lunes, 15 de julio de 2024

“No es La Historia del Holocausto, sino una Historia en el Holocausto”: El Tatuador de Auschwitz (I, Libro)

 


Extraje el título de las palabras de Heather Morris la autora de la novela. Son su respuesta a las muchas críticas—la mayoría injustas—que han caído sobre su superventas.  Antes de hablar de la serie, aprovecharé de corregir los motivos que han provocado indigna mala prensa en contra del libro, la serie, la autora y el protagonista de The Tattooist of Auschwitz.

¿Cuándo se Sobrepasa la Licencia Dramática?

Hace unos días Gato Rafa me hizo una pregunta muy válida. ¿Puede el Centro de Investigaciones del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau ejercer censura sobre el contenido de una novela? Según mi criterio si puede.

El Centro que es parte del museo no fue creado como un instrumento de censura sino como un centro de recopilación de toda información concerniente al campo de concentración/de exterminio (era ambos) más grande de la maquinaria nazi. La intención de crear esta biblioteca, por llamarla así, que tanto abarcaba documentos oficiales como memorias de sobrevivientes, era evitar errores que diesen pie a los Negacionistas para poner en duda la veracidad del Holocausto.

A partir de este siglo , el Centro ha elevado críticas sobre obras de ficción que, aunque dramaticen hechos ocurridos con personajes ficticios o reales también incluyan sucesos que nunca ocurrieron en Auschwitz. Algunas de las criticas las han recibido el libro El niño del piyama a rayas y la serie de Amazon Hunters. El caso de “El Tatuador” es más complejo, puesto que sus protagonistas son personas de la vida real. Aun así, me parece que el Centro, al atacar la novela de Heather Morris ha hilado muy fino.

                         Edición enpastada de El Tatuador de Auschwitz



Aunque no se valga la comparación, quería contrastar la falta de veracidad de Vuelo 61 con la de la novela de Heather Morris. Hago hincapié en el término “”novela” puesto que la misma escritora ha colocado un disclaimer en su relato del Holocausto basado en las experiencias de un sobreviviente. Con esto digo que, aunque se trate de horrores y milagros vividos en Auschwitz por Ludwig “Lale” Sokolov (cuyo verdadero apellido era Eisenberg) , habrá licencias poéticas en la narrativa.

El problema de historicidad de Vuelo 601 es que más de la mitad de sus personajes no existen y que los sucesos reales están distorsionados hasta el punto de la difamación. En cambio, si existieron Lale Sokolov, su esposa Gita Furman, y  “Cilka” Klein tal como existieron sus verdugos Stefan Baretski, Johann Schwarzhuber y el Dr. Horst Schumann. Hay documentos encontrados en Alemania, Eslovaquia y Australia que atestiguan su realidad, así como hay amigos y parientes que prueban que no fueron personajes de ficción.

                                    Los Solokov en Australia

El problema es que debido a que la investigación de Morris no fue minuciosa y que la memoria de un anciano de 90 años le puede jugar malas pasadas,  el libro presenta errores en cifras, en nombres o el que la ruta que toma el tren que lleva a Lale a Auschwitz siga la actual y no la de 1942. Aun así, el 95 % del libro es real (según la autora) y se siente así. Esta es la génesis de la novela.

Todo comienza a fines del Siglo XX en Melbourne,  Australia. La trabajadora social Heather Morris ha estado tomando cursos de redacción literaria y asistido a talleres para escritores. Quiere escribir una memoria, pero no sabe de quien. Un amigo le cuenta que tiene un amigo cuyo padre sobrevivió Auschwitz. Mrs. Morris contacta a Ludwig “Lale “ Sokolov y comienza a visitarlo en el departamento donde el anciano vive solo desde que enviudó.

“Esta es una Historia de Amor”

Desde el comienzo,  Lale le advierte.” Esta es una historia de amor”. Fue en el infierno del Lager donde el joven eslovaco conoció a Gisela “Gita “Furman,  el amor de su vida. Heather sabe poco del Holocausto y queda muy impresionada ante las reminiscencias de Lale quien sobrevivió Auschwitz gracias a su destreza para tatuar números en los brazos de los prisioneros. Números que los identificaban y deshumanizaban puesto que remplazaban sus nombres propios.





Por tres años, Heather Morris condujo estas entrevistas, proceso que acabó con la muerte de Lale en el 2006. A Mrs. Morris le pareció que el material merecía un filme y lo convirtió en un guion que nunca fue aceptado. Convencida de que era una historia que merecía ser oída, decidió rescribirla en formato de novela. Su libro,  que fue publicado en el 2018, pronto alcanzaba el primer lugar de la Lista del New York Times.  Fue un bestseller en más de la docena de idiomas a los que fue traducido (400.000 volúmenes vendidos nada más que en Inglaterra). Ha recibido elogios de la crítica y sin embargo ha sido objeto de controversia.



Memoria vs la Memoria de Lale

El ataque vino desde Memoria, la revista del Centro de Investigaciones del Museo y Memorial de Auschwitz. En siete páginas, Wanda Witek-Malicka  señaló que Morris había cometido errores históricos que restaban veracidad al relato. Voy a listar los errores más importantes:

a)      El número que Lale tatuó en el brazo de Gita corresponde a gente que llegó en 1943, ella había llegado un año antes. En su declaración a la USC Shoah Foundation en 1996, Gita dijo que su número era 45 62. Este error puede deberse a una transcripción errada de Morris o a la memoria frágil de un anciano de más de 90 años.

b)     Estando Gita enferma de gravedad, Lale se las ingenia para conseguirle “penicilina”. La penicilina no era usada comercialmente en esa época. A lo mejor,  Morris intentó darle un nombre al término “medicamento”. En su declaración , Gita habló de Prontocil, un antecesor de los antibióticos modernos y la autora incluye este dato en su ‘fe de erratas”.

 


c)      Lale habla de los experimentos del Dr. Mengele para esterilizar judíos y como este médico fue quien castró a León, amigo y aprendiz del tatuador. Lo cierto es que Josef Mengele llegó a Auschwitz recién en 1944 y su área de experimentación eran gemelos y enanos. Quien esterilizaba era el Dr. Horst Schumann, pero no es como que al llegar a Auschwitz a los prisioneros los presentasen formalmente a sus verdugos. Quizá, por años, Lale creyó que era Mengele al que conoció por ser este el médico más infame— pero celebre—de Auschwitz.

 

 


d)     Heather Morris siguió su bestseller con otro libro llamado Cilka’s Journey. En el relata la tragedia de Cecilia “Cilka” Stein, una joven eslovaca que fue obligada por el Lagerfuhrer Johann Schwarzhuber a ser su amante. Cilka aparece tanto en el libro como en la adaptación puesto que Gita solicita su ayuda para salvar a Lale. A su llegada al campo, Cilka fue “seleccionada” por el oficial para ser violada sistemáticamente por este individuo.

 

                Johann Schwarzhuber en el banquillo de los acusados

En el libro, aparte del punto de vista del protagonista, solo tenemos otro, el de Cilka. Por eso sabemos que las violaciones ocurrían en secreto.  Esta historia también ha sido puesta en duda, sin mediar bases para el escepticismo . Solo ese puritanismo hipócrita que ha permeado la historia del Holocausto donde,  por pudor, vergüenza o machismo,  se han ocultado los abusos sexuales que sufrieron las judías a manos de sus captores.

 

e)      Obra falsedad de la que han acusado al texto es de “la amistad” entre Lale y el guardia Stefan Baretski. Nunca fue amistad. Es cierto que Baretski , en un par de ocasiones,  ayudó a Lale y a Gita, pero era un individuo tan volátil que no se podía confiar en él. Tanto daba con una mano como dañaba con la otra. Libro como serie lo describen como un antisocial, bebedor, solitario, desorientado, pero muy cruel. Baretski fue condenado y encarcelado después del Juicio de los Guardias de Auschwitz en 1963. No hay evidencia que haya contactado a Lale para pedirle referencias de conducta. ¿Como iba a saber que Lale se había cambiado de nombre? Esa añadidura de la serie es producto del guion.

 

                                   Unica foto que se conoce de Stefan Barestski

En el libro,  Lale no se despidió de Baretski. Esa declaración de  “has sido como un hermano para mí”,  aparte de insólita,  nunca sucedió. Únicamente sirve para añadir confusión en el espectador sobre las razones por las cuales Lale se siente culpable.  Existieron otros guardias más humanos que el handler del tatuador, cuya única excusa era ser despreciado por los otros guardias y sus superiores por ser un volksdeustche rumano que hablaba mal el alemán.  

 

Quienes critican el libro de Morris argumentan que era imposible que se desarrollaran relaciones entre guardias y prisioneros,  fuesen románticas, amistosas o laborales. ¿Nunca oyeron del romance entre Helena Citronova y el guardia SS,  Franz Wunsch,  que hasta ha dado para una ópera? ¿No leyeron a Primo Levi contándonos del guardia que quería hablar italiano?  ¿No conocen el nombre de Victor Pestek, amigo de la infancia de Baretski,  que acabó de guardia en Auschwitz y huyó junto a Siegfried Lederer del campo en 1944? Betz, que, por amor a una chica judía, regresó para rescatarla,  fue arrestado,  torturado y fusilado.   

 


Ni hablar del respeto que Mengele sentía por Alma Rosen,  la directora de la orquesta femenina de Auschwitz, o su relación casi cordial con la Dra. Gisela Perl y con su asistente,  el medico húngaro Miklos Nyiszli. En Auschwitz se daban los horrores más monstruosos, pero también los vínculos más extraños. Era un sitio tan caótico que excepciones a la regla llegaban a ocurrir siendo un gesto de humanidad de parte de los poderosos la proverbial aguja perdida en un pajar.

 

f)        Leí un comentario en IMDB donde alguien se quejaba que no creía en la solidaridad que permea la serie, sobre todo entre las amigas de Gita. Le sorprendía que compartiesen comida cuando los testimonios del hambre que afligía a los prisioneros nos los muestran   deshumanizados hasta el punto de matarse por un cacho de pan. Tristemente ese es el caso de la gran mayoría de los prisioneros, pero se vale recordar que ciertos trabajos (Lale de tatuador; Gita primero en “Canadá” y luego en la oficina) permitían un mínimo de más comida y esos trabajadores eran los que compartían sus raciones o las intercambiaban por otros productos.

 


Primo Levy, a pesar de su empleo de laboratorio,  sobrevivió por las raciones que le traía su amigo Roberto.  Una sobreviviente de Auschwitz me dijo una vez “las mejores amigas de mi vida las encontré en el Lager”.  El objetivo nazi era destruir la humanidad y los códigos morales de sus víctimas, pero muchos sobrevivieron gracias al apoyo de otros o apoyando ellos a terceros,  aun a perfectos extraños.



Dramatizar el Holocausto Siempre Conlleva Críticas

No hay memoria de sobreviviente que no haya recibido ataques, cuanto más famosa más criticada. Sir Elie Wiesel se lanzó en picada en contra de series de televisión como Holocausto y War and Remembrace.  Las llamó “melodramas baratos y simplistas”.  Citó a Wittgestein:   “De lo que no se habla,  no se debe hablar”.  Sin embargo, su Noche, donde narra sus experiencias en Auschwitz y Buchenwald fue, en su día, acusada de falsear hechos.

Schindler List también recibió fuertes censuras (por “glorificar a un nazi”)  y sin embargo la despreciable La Vita e Bella ha sido alabada hasta por el escritor-sobreviviente Imre Kertesz quien acusaría a la “Industria del Holocausto” de promover kitsch, visiones de mal gusto y edulcoradas de una realidad terrible. Nada de eso ocurre en The Tattooist of Auschwitz.  donde Heather Morris incluye un disclaimer afirmando que se trata de una novela inspirada por hechos y personajes reales.



Después de estas aclaraciones es posible examinar la adaptación a la pantalla chica del libro. Aunque es buenísima y muy recomendable, es triste ver que las críticas y ataques empujaron a los adaptadores a echar mano de recursos más inverosímiles que los criticados.



13 comentarios:

  1. Desde FB de Macarena Muñoz Ramos Jum, he visto anunciada la serie y también otras actuales basadas en esos momentos históricos tan terribles. Pero precisamente por esa terquedad de mostrar a la mayoría como dramas desgarradores (tal vez por eso resulta chocante en muchos momentos La vida es bella), evito echarles un vistazo. Tampoco, lo siento, es un tema que me atraiga literariamente. Supongo que por los tiempos que corren, porque precisamente no quedan sobrevivientes y porque cada familia recibió las impresiones muy personales de sus parientes, además de que sigue habiendo cierto tabú respecto a los juicios o a los militares que huyeron a Latinoamérica, por ejemplo, hay un gran desconocimiento y lo que se asume como real puede estar muy modificado por la misma memoria. No sé qué recepción tuvo en su momento, hace cincuenta años, la película Night Porter donde se muestra la relación (no precisamente romántica o idealizada) entre un guardia de un campo de concentración y una judía. Y aunque no está llena de amor, los marca a ambos y la "resucitan" varios años después del Holocausto, pues ambos han sobrevivido al horror. Tal vez también hemos asumido un montón de "clichés" respecto a lo que consideramos que fueron los campos de concentración basándonos en películas, más que en testimonios reales donde la única "guía" para un montón es el diario de una niña que podría haber sido modificado o recreado por su padre sobreviviente.

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    1. Para Macarena Muñoz Ramos Muchísimas gracias por tu primera aportación de Gata Seriefila y por ser la primera en comentar el blog. Has traido a colación tantos temas que te pido me esperes hasta más tarde para responderte con propiedad. Pero primera urgencia, tu estás en México y me dices que ya anuncian la serie. Otro Gato Seriefilo medijo que él la vio en Perú. Que plataform la está psaando en América Latina o por lo menos en tu país?

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    2. De Macarena Muñoz Ramos:
      María Elena Venant Bueno, es que yo pillo las series y películas en páginas online 😬😝 No me daría a abasto ni un sueldazo para suscribirme a todas las plataformas. Y en ocasiones, como con la segunda temporada de Interview with the Vampire, puedo pillar los capítulos a unas horas de haber sido estrenados y con subtítulos en inglés. También tengo la ventaja que en algunas de estas páginas suben series y películas con el doblaje español, y por lo que veo, la serie doblada la van a emitir por Movistar en España.

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    3. Desde FB de Jorge Llerena Torrico
      Para Macarena Muñoz Ramos Hola Macarena. En efecto la serie está disponible en ese tipo de páginas, y puedo confirmar porque yo la vi de la misma manera. Debido a que tampoco gano un sueldazo como para pagarme varias plataformas, ando pendiente a los sitios donde suben series y precisamente esta fue una de ellas. A raíz de eso me hice con el libro, lo leí en un día (es tan bueno que no pude soltarlo hasta acabar) y luego me puse con la serie. Aclaro además que la vi completamente en español neutro, o sea latinoamericano (no castellano ni subtitulada), lo cual me hace pensar que la serie ya está o debería estar disponible en alguna plataforma de aquí, ya que de lo contrario la distribuidora no habría invertido tiempo y dinero en hacerle un doblaje. Pensé inicialmente que Netflix la había comprado, o Prime o Disney+ (ya que Peacock no existe como servicio en América Latina) pero nunca pude averiguar bien quien la tiene. Lo que sí puedo asegurar es que se encuentra disponible ya en esas páginas al menos desde junio y completamente en español

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    4. Para Macarena Muñoz Ramos Y aqui va lo que falta. Uff ¿por dónde comienzo? Para no sofocarte, te voy a pasar un par de enlaces sobre el tema que escribí hace unos años. En el primero, por ser el cuarentavo aniversario de la miniserie Holocausto , describo un universo cinéfilo pre-miniserie donde el argumento del exterminio judío no se conocía, no se sabía no se hablaba de eso y se hacía muy, muy poco cine sobre este principalmente en Europa. Esa fue una época que yo viví. Ustedes en cambio crecieron saturados con un tema que estaba en libros, cine, tele hasta en clases escolares. Tristemente, esa saturación sirvió para crear ‘La industria del Holocausto”, un esquema de cómo debe contarse el cuento y una serie de clichés que perduran.
      Hoy en día, hay un intento de enfocar el tópico desde otros ángulos y ahí es donde les caen palos de parte del conglomerado negacionista, anti sionista, o simplemente antisemita que cree que la victimización de los judíos es un modo de adquirir poder. Por otro , los mismos judíos somos los críticos más implacables.
      Yo odio “La vida es bella “y sin embargo amo “Jojo Rabbit”. Hay gente a la que aburren las variaciones del tema del Holocausto o los desconciertan como ha ocurrido con la fabulosa “Zona de Interés”. En cambio, a mí la que me hizo bostezar fue “Fuimos los Afortunados” porque me parecía increíble que no les pasaran cosas terribles o que todos sobrevivieran sin grandes problemas.
      Para serte franca, me cuesta mucho ver algo sobre el Holocausto a menos que venga acompañado de otros aspectos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hoy están de moda las historias de amor en ese escenario y eso me llevó a ver el Tatuador. Adjunto dos enlaces a entradas sobre la novela rosa del Holocausto y sobre el trope “Romeo y Julieta en el Tercer Reich”. En esta última hago alusión al Portiero de Notte.
      Liliana Cavani supo filmar su película en el momento adecuado. Cuando estaba de moda este tipo de soft porn con el Tercer Reich de trasfondo y cuando el público sabia poco o no tenía mucha exposición a la realidad de un campo de concentración. Yo no la vi en su día porque tenía quince años cuando lo pasaron en Usa donde le pusieron calificación “X”, como si fuese un filme porno. Yo desde los doce años que sufro de una adoración por Sir Dirk Bogarde que no disminuyó ni aun sabiéndolo homosexual, pero el tema, me parecía curioso. Yo no sabía del nazisexploitation, pero sí de filmes como 7 bellezas de Lina Wertmuller que también examinaban la experiencia del lager desde un punto de vista de mal gusto.
      Las vi las dos en los 80 y me di cuenta de que ya no se podía hacer algo así, que contravenían la fórmula de como describir la vida en un campo de exterminio y la relación entre los nazis y es víctima. Estamos hablando de un filme que todos los grandes críticos gringos de cine condenaron. Si hasta el filósofo Foucault le tiró una piedra. Sin embargo, sin El Portero no tendríamos esas escenas tan fuertes de Ralph Fiennes y Embeth en La Lista de Schindler ni el tipo de relación sadomasoquista entre Baretski y el Tatuador que esta teñida (por el lado del guardia) de connotaciones homoeróticos.
      La preocupación de todos los que nos identificamos como judíos es que la muerte de los últimos sobrevivientes acabe con la memoria de lo que realmente sucedió. ¿Pero podemos confiar en la memoria de ancianos? En una excelente miniserie, La Intérprete del Silencio (está en Disney o en Star+) vemos como en un juicio en 1963, un testigo se equivoca en una fecha de algo que ocurrió en Auschwitz. ¿Como no equivocarse si no tenían calendarios, ni conciencia del paso del tiempo? Realmente no podemos exigir exactitud, pero tampoco podemos crear visiones que nada tengan que ver con la realidad y esto se aplica a toda recreación o dramatización del pasado.

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    5. Para Macarena (cont.)
      Es fácil decir que ya no nos creemos el “Holocuento”como dicen los neonazis chilenos, porque ya no quedan muchos que lo recuerden fehacientemente, pero entonces no deberíamos creer ni sentir emoción ante pasados más remotos. Yo nunca he dejado de sentir lástima por los cristianos en las fauces de los leones que me inspiró mi primera lectura de Quo Vadis, y aunque sé que el Antebellum era un espacio reprochable debido a la esclavitud, sigo sintiendo lástima por el Sur derrotado y destruido, eso gracias a Lo que el viento se llevó. A lo que voy, es que una buena obra de ficción, apoyada por perspectivas de historiadores serios debe tomarse como espejo de una realidad histórica, la única aceptable. Hace 45 años que en una clase de historia descubrí a María Antonieta. Ni malas versiones fílmicas, ni revisionismos antimonárquicos me han hecho dejar de querer y admirarla y es que uno aprende a reconocer (como deberíamos hacer con las noticias de hoy) lo que es más cercano a la verdad. Para eso solo necesitamos ejercer lo que falta hoy en día: espíritu crítico, lógica y criterio.
      Una última palabra sobre Ana Frank. Efectivamente, yo he leído dos versiones de su diario, la en español (basada en la francesa y con prólogo de Daniel Reps) y la en inglés, con prefacio de Eleanor Roosevelt. Esta última es contemporánea de la otra y sin embargo conserva las censuras de Otto Frank. Censuras que nada tienen que ver con el Holocausto ni con Auschwitz. La francesa en cambio incluye todas las peleas entre Edith Frank y su hija, la rabia que le tiene Ana, y esa controversial entrada donde la diarista admite tener sentimientos lésbicos. No hay nada sobre Auschwitz, porque el diario acabó con el arresto de los refugiados en el Anexo. Lo que sabemos del último año de vida de Ana lo conocemos gracias a testimonios de amigas que vivieron esa experiencia en Westerbork, Auschwitz y Bergen Belsen.

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    6. Desde FB de
      Macarena Muñoz Ramos
      Esta noche leeré con más calma los enlaces que me has enviado. Jojojo, gracias por considerarme tan joven pero tengo 52 años y creeme que todavía a mi generación no le tocó la cantidad de "información", películas, libros, memorias y demás sobre el Holocausto. Conforme crecimos, digamos que pasados los 80 con la Guerra Fría y luego la caída del muro de Berlín, se abrieron los baúles históricos en el sentido más amplio y poco a poco tomamos conciencia de lo que había ocurrido. Probablemente porque los supervivientes aún podían exponer sus vivencias. Jojo Rabit me gusta mucho con todo y su choque de comedia y drama más puro (no puedo con la escena de los pies y reconocer a quién pertenecen por el nudo de los cordones) y soy fan de The Night Porter. Es curioso lo de la Naziexplotation pero es que ni duda cabe todo el juego que dan los accesorios militares y demás, sobre todo por la connotación sadomasoquista. Y aplaudir porque tienes muchísima razón cuando mencionas que lo hoy brilla por su ausencia es el criterio. Y esas malditas ganas de hacer revisionismo de todo lo que ocurrió en el siglo XXI, aunque ya los showrunners (en el caso de las series) les vale y tuercen y retuercen hechos históricos o historias que ya son canon, para darle gusto a un puñado de ofendiditos que insisten en vivir en una burbuja... El "Holocuento", hace tiempo que no escuchaba eso. Y han sido otros, con su desinformación y sus ganas de sobreexplotar el tema, los que consiguieron causar cierto rechazo a todo lo que tenga qué ver con el Holocausto. Hace algún tiempo, hablando con un amigo alemán de mi marido, nos comentaba esa situación curiosa, por llamarla de algún modo, de lo incómodo que les hace sentir tocar esos temas, y que mucho está prohibido siquiera mencionarlo para intentar no hacer apología.

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    7. Para Macarena Muñoz Ramos Estaba pensando en El Portero. Aparte de Sir Dirk Bogarde, no me gustó nada. La estetica de los 70's tan fea. Como que quería ser Cabaret y no le tocaba el punto y no me gustó C. Rampling. Tres actrices rechazaron el papel de Lucia (Dominique Sanda, Mia Farrow y Romy Schneider) A lo mejor con una de ellas, hubiese quedado mejor. Pero vuelvo a la queja del Museo de Auschwitz. Que te enseña un filme como The Night Porter sobre el Holocausto o Auschwitz? En que se parece a laa realidad? Sobre Alemania, no tocan el Holocausto como tema principal, pero les queda muy bien cuando hacen algo sobre la guerra o a posguerra y hay algun personaje judio ahi. Y no sigo porque te voy a comenzar a mandar mas enlaces. muchas gracias por la aportacion, y podemos seguir con El Portero que mas que mal hoy es cine de culto.

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  2. Desde FB de Rafael Ochoteco
    Excelente serie. Altamente recomendable. Como siempre, es un trabajo de FICCIÓN, muy bien logrado, y que yo disfruté en su totalidad sin preocuparme en las cosas que se preocupan los de la organización... ¿Ha habido algún proyecto de ficción que ellos hatan estado 100% de acuerdo? ¿Dónde todo o casi todo sea verdadero? ¿Por qué se preocupan tanto de los que NO creen en el holocausto? ¿Qué porcentaje de las obras de ficción escritas sobre Auschwitz son "verdaderas"? ¿Cuántas no son verdaderas o apegadas a la realidad? ¡BESOS!!!

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    1. paraRafael Ochoteco Como he dicho, nunca nadie ha quedado contento con una obra sobre el Holocausto, y conste que no estamos hablando de la serie, sino del libro (no se han quejado de la serie). Sobre el Negacionismo, lamentablemente es un tema muy presente, muy peligroso, muy avanzado y es nuestro deber como judíos luchar contra ello. Para que veas la extensión del problema, todos los paises musulmanes son negacionistas, Iran hasta tuvo conferencias sobre el tema a comienzos de este siglo, todos los enemigos de israel son negacionistas. Una amiga en comun de nosotros es negacionista. Es un deber del Museo vigilar el contenido y ver no lo que es ficcion sino lo que puede alterar la credibilidad de los hechos. Por ejemplo achacarle a Mengele cierto tipo de experimento, es dar pie para decir 'si inventan algo tan grave, pueden estar mintiendo en otras cosas.' Piensa que hace setenta años que se publicó el diario de Ana Frank y todavía hay "historiadores"que ponen en duda su autoría.

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    2. Para Rafael Ochoteco Aclaro una cosa. El Centro de Investigacion del Museo de Auschwitz Birkenau no quiere boicotear la novela, no dice "no la compren, no la lean" no pien que lapiden a Heather Morris, pero quiere que tengan claro que es ficcion, que no retrata nada que sea real, y que no crean que eso sucedió o que es un ejemplo de como era la vida en Auschwitz. Sobre todo, dice que no crean que el libro puede ayudar en la enseñanza del Holocausto. O sea, seria como decir "aprende sobre la Segunda Guerra Mundial viendo Bastardos sin Gloria". Yo concuerdo en esa queja contra libros como El Niño del Piyama a Rayas o el ajedrez humano de Hunters, pero creo que exageran en su "çancelación"del Tatuador . Despues de todo existió Lale Solokov, existio Gita. Estan sus tumbas en Australia, documentos en Bratislava que prueban su existencia, su hijo esta vivo, ect.

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  3. Desde FB de Jorge Llerena Torrico
    Al igual que al leer sobre, digamos, Roma se suele consultar a los propios romanos como referencia primordial para entender el período, creo que no hay nada mejor o más cercano a lo históricamente real que el testimonio de quienes lo vivieron. En este caso yo tiendo a confiar más en los propios testimonios contados por los sobrevivientes, preferentemente en primera persona (como los hornos de Hitler o el desgarrador y trepidante Thousand lives de Livia E. Bitton-Jackson) porque creo que nadie puede contarlo mejor que la propia persona que lo vivió, o en su defecto libros periodísticos basados en testimonios, como el compendio de Ravensbruck de Sarah Helm o las mujeres de Auschwitz. Dicho esto tampoco voy a negar que se han escrito excelentes novelas basadas en el holocausto, Postales del este es un excelente ejemplo. Mi experiencia con libro y serie fue similar a la de Macarena: me apareció a inicios de junio en un portal de series online, completamente en español neutro (distribuido para Latinoamérica). Primera vez que oía hablar de esta historia y se los dice alguien que devora cada testimonio, cada crónica, cada libro que refiera los eventos ocurridos en la Europa ocupada por los nazis (especialmente si se trata, como dije, de relatos en primera persona o basados en testimonios). Leyendo un poco me topé con los dichosos artículos que la criticaban, así que recurrí a nuestra lady Mary para la respectiva aclaración, porque uno siempre le pregunta a quienes más saben. Recomendado, busqué el libro sin saber con qué me iba a encontrar, sólo con la recomendación y sabiendo que se trataba de un testimonio veraz convertido en novela, con lo cual no tengo ningún problema. Mi primera impresión fue excelente, no le encontré errores factuales (al menos no de la magnitud que lo hacían notar las críticas del Centro de Investigaciones del Museo de Auschwitz-Birkenau, que hacen parecer como que los hubieran puesto usando celulares o algún disparate similar, cuando la realidad es que lo que tanto critican son detalles mínimos como bien dice en el post). Lo devoré en un día, un page-turner tan atrapante que te agarra y no te suelta, esos son los libros que me gustan. No bien terminarlo se lo recomendé a mi mejor amigo, que como yo devora todo libro, entrevista, testimonio del holocausto que caiga en sus manos y justo acababa de sugerirme un documental de Netflix sobre el tema. Como yo le encantó y lo terminó en un día.
    Con la serie no me pasó lo mismo. Está bien producida, magníficamente recreada, actores excelentes, pasajes conmovedores. Sólo que siento que metieron cosas innecesarias que en el libro no vienen (mucho énfasis en la culpabilidad de Lale, la escena donde Lale le dice a Heather sobre los clubes gay...¿en la Europa de 1940? hard to believe) y por momentos la sentí un poquito mas lenta a comparación del libro, que como dije una vez empezado no lo pude soltar

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    1. Para Jorge Eduardo Llerena Torrico Las primeras noticias (aparte documentos oficiales que no llegarían al público décadas más tarde) del ciudadano medio sobre el Holocausto fueron las memorias de los sobrevivientes. A fines de Los 70 cuando nace la industria de Holocausto con libros y material audiovisual, las memorias se olvidan. Los grandes sobrevivientes (Sir Elie y Primo, Simone Veil) están vivos, mejor entrevistarlos y oír los recuerdos de su boca.
      Hoy casi no quedan sobrevivientes y los que quedan enfrentan el mismo señalamiento que Lale. sE puede confiar en la memoria de un anciano? Las acusaciones dirigidas en contra del libro van dirigidas en realidad a Heather Morris (por mentirosa) y a Lale por sus recuerdos proustianos.Sin embargo sabemos que Lale , Gita, Cilka, etc.. Existieron, Gita hizo declaraciones a una organización del Holocausto aquí en USA a fines del siglo pasado. Gary Sokolov ha confirmado que su padre estuvo tres años siendo entrevistado por Morris. La pregunta es que inventó ella, que le contó él.
      Consciente del estigma que colgaba sobre el libro, J. Perske intentó crear un modo de demonstrar que los recuerdos del tatuador podían ser falsos fuese por miedo, vergüenza o por muy dolorosos. Sus fantasmas lo acusan de falsear los hechos, vemos en flashback “la verdad” La pongo entre comillas porque no corresponden ni al libro, ni a las entrevistas con Morris, ni a los recuerdos de los allegados a Lale. El tatuador nunca ayudó a matar prisioneras para salvar a Gita; nunca Cilka se paseó con abrigo de piel por Birkenau; Leon no era gay así que no podemos saber si Lale era tan abierto de mente en Auschwitz o en Melbourne. Al final la serie peca de overcorrecting.

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