lunes, 26 de febrero de 2018

Felipe, El Nazi. ¿Peter Morgan le Creyó a Al-Fayed?



El penúltimo episodio de la Segunda Temporadas de “The Crown” ha causado bastante revuelo y muchísima confusión. Respecto a este episodio, titulado “Paterfamilias”, me he encontrado en las redes sociales con  comentarios imprudentes como “El Duque de Edimburgo es Nazi”; “En 1937 participó en una ceremonia nazi”;” todos en su familia eran Nazis”. Uno se admira de como un solo capitulo puede provocar tanta confusión (a veces pienso que los comentaristas son sordos y solo se dejan guiar por las imágenes visuales). ¿Pero cómo antes de escribir un comentario público y difamatorio no investigan un poco?

Esta ha sido una temporada en la que El Coco del Nazismo hace de las suyas. Peter Morgan está en su derecho de exponer los vínculos de la Corona con el Nazismo. Su padre debió huir de Alemania por culpa de Hitler (y su madre de Polonia por culpa de Stalin), pero precisamente, en memoria de su familia germano-judía, debería tener más criterio para tratar el tema.

La conexión entre el Duque de Windsor y el Tercer Reich es algo sabido desde el siglo pasado, pero a juzgar por la cantidad de libros escritos este siglo sobre Eduardo y la Señora Simpson (no menos de 25 publicados en inglés desde el 2000, y eso sin contar las novelas), el tema es siempre candente y un buen gancho para atraer lectores. El problema de “The Crown” es que después que Tommy Lascelles ilustra a la soberna sobre lo cerdo que es el tío, viene un capítulo donde se “nazifica” a Felipillo. ¡Pobre Reina, el tío Nazi, el marido Nazi, las cuñadas nazis! Pero si hasta hay un video de ella haciendo el saludo Nazi.

En mis entradas anteriores indiqué el origen alemán de Felipe de Grecia y Dinamarca (énfasis en Grecia y Dinamarca, países invadidos por Alemania en la Segunda Guerra Mundial), su conexión a la familia Wettin-Windsor y la preponderancia de genes teutónicos en la misma reina Isabel. Si pensamos que, durante la guerra, Felipe sirvió heroica y brillantemente en la Marina Británica, entonces no se entiende como se le pudo tildar de Nazi. Aun así, eses es la impresión que queda tras ver ese capitulo ya mencionado de “Paterfamilias”.

Pero en descargo de Peter Morgan, no ha sido él quien inició estas infundadas acusaciones. El falso nazismo del Duque de Edimburgo fue propagado en el 2009 por Mohamed Al Fayed, padre de Dodi Al Fayed. En este video del 2012, este inmigrante al que el Reino Unido abrió las puertas y permitió que se convirtiera en billonario, carga contra la familia real y principalmente en contra de Felipe, acusando al Duque de Edimburgo de haber matado a Diana y a Dodi porque
a)       Felipe es un gánster (WTF?)
b)      Felipe es un Nazi, porque lo crió una tía que era Nazi (¿quién será esa señora?)
c)       Felipe es un bastardo alemán.

No sé qué me sorprende más, si esas razones que son totalmente irrelevantes en la acusación de asesinato o que un egipcio hable con tanto desprecio de los Nazis que fueron tremendamente pro-árabes y permitieron que soldados musulmanes de la India y Turquía pelearan en las legiones extranjeras de las SS.

Existe toda una escuela de teorías de conspiración respecto a ese accidente en Paris, pero me sorprende que el ex dueño de Harrod’s no se lance en contra de la reina o de Carlos. En cambio, carga en contra del Duque de Edimburgo que siempre privilegió a Diana y fue artifice de su matrimonio. Hay incluso cartas escritas después de la separación  donde Felipe se queja del comportamiento de Carlos: “no entiendo como alguien medianamente cuerdo te dejaría por Camila”; donde se conmisera con la nuera sobre lo que ella sufrió ya que a él tampoco lo trataron tan bien en esa familia; y termina con algo como “si fuera más joven, me casaría contigo (¡UPPS! Ahora van a decir que estaba enamorado de la nuera).

Este señor Al-Fayed (y yo realmente pensaba que era un caballero más distinguido) anda enojado porque el gobierno inglés les ha negado la ciudadanía debido a sus negocios sucios. Aun así, está orinando fuera del tiesto con una acusación totalmente fuera de base.  Aunque el príncipe consorte fuera Nazi ¿por qué habría de matar a la nuera?  ¿Diana era judía, sionista, comunista? ¿Cabía en alguno de los parámetros que albergan a los enemigos del Movimiento Nacional Socialista?

Sin embargo, al leer los comentarios bajo el video, nos damos cuenta de como la voz vociferante de un viejo loco puede convencer a los brillantes usuarios. No solo en YouTube, también en periódicos y otras redes sociales me he encontrado con gente que secunda estas teorías de conspiración. Lo más triste es que muchos se apoyan en el argumente de Al-Fayed de que el esposo de la Reina Isabel es un individuo perverso porque no fue criado por sus padres. Ahora resulta que la orfandad es un estigma que criminaliza al huérfano.

Al-Fayed no solo llevó su discurso payaso a una entrevista, también prestó testimonió en un tribunal. En el 2008 durante una reapertura de la investigación sobre el Caso Diana, el entonces dueño de Harrod’s,  subió al estrado y declaró que unas horas antes de morir, Diana lo llamó para anunciarle su embarazo, su compromiso y su miedo de ser asesinada o por el marido o por el suegro.

 Es cierto que Diana llevaba dos años (incluso antes de conocer a Al-Fayed) con la obsesión paranoica de que iba ser asesinada en un accidente automovilístico, pero la declaración de su ‘suegro” no ayudó  a fortalecer la evidencia. El testigo volvió a acusar al Príncipe Felipe, que según él domina a su familia (¿escuchaste Morgan?), y que es un Nazi, porque lo crió “su tía casada con uno de los generales de Hitler”.

El testimonio de Al-Fayed fue tan extravagante que se cerró la pesquisa sin encontrarse causas para seguir con la investigación. Aun así, la imaginación popular se ha alimentado de esas absurdas declaraciones hasta el día de hoy. Y ahora viene Peter Morgan a echar más leña al fuego. Por eso, creo que es hora de que se construya una visión factual sobre la infancia y adolescencia del Duque de Edimburgo, sobre sus padres y sobre su familia. Hora de despejar las calumnias. Voy a dejar a la Princesa Alicia para un artículo más completo, precisamente porque estoy leyendo su biografía, y por ahora me concentraré en la conexión Nazi.

Lo primero que hay que aclarar es que hasta que Felipe cumplió los nueve años, quien lo crió fue su madre, que ciertamente no era ninguna amiga del fascismo. Luego del desafortunado encierro de Alicia en un sanatorio, Felipe fue enviado al internado de Cheam en Inglaterra. Sus vacaciones, las pasaba con los Mountbatten. Por extravagantes que fueran, los Mountbatten no tenían nada de Nazis, y las tías de Felipe menos. Nadia, Marquesa de Milford Haven, era rusa (los Nazis odiaban a los eslavos) y de origen africano. En cuanto a Edwina Ashley, la esposa de Dickie, su padre era el famoso banquero judío Sir Ernest Cassel. Ahí acaba la cacería por la tía nazi nacida de la imaginación delirante de Al Fayed.
Dickie y Egwina Mountbatten

¿Entonces no hay nazis en la Familia del Duque de Edimburgo? Digamos que hay tantos Nazis como en la familia de Isabel donde el Duque de Kent tenía simpatías fascistas, El Duque de Windsor les hacia venias y corcoveos a la corte hitleriana, y su amada esposa se revolcaba con von Ribbentrop.

En la novena entrega de la segunda temporada, Peter Morgan desboca su imaginación para reversionar la historia familiar de Felipillo y su relación con las hermanas Nazis (que aquí son solo dos).  El episodio gira en torno al afán del Duque de Edimburgo de obligar a su hijo a pasar sus mismas desdichas porque según el personaje de Matt Smith la escuela de Gordonstoun “me fabricó”.

Cómo en la serie Felipillo es un cerdo que maltrata psicológicamente a su hijo y extorsiona emocionalmente a su mujer, temblamos al pensar lo que espera a Carlitos. Por supuesto, que media audiencia queda con la impresión de que Felipe no será Nazi de ideología, pero que le hace al bullying como el mejor de los secuaces de Adolfo.

Es un episodio de flashbacks y escenas pretenciosamente surrealistas como cuando no sabemos si Felipe adolescente sueña o se imagina el accidente aéreo que mató a su hermana Cecilia. O cuando, en medio de la noche, Felipe aborda un bote y comienza a remar sin saber su destino. El primer flashback ocurre después que Felipe, para convencer al hijo de ir a Gordonstoun, le dice que a él le pasó algo parecido. El tampoco quería ir a Escocia y menos dejar a su hermana para ir a la escuela. ¿Primer WTF?

Hay una total diferencia entre las circunstancias del pobre huerfanito Felipe, sin hogar ni domicilio ni apellido, y Carlitos un príncipe en su castillo, rodeado de lujos, amor y cuidados. Compararlos es una bobería. Pero la serie se empeña en hacerlo.

El flashback, nos muestra a  Felipe viviendo con su hermana Cecilia en el Castillo Wolfgarten, en 1934, junto al cuñado Donato “Don” de Hesse, muy simpático a pesar de la suástica en la manga. Para quien no conozca la historia familiar del Duque de Edimburgo, la impresión es que lleva tiempo viviendo con los Hesse, que son su familia, que se quieren, que hablan alemán juntos y que Felipe no tiene ninguna gana de irse a Escocia a un colegio raro. ¿Cuál es la conclusión del espectador? Si Felipe la pasa bomba en Alemania, obviamente también debe ser Nazi.

La pobre Cecilia que odia viajar en avión tiene que llevar al hermanito a la escuela Gordonstoun. Todo es culpa su padre. El Príncipe Andrés (que en todo el episodio aparece como un ente negativo e irresponsable) insiste en que su único hijo estudie bajo la guía del “genio” Kurt Hahn, director de Gordonstoun. Con tono despectivo Cecilia dice que como judío, Hahn, no puede estar en Alemania. “¿Por qué ese genio tuvo que instalarse en Escocia?” refunfuña su hermano. Acto seguido, Felipe se pasa tres años en Gordonstoun y es un milagro que no lo expulsen el primer mismo día por altanero, maleducado y pesado. Totalmente lo opuesto al dulce y sensible Carlitos.

Esta es la realidad, Felipe vivió un año en Alemania, con su hermana Teodora (la que nunca tuvo tarjeta del partido Nazi) y fue ella quien lo llevó a Gran Bretaña cuando Hahn fue depuesto por los Nazis y abrió una nueva escuela en Escocia. Felipe ya conocía y admiraba, a Hahn. La pasó muy bien en Gordonstoun por eso quería la misma oportunidad para su hijo. Felipe nunca vivió con Cecilia (ella y su marido no ingresaron al partido Nazi sino hasta 1937) ni ella influyó en la ideología del hermano.

Volvamos a los flashbacks. Después que Felipe amenaza a Isabel con abandonarla si ella saca a Carlos de la escuela, casi llorando y consumido por los remordimientos, el Duque recuerda la muerte de su hermana. La ironía es que Felipe no se siente mal por el daño que provoca a su familia actual. El se siente culpable por la muerte de Cecilia.

Después de tres años de ser el más insoportable de Gordonstoun, Felipe llama a Cecilia y le pide que lo retire de la escuela. Su hermana casi no puede hablar porque en el cuarto contiguo hay una manada de Nazis borrachos cantando el Horst Wessel Lied. Le cuenta a Felipe que espera otro bebé. Cuando su hermano expresa sorpresa (este era el cuarto hijo de la pareja) Cecilia le suelta un discurso de que es obligación de buenas Nazis parir muchos hijos para la patria. ¡Que absurdo! Cecilia y Felipe venían de una familia de cinco hermanos, su abuela tuvo siete hijos, su bisabuela Victoria tuvo nueve, las familias de la realeza tienen muchos críos y no por razones ideológicas.

Cecilia le dice a su hermano que tiene que ir a una boda en Londres, pero que no quiere volar hasta allá. Mejor se queda en casa y que Felipe venga a hacerle compañía. Otro invento, la tal boda era la del cuñado de Cecilia, no había manera de no asistir. En fin, Morgan lo arregla haciendo que, en la escuela, Felipe, alevosa y vengativamente, golpee a un compañero contraviniendo todas las reglas del fair play británico. Hahn acuartela a Felipe y lo pone a construir un muro. Cecilia, no tiene mas remedio que viajar (antes de subir al avión se persigna. ¿Qué Nazi se persigna?)

El avión cae sobre Bélgica, todos mueren. Tío Dickie Mountbatten lleva a Felipe a Alemania para el funeral. Aquí viene algo muy complejo y que en la vida real le costó muchas criticas al Duque de Edimburgo. Efectivamente, los Nazis convirtieron el entierro en un espectáculo propio. Hubo, tal como muestra la serie, delegaciones de Hitler Jugend y Bund Deutscher Madl; gente que sacaba la zarpa por la ventana en saludo Nazi a la pasada del cortejo y hay fotografías del adolescente Felipe marchando tras los ataúdes, flanqueado por cuatro individuos en uniformes militares.

Estos señores que en la serie parecen mastodontes brutales, eran los cuñados de Felipe, más el recién casado Luis, hermano de Donato. Lo extraño es que en cualquier funeral que se respete marcharían tras el féretro los parientes inmediatos, los padres de Cecilia, Felipe y sus hermanas, pero no funcionaban así las cosas en la sexista Alemania de Hitler. Se les ocurrió que lo mejor era que marchasen solo hombres y uniformados, pero para que no resultara tan extraño dejaron que Felipe fuese el deudo mayor de Cecilia.

Mucha gente ha dicho que, al participar en una ceremonia Nazi, Felipe afirmaba lealtad al fascismo. Eso es totalmente estúpido. Felipe no tuvo voz ni voto en cómo debía disponerse la ceremonia y negarse a asistir hubiese sido impensable. Además, seamos francos, en 1937, a menos que fueras de izquierdas o judío (o Churchill que fue un gran visionario), no era común atacar el nazismo. Recordemos que hasta la Crisis de Múnich, los ingleses abrazaban corrientes pacifistas y políticas de apaciguamiento.

Un ejemplo es la presencia de Dickie Mountbatten en el funeral. Obvio que va en representación de la Casa de Battemberg, que es una rama de la familia Hesse. También está ahí como tío de uno de los cadáveres. De hecho, Cecilia y Don iban a hospedarse con los Mountbatten durante su estadía en Londres. ¿Pero porque va de uniforme? (en la serie no lleva el uniforme de gala de la marina británica, pero en la foto de abajo se ve que si lo usó)  Pues porque cumple un rol oficial. Esta ahí en representación de la Corona Británica que no olvida que Cecilia y Donato eran descendientes directos de la Reina Victoria.

Todavía nos falta el mas falso de los flashbacks. Después del entierro, Felipe y su tío entran a un salón donde los padres de la difunta están recibiendo las condolencias. Todo indica que Felipe va a ver a sus padres por primera vez en años. Según le grita un compañero en Gordonstoun, el Príncipe Andrés vive con su amante en Montecarlo y la madre está en un manicomio. En realidad, en 1937, Andrés había regresado a Atenas tras la restauración de la monarquía, y Alicia vivía en una pensión en Colonia, tras un año de haber dejado el sanatorio.

Sofia, la otra hermana del príncipe (¿y donde están Teodora y Margarita?) se acerca a su madre y le susurra en el oído “es Felipe”. Maniobra inútil y absurda. La Princesa Alicia era sorda de nacimiento, para comunicarse con ella había que usar lengua de señas, o dejar que leyera los labios.

 La pobre Alicia mira al joven con ojos vidriosos como si no lo reconociera. Raro, puesto que Felipe solo hacía unos meses había almorzado con su madre en Bonn. En ese instante, Andrea se levanta enfurecido y hace un discurso de que por culpa de Felipe ha perdido a su hija favorita. Lo expulsa de la sala. Efectivamente, Cecilia era la favorita de su padre, pero ni Andrés culpó a su hijo, ni lo expulsó de la sala, ni actuó como si no lo hubiera visto en mucho tiempo. ¡Sobre todo porque Andrés y Felipe acababan de viajar juntos desde Gran Bretaña!

Hugo Vickers, historiador oficial de la familia Real Británica, ha llamado a todo el episodio “una mentira monstruosa”.  Con una realidad tan dramática, ¿por qué Morgan ha alterado la historia? Mi opinión es que intentó limpiar la imagen de Felipe como padre cruel tratando de que inspirara lástima. Lo que consiguió fue lo contrario.  Dentro del libreto, Felipe es culpable de la muerte de Cecilia, puesto que si no anduviera dando mamporros traperos a los compañeros hubiera podido viajar a Wolfgarten y evitar que la hermana embarazada abordara el avión. Entonces no merece lástima ni perdón.

En resumen, es solo un cuento mal contado. En la vida real ni Felipe hizo que lo castigaran, ni planeaba quedarse con Cecilia que no tenía excusa para no ir a la boda. Culpable fue Don que, en vez de llevar a su mujer por barco o tren y ferry, insistió en volar estando ella tan cerca del término de su embarazo. Los detalles sobre el accidente los contaré, D-s mediante, en mi próxima entrada donde espero clarificar el grado de fascismo en cada una de las hermanas del Duque de Edimburgo.


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