El penúltimo
episodio de la Segunda Temporadas de “The Crown” ha causado bastante revuelo y
muchísima confusión. Respecto a este episodio, titulado “Paterfamilias”, me he
encontrado en las redes sociales con comentarios imprudentes como “El Duque de
Edimburgo es Nazi”; “En 1937 participó en una ceremonia nazi”;” todos en su
familia eran Nazis”. Uno se admira de como un solo capitulo puede provocar
tanta confusión (a veces pienso que los comentaristas son sordos y solo se
dejan guiar por las imágenes visuales). ¿Pero cómo antes de escribir un comentario
público y difamatorio no investigan un poco?
Esta ha sido una
temporada en la que El Coco del Nazismo hace de las suyas. Peter Morgan está en
su derecho de exponer los vínculos de la Corona con el Nazismo. Su padre debió
huir de Alemania por culpa de Hitler (y su madre de Polonia por culpa de
Stalin), pero precisamente, en memoria de su familia germano-judía, debería
tener más criterio para tratar el tema.
La conexión entre
el Duque de Windsor y el Tercer Reich es algo sabido desde el siglo pasado,
pero a juzgar por la cantidad de libros escritos este siglo sobre Eduardo y la Señora
Simpson (no menos de 25 publicados en inglés desde el 2000, y eso sin contar
las novelas), el tema es siempre candente y un buen gancho para atraer lectores.
El problema de “The Crown” es que después que Tommy Lascelles ilustra a la
soberna sobre lo cerdo que es el tío, viene un capítulo donde se “nazifica” a
Felipillo. ¡Pobre Reina, el tío Nazi, el marido Nazi, las cuñadas nazis! Pero
si hasta hay un video de ella haciendo el saludo Nazi.
En mis entradas
anteriores indiqué el origen alemán de Felipe de Grecia y Dinamarca (énfasis en
Grecia y Dinamarca, países invadidos por Alemania en la Segunda Guerra Mundial),
su conexión a la familia Wettin-Windsor y la preponderancia de genes teutónicos
en la misma reina Isabel. Si pensamos que, durante la guerra, Felipe sirvió
heroica y brillantemente en la Marina Británica, entonces no se entiende como
se le pudo tildar de Nazi. Aun así, eses es la impresión que queda tras ver ese
capitulo ya mencionado de “Paterfamilias”.
Pero en descargo
de Peter Morgan, no ha sido él quien inició estas infundadas acusaciones. El
falso nazismo del Duque de Edimburgo fue propagado en el 2009 por Mohamed Al
Fayed, padre de Dodi Al Fayed. En este video del 2012, este inmigrante al que
el Reino Unido abrió las puertas y permitió que se convirtiera en billonario,
carga contra la familia real y principalmente en contra de Felipe, acusando al
Duque de Edimburgo de haber matado a Diana y a Dodi porque
a)
Felipe
es un gánster (WTF?)
b)
Felipe
es un Nazi, porque lo crió una tía que era Nazi (¿quién será esa señora?)
c)
Felipe
es un bastardo alemán.
No sé qué me
sorprende más, si esas razones que son totalmente irrelevantes en la acusación
de asesinato o que un egipcio hable con tanto desprecio de los Nazis que fueron
tremendamente pro-árabes y permitieron que soldados musulmanes de la India y Turquía
pelearan en las legiones extranjeras de las SS.
Existe toda una
escuela de teorías de conspiración respecto a ese accidente en Paris, pero me
sorprende que el ex dueño de Harrod’s no se lance en contra de la reina o de Carlos.
En cambio, carga en contra del Duque de Edimburgo que siempre privilegió a
Diana y fue artifice de su matrimonio. Hay incluso cartas escritas después de la separación donde Felipe se queja
del comportamiento de Carlos: “no entiendo como alguien medianamente cuerdo te
dejaría por Camila”; donde se conmisera con la nuera sobre lo que ella sufrió
ya que a él tampoco lo trataron tan bien en esa familia; y termina con algo
como “si fuera más joven, me casaría contigo (¡UPPS! Ahora van a decir que
estaba enamorado de la nuera).
Este señor Al-Fayed
(y yo realmente pensaba que era un caballero más distinguido) anda enojado
porque el gobierno inglés les ha negado la ciudadanía debido a sus negocios
sucios. Aun así, está orinando fuera del tiesto con una acusación totalmente
fuera de base. Aunque el príncipe consorte fuera Nazi ¿por qué habría de matar a la
nuera? ¿Diana era judía, sionista,
comunista? ¿Cabía en alguno de los parámetros que albergan a los enemigos del
Movimiento Nacional Socialista?
Sin embargo, al
leer los comentarios bajo el video, nos damos cuenta de como la voz vociferante
de un viejo loco puede convencer a los brillantes usuarios. No solo en YouTube,
también en periódicos y otras redes sociales me he encontrado con gente que
secunda estas teorías de conspiración. Lo más triste es que muchos se apoyan en
el argumente de Al-Fayed de que el esposo de la Reina Isabel es un individuo perverso
porque no fue criado por sus padres. Ahora resulta que la orfandad es un
estigma que criminaliza al huérfano.
Al-Fayed no solo llevó
su discurso payaso a una entrevista, también prestó testimonió en un tribunal. En el
2008 durante una reapertura de la investigación sobre el Caso Diana, el entonces
dueño de Harrod’s, subió al estrado y declaró que unas horas antes de morir, Diana lo llamó para anunciarle su
embarazo, su compromiso y su miedo de ser asesinada o por el marido o por el
suegro.
Es cierto que Diana llevaba dos años (incluso
antes de conocer a Al-Fayed) con la obsesión paranoica de que iba ser asesinada
en un accidente automovilístico, pero la declaración de su ‘suegro” no ayudó a fortalecer la evidencia. El testigo volvió a acusar al Príncipe Felipe,
que según él domina a su familia (¿escuchaste Morgan?), y que es un Nazi, porque
lo crió “su tía casada con uno de los generales de Hitler”.
El testimonio de
Al-Fayed fue tan extravagante que se cerró la pesquisa sin encontrarse causas
para seguir con la investigación. Aun así, la imaginación popular se ha
alimentado de esas absurdas declaraciones hasta el día de hoy. Y ahora viene
Peter Morgan a echar más leña al fuego. Por eso, creo que es hora de que se
construya una visión factual sobre la infancia y adolescencia del Duque de
Edimburgo, sobre sus padres y sobre su familia. Hora de despejar las calumnias.
Voy a dejar a la Princesa Alicia para un artículo más completo, precisamente
porque estoy leyendo su biografía, y por ahora me concentraré en la conexión
Nazi.
Lo primero que
hay que aclarar es que hasta que Felipe cumplió los nueve años, quien lo crió
fue su madre, que ciertamente no era ninguna amiga del fascismo. Luego del
desafortunado encierro de Alicia en un sanatorio, Felipe fue enviado al
internado de Cheam en Inglaterra. Sus vacaciones, las pasaba con los
Mountbatten. Por extravagantes que fueran, los Mountbatten no tenían nada de
Nazis, y las tías de Felipe menos. Nadia, Marquesa de Milford Haven, era rusa
(los Nazis odiaban a los eslavos) y de origen africano. En cuanto a Edwina
Ashley, la esposa de Dickie, su padre era el famoso banquero judío Sir Ernest
Cassel. Ahí acaba la cacería por la tía nazi nacida de la imaginación delirante
de Al Fayed.
Dickie y Egwina Mountbatten |
¿Entonces no hay
nazis en la Familia del Duque de Edimburgo? Digamos que hay tantos Nazis como
en la familia de Isabel donde el Duque de Kent tenía simpatías fascistas, El
Duque de Windsor les hacia venias y corcoveos a la corte hitleriana, y su amada
esposa se revolcaba con von Ribbentrop.
En la novena
entrega de la segunda temporada, Peter Morgan desboca su imaginación para
reversionar la historia familiar de Felipillo y su relación con las hermanas Nazis
(que aquí son solo dos). El episodio
gira en torno al afán del Duque de Edimburgo de obligar a su hijo a pasar sus
mismas desdichas porque según el personaje de Matt Smith la escuela de
Gordonstoun “me fabricó”.
Cómo en la serie Felipillo es un cerdo que maltrata psicológicamente a su hijo y extorsiona
emocionalmente a su mujer, temblamos al pensar lo que espera a Carlitos. Por
supuesto, que media audiencia queda con la impresión de que Felipe no será Nazi
de ideología, pero que le hace al bullying
como el mejor de los secuaces de Adolfo.
Es un episodio de
flashbacks y escenas pretenciosamente
surrealistas como cuando no sabemos si Felipe adolescente sueña o se imagina el
accidente aéreo que mató a su hermana Cecilia. O cuando, en medio de la noche,
Felipe aborda un bote y comienza a remar sin saber su destino. El primer flashback ocurre después que Felipe,
para convencer al hijo de ir a Gordonstoun, le dice que a él le pasó algo parecido.
El tampoco quería ir a Escocia y menos dejar a su hermana para ir a la escuela.
¿Primer WTF?
Hay una total
diferencia entre las circunstancias del pobre huerfanito Felipe, sin hogar ni
domicilio ni apellido, y Carlitos un príncipe en su castillo, rodeado de lujos,
amor y cuidados. Compararlos es una bobería. Pero la serie se empeña en
hacerlo.
El flashback, nos muestra a Felipe viviendo
con su hermana Cecilia en el Castillo Wolfgarten, en 1934, junto al cuñado
Donato “Don” de Hesse, muy simpático a pesar de la suástica en la manga. Para
quien no conozca la historia familiar del Duque de Edimburgo, la impresión es que
lleva tiempo viviendo con los Hesse, que son su familia, que se quieren, que
hablan alemán juntos y que Felipe no tiene ninguna gana de irse a Escocia a un
colegio raro. ¿Cuál es la conclusión del espectador? Si Felipe la pasa bomba en
Alemania, obviamente también debe ser Nazi.
La pobre Cecilia
que odia viajar en avión tiene que llevar al hermanito a la escuela Gordonstoun.
Todo es culpa su padre. El Príncipe Andrés (que en todo el episodio aparece
como un ente negativo e irresponsable) insiste en que su único hijo estudie
bajo la guía del “genio” Kurt Hahn, director de Gordonstoun. Con tono
despectivo Cecilia dice que como judío, Hahn, no puede estar en Alemania. “¿Por
qué ese genio tuvo que instalarse en Escocia?” refunfuña su hermano. Acto
seguido, Felipe se pasa tres años en Gordonstoun y es un milagro que no lo
expulsen el primer mismo día por altanero, maleducado y pesado. Totalmente lo opuesto
al dulce y sensible Carlitos.
Esta es la realidad,
Felipe vivió un año en Alemania, con su hermana Teodora (la que nunca tuvo
tarjeta del partido Nazi) y fue ella quien lo llevó a Gran Bretaña cuando Hahn
fue depuesto por los Nazis y abrió una nueva escuela en Escocia. Felipe ya
conocía y admiraba, a Hahn. La pasó muy bien en Gordonstoun por eso quería la
misma oportunidad para su hijo. Felipe nunca vivió con Cecilia (ella y su
marido no ingresaron al partido Nazi sino hasta 1937) ni ella influyó en la
ideología del hermano.
Volvamos a los flashbacks.
Después que Felipe amenaza a Isabel con abandonarla si ella saca a Carlos de la
escuela, casi llorando y consumido por los remordimientos, el Duque recuerda la
muerte de su hermana. La ironía es que Felipe no se siente mal por el daño que
provoca a su familia actual. El se siente culpable por la muerte de Cecilia.
Después de tres
años de ser el más insoportable de Gordonstoun, Felipe llama a Cecilia y le
pide que lo retire de la escuela. Su hermana casi no puede hablar porque en el cuarto
contiguo hay una manada de Nazis borrachos cantando el Horst Wessel Lied. Le cuenta a Felipe que espera otro bebé. Cuando
su hermano expresa sorpresa (este era el cuarto hijo de la pareja) Cecilia le
suelta un discurso de que es obligación de buenas Nazis parir muchos hijos para
la patria. ¡Que absurdo! Cecilia y Felipe venían de una familia de cinco
hermanos, su abuela tuvo siete hijos, su bisabuela Victoria tuvo nueve, las
familias de la realeza tienen muchos críos y no por razones ideológicas.
Cecilia le dice a
su hermano que tiene que ir a una boda en Londres, pero que no quiere volar
hasta allá. Mejor se queda en casa y que Felipe venga a hacerle compañía. Otro
invento, la tal boda era la del cuñado de Cecilia, no había manera de no
asistir. En fin, Morgan lo arregla haciendo que, en la escuela, Felipe, alevosa
y vengativamente, golpee a un compañero contraviniendo todas las reglas del fair play británico. Hahn acuartela a Felipe
y lo pone a construir un muro. Cecilia, no tiene mas remedio que viajar (antes
de subir al avión se persigna. ¿Qué Nazi se persigna?)
El avión cae
sobre Bélgica, todos mueren. Tío Dickie Mountbatten lleva a Felipe a Alemania
para el funeral. Aquí viene algo muy complejo y que en la vida real le costó
muchas criticas al Duque de Edimburgo. Efectivamente, los Nazis convirtieron el
entierro en un espectáculo propio. Hubo, tal como muestra la serie, delegaciones
de Hitler Jugend y Bund Deutscher Madl; gente que sacaba la
zarpa por la ventana en saludo Nazi a la pasada del cortejo y hay fotografías
del adolescente Felipe marchando tras los ataúdes, flanqueado por cuatro
individuos en uniformes militares.
Estos señores que
en la serie parecen mastodontes brutales, eran los cuñados de Felipe, más el
recién casado Luis, hermano de Donato. Lo extraño es que en cualquier funeral
que se respete marcharían tras el féretro los parientes inmediatos, los padres
de Cecilia, Felipe y sus hermanas, pero no funcionaban así las cosas en la
sexista Alemania de Hitler. Se les ocurrió que lo mejor era que marchasen solo
hombres y uniformados, pero para que no resultara tan extraño dejaron que Felipe
fuese el deudo mayor de Cecilia.
Mucha gente ha
dicho que, al participar en una ceremonia Nazi, Felipe afirmaba lealtad al fascismo.
Eso es totalmente estúpido. Felipe no tuvo voz ni voto en cómo debía disponerse
la ceremonia y negarse a asistir hubiese sido impensable. Además, seamos francos,
en 1937, a menos que fueras de izquierdas o judío (o Churchill que fue un gran
visionario), no era común atacar el nazismo. Recordemos que hasta la Crisis de Múnich,
los ingleses abrazaban corrientes pacifistas y políticas de apaciguamiento.
Un ejemplo es la
presencia de Dickie Mountbatten en el funeral. Obvio que va en representación
de la Casa de Battemberg, que es una rama de la familia Hesse. También está ahí
como tío de uno de los cadáveres. De hecho, Cecilia y Don iban a hospedarse con
los Mountbatten durante su estadía en Londres. ¿Pero porque va de uniforme? (en la serie no lleva el uniforme de gala de la marina británica, pero en la foto de abajo se ve que si lo usó) Pues
porque cumple un rol oficial. Esta ahí en representación de la Corona Británica
que no olvida que Cecilia y Donato eran descendientes directos de la Reina
Victoria.
Todavía nos falta
el mas falso de los flashbacks. Después
del entierro, Felipe y su tío entran a un salón donde los padres de la difunta
están recibiendo las condolencias. Todo indica que Felipe va a ver a sus padres
por primera vez en años. Según le grita un compañero en Gordonstoun, el Príncipe
Andrés vive con su amante en Montecarlo y la madre está en un manicomio. En
realidad, en 1937, Andrés había regresado a Atenas tras la restauración de la monarquía,
y Alicia vivía en una pensión en Colonia, tras un año de haber dejado el
sanatorio.
Sofia, la otra
hermana del príncipe (¿y donde están Teodora y Margarita?) se acerca a su
madre y le susurra en el oído “es Felipe”. Maniobra inútil y absurda. La
Princesa Alicia era sorda de nacimiento, para comunicarse con ella había que
usar lengua de señas, o dejar que leyera los labios.
La pobre Alicia mira al joven con ojos
vidriosos como si no lo reconociera. Raro, puesto que Felipe solo hacía unos
meses había almorzado con su madre en Bonn. En ese instante, Andrea se levanta
enfurecido y hace un discurso de que por culpa de Felipe ha perdido a su hija
favorita. Lo expulsa de la sala. Efectivamente, Cecilia era la favorita de su
padre, pero ni Andrés culpó a su hijo, ni lo expulsó de la sala, ni actuó como
si no lo hubiera visto en mucho tiempo. ¡Sobre todo porque Andrés y Felipe acababan
de viajar juntos desde Gran Bretaña!
Hugo Vickers,
historiador oficial de la familia Real Británica, ha llamado a todo el episodio
“una mentira monstruosa”. Con una
realidad tan dramática, ¿por qué Morgan ha alterado la historia? Mi opinión es
que intentó limpiar la imagen de Felipe como padre cruel tratando de que
inspirara lástima. Lo que consiguió fue lo contrario. Dentro del libreto, Felipe es culpable de la
muerte de Cecilia, puesto que si no anduviera dando mamporros traperos a los
compañeros hubiera podido viajar a Wolfgarten y evitar que la hermana
embarazada abordara el avión. Entonces no merece lástima ni perdón.
En resumen, es
solo un cuento mal contado. En la vida real ni Felipe hizo que lo castigaran,
ni planeaba quedarse con Cecilia que no tenía excusa para no ir a la boda.
Culpable fue Don que, en vez de llevar a su mujer por barco o tren y ferry,
insistió en volar estando ella tan cerca del término de su embarazo. Los
detalles sobre el accidente los contaré, D-s mediante, en mi próxima entrada
donde espero clarificar el grado de fascismo en cada una de las hermanas del
Duque de Edimburgo.
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