista Flockhart se enteró. Como te decía, solo Babe y Jack me caen bien (a algunas como Calista y Molly ni las conozco, mientras CZ parece inofensiva y más centrada). Para mí este es un problema de edición más que nada. Si nos hubieran contado la historia de manera cronológica, no solo hubiera tenido más sentido para quienes no conocemos las socialites neoyorkinas, sino que además podríamos haber entendido en cierta medida el personaje de Truman o que motivó a ciertos personajes a hacer lo que haces en lugar de verlo "after the fact". Lo otro que me molesta es cuando se usan nombres de la vida real y se les inventan affairs (como el personaje que hablábamos de Masters of the Air). Me parece irresponsable porque ahora, por ejemplo, Slim ya quedó difamada de por vida porque pocos serán los que se molesten en buscar la información verdadera. Hablando de ella, me gustó el anécdota que cuentas de la novela de Hemingway y como encontraron a Lauren Bacall y le pusieron Slim al personaje. Te acuerdas en el trial de Johnny Depp donde el contó que el y Heard usaban los mismos apodos por su diferencia de edad?
Al igual que explicas sobre Babe, Slim, Anne, Truman y Nina, me gustaría saber bien quien exactamente era CZ, al igual que los personajes de Calista Flockhart y Molly Ringwald. Por cierto, ahora que buscaba los nombres de los personajes en IMBD, caí en cuenta que Truman y los Cisnes son la segunda temporada y la primera es Betty vs. Joan. La viste?
Encontré el primer episodio tan lindo que no me importaron los saltos de tiempo (a propósito, tanto en The New Look, como Palm Royal, Fire Dance y Manhunt, hay saltos de tiempos constantes parece que es el nuevo trend) , pero creo que el orden de caps no tiene sentido. El sueño debió ser la tercera entrega e “It’s Impossible”debió ser la quinta . Si no, como dices, no se entiende que haga las paces con Babe, y luego la denigre cuando esta con Baldwin.
EliminarSi, Joanne Carson mereció una presentación más adecuada. Igual me encanta Molly Ringwald y hace creíble su rol de la única persona que estuvo con Truman hasta el final.
A pesar de lo que decían Cana Matorrales y Juan Caca, el “uso social” de drogas acaba en adicción y eso te deja tonto. LO dice Jack (que lindo ese papel) las drogas le comieron las neuronas a Capote y el alcohol le comió el hígado. En ese estado, incapaz de escribir y con Random House y Hacienda golpeando la puerta, Capote solo quiso ganar dinero rápido y no se imaginó ni el daño que hacía ni las consecuencias de sus actos.
Sin embargo, ahora que estoy viendo que Dan en Gossip Girl hizo algo parecido, me atrevo a pensar que Capote traía un rencor social, nacido de todos sus traumas, porque cuando Marella Agnelli leyó este capítulo todavía tRian no estaba tan arrinconado como cuando lo público. Tal como Dan, el siempre planeó una sátira y esperaba que sus cisnes la viesen como tal, pero en el fondo les tenía rabia. Tengo otras teorías, pero esas te la cuento en privado.
Me había olvidado de sa anécdota de Depp-Heard.
Por supuesto que vi Betty vs Joan excelente, pero fue cuando recién llegué a USA y no había abierto este blog.
A mi me hubiese gustado escribir sobre cada cisne, pero me hubiese tomado tres entradas. Lee Radziwill (y su hermana) me hubiesen tomado un par. De quien voy a escribir algo es sobre Gloria Guinness, pero eso para Latinas de Ayer
Aclaro, no termine el quinto capítulo así que no sé si ahí se aclaran algunas de mis dudas con respecto a los personajes. Sólo ví un poco de la primera escena donde nos dan contemporary lessons on social activism...
ResponderEliminarY no necesitas verlo. Es como que le dijeron a Ryan y a Baitz que la serie era ‘muy blanca”. Entonces meten a Baldwin negro y gay y aprovechan de despedazar a Las Swans porque son WASPS (una Swans era italiana y otra mexicana) y que son racistas porque no quieren a Bianca Jagger. Ni una palabra de como se le cerraron puertas a Babe por casarse con un judío. El desquite de Ryan Murphy fue convertirlo todo en un sueño. En la vida real, Capote despreciaba a Baldwin y lo consideraba aburrido.
EliminarPero el sueño está lleno de burradas, desde que Baldwin dice que los gays deben tener su propio grupo de apoyo porque negros, judíos e hispanos se apoyan entre ellos (WTF?) hasta que Capote debe destruir a las Cisnes porque si no será cómplice de su privilegio blanco. Entonces Capote lo hace. ¿Como? Obliga un camarero latino delinquir robándose un cisne de Central Park y asándoselo al escritor para que se lo zampe.
Pero lo que más ira me dio fue cuando en MOMA , Baldwin le dice a Capote que todos los sitios lindos de Manhattan los construyeron las cisnes como monumentos a su vanidad. Cuando yo era joven y estaba depre, em vez de buscar apoyo en judíos, latinos o gordos, me iba a un museo o a una biblioteca sin pensar que eran “monumentos de blancas vanidosas”. ¿Como se puede rebuznar tanto?