martes, 30 de julio de 2024

Kafka Revisitado: El amante, el burócrata, el judío

 

 


Para ser una serie limitada,  ofrecida por una plataforma modesta (ChaiFlicks) , Kafka ha recibido numerosos elogios de críticos en publicaciones del mundo angloparlante como The Guardian y The Hollywood Reporter. Tal vez porque en el centenario del fallecimiento del escritor, el poder e influencia “kafkianos “ todavía perdura en nuestra visión del mundo.  

En esta miniserie de seis episodios se destruyen muchos mitos sobre el escritor checo, pero destaca la premonitoria onda kafkiana. Toda su obra estaba cargada del presentimiento de una catástrofe de la que una muerte temprana lo salvó,  pero que se tragó a seis millones de judíos, incluyendo a las hermanas de Frank Kafka.



La influencia de Kafka en la literatura moderna ha sido universal, desde Sartre a Murakami, desde Borges a Ray Bradbury. García Márquez dijo que sin La Metamorfosis nunca se hubiese atrevido a crear el realismo mágico.  Incluso el cine la utiliza,  pensemos en filmes de culto como Brasil de Terry Gilliam o el Barton Fink de Los Hermanos Coen.

Hay tanta contradicción y tantos enigmas sobre Franz Kafka que se ha creado una mitología a su alrededor que invariablemente recurre a su literatura fantástica y mega original para definirlo. Es lo que hace la miniserie austro-germana, mezclando imágenes oníricas, rompiendo la cuarta pared,  e incorporando extractos de su obra,  sean cuentos o cartas,  para darnos un retrato del Mago de Praga cuya historia no puede apegarse a rígidas cronologías. Kafka era demasiado mágico, demasiado estrambótico,  para ser explicado de manera formal.

Luz, Optimismo y un Gran Elenco

No se crean que se trata de una trama oscura y bizantina. Es una historia optimista, luminosa,  con mucho sol, que no cae en la oscuridad que aflige al period drama de hoy en día. Únicamente se oscurece en los momentos en que la realidad abraza la imaginación portentosa, pero depresiva, del escritor. Es dinámica gracias a los muchos sitios que el judío checo habitó que incluye variados espacios geográficos puesto que, en su breve vida, Kafka fue un viajero infatigable.



Debe mencionarse que un gran mérito de la serie es el elenco: El suizo-israeli Joel Basman (The Awakening of Motti Volkbruch) es un Kafka simpático y risueño; Liv Lisa Fríes (Babylon Berlin) es Milena Jesesnka,  uno de los grandes amores del autor de La Metamorfosis ;y David Kross  (al que no veía desde que interpretara a la versión joven de Ralph Fiennes en The Reader) es Max Brod.

                                   David Kross como Max Brod

Lars Eidinger, el desequilibrado industrial Nyssen en Babylon Berlin,  da vida al poeta Rainer Maria Rilke, gran admirador de Kafka. De Babylon Berlin tambien se han traído a Christian Friedl, el jovial fotógrafo gay Hoffmann, hoy muy de moda por su retrato de Rudolf Hoss en Zona de Interés y que aquí encarna al novelista Franz Werfel, amigo del escritor y miembro del Círculo de Praga.

En las últimas décadas, Franz Kafka ha seguido capturando imaginaciones populares y su historiografía aumenta con nuevos amagos de biografía. A Kafka se le ha acusado de sufrir de diferentes neurosis, síndromes y trastornos desde anorexia hasta Asperger. La serie se apoya en la biografía de Reiner Stach quien ha destruido la armadura de mitos y extraído de ella a un Kafka bastante humano.

Más Allá de Mitos

Kafka nos lleva a conocer a otro Kafka, no el solitario, tímido y antisocial. El verdadero era muy amistoso, a pesar de sus excentricidades  (si era vegano y mascaba todo alimento cuarenta veces),  caía bien a la gente y ,  como explica Brod, era parte indispensable del Círculo de Praga, compuesto por Brod, Werfel, el musico ciego Oscar Baum (Tobias Bammborschke) y el novelista Felix Weltsch (Robert Stadlober de Tannbach y Das Boot).



Otro mito es que Kafka odiaba su empleo y se sentía atrapado en el cómo Gregor Samsa en su caparazón de cucaracha. En realidad, era muy activo en los casos en que tenía que representar legalmente a desposeídos. Sus jefes estaban encantados con el joven abogado, lo ascendían constantemente e hicieron esfuerzos para que no lo reclutase el ejercito Austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial.

Hay biógrafos que han discutido hasta la náusea,  la sexualidad de Kafka. Como muchos hombres de su medio y tiempo, prefería comprar sexo, eso no le impidió tener relaciones intensas con varias mujeres y estar comprometido en tres ocasiones. Su relación con prostitutas no era motivo de vergüenza ni secreto. En la serie,  Brod admira eso en su amigo,  la facilidad con la que se relaciona con trabajadoras sexuales, a las que trata como si fueran sus amigas.



La serie intenta crear un retrato nuevo y más fidedigno del cuentista, pero se cifra en las tres mujeres más importantes de su vida: Felice Bauer, Milena Jesenska y Dora Diamant. No se trata de un enfoque romántico como en La Gloria de la Vida, el nuevo filme alemán con Sabin Trambea (Ku’Damm, La Casa Alemana) dando vida a Kafka y Henriette Confurious (Tannbach)  a Diamant. En la serie,  el elemento romántico es un poco satírico, pero nos muestra que el único problema que Kafka tenía con el sexo es que no podía combinarlo con el amor.

La omnipresente comedia en la serie ayuda a desenterrar aspectos importantes de Kafka como su identidad judía. Los biógrafos se han esmerado en desvestir a Kafka de cualquier cosa que lo identifique como judío, mostrándolo como un ser totalmente asimilado cuya dualidad provenía de ser parte de la nueva república de Checoeslovaquia a pesar de escribir en alemán.

Se olvidan del interés de Kafka por mantener el idioma yiddish, su admiración por el teatro yiddish, su amistad con el actor YItzhak Lowry y su fascinación con los cuentos de hadas del rabino jasídico Nahman de Bretzlav que muchos consideran inspiraron la obra kafkiana.  Kafka llegó a esos cuentos gracias a la mujer más importante de su vida,  Dora Diamant. La serie de nuevo para no chocar con el filme La gloria de la vida, no nos la pinta muy simpática, sino como controladora (hasta Hermann Kafka se doblega ante ella) y hace parecer que Milena fue el gran amor de Kafka.



Por el contrario, todos los amigos de Kafka coinciden que Dora fue una influencia maravillosa en la vida del novelista. Que lo ayudó a librarse del yugo paterno y de sus complejos. “Le dio un nuevo y final capitulo a la vida de Kafka” es como la definiría Max Brod. Junto a ella, Kafka planea hacer Aliyah (emigrar a Israel) , estudia el Talmud (Dora era ortodoxa y de familia jasídica) y es conmovedor verlo recitando (aun moribundo) , la oración del encendido de las velas del Shabbath.



Felice, La Inquisidora

La serie también explora la relación de Kafka con el sionismo que abrazaban tanto sus amigos (Brod y Weltsch) como sus parejas (Bauer y Diamant).  A pesar de que tenemos el testimonio de Kafka (en su diario privado) de que en su primer encuentro con Felice Bauer la vio fea y desabrida, la serie nos describe ese momento como una reunión de almas gemelas.



Felice, una dactilógrafa berlinesa, era prima política de Max Brod. Kafka la conoció en 1912, en la casa de los Brod en Praga. Aunque (en la serie) no se simpatizan inicialmente,  todo cambia cuando el escritor descubre que ella habla hebreo y que planea hacer Aliyah. Ambos deciden viajar juntos a Tel Aviv (esto es cierto) donde como dice Kafka:  “ser judío no es una imposición para los demás”.



A partir de ese primer encuentro, Kafka comenzó a escribirle a Felice—de retorno en Alemania— diariamente por los próximos tres años. Hubo algunos viajes,  tanto de ella a Praga como de Kafka a Berlín.  Como suele ocurrir en esas relaciones, verse físicamente bajaba el ardor del novio.  En la serie,  los amigos se burlan de Kafka diciendo que el escritor encuentra a la Felice real poco atractiva, pero también tenemos la impresión de que mentalmente son opuestos y que a Kafka le da miedo el aburguesamiento y responsabilidades del matrimonio.

Aun así, en algún momento, el escritor pidió la mano de su novia epistolar. Su poco entusiasmo con la relación se hace patente en la fiesta de compromiso (que tuvo lugar en la festividad judía de Shavuot) en la que el escritor se ve incomodo ante el espectáculo de su familia y Los Bauer juntos en el mismo cuarto. Para colmo, su padre, el temible Hermann Kafka,  ha tomado la precaución de hacer investigar a su futura nuera, algo que hará con todas las novias serias de su hijo.





De regreso en Alemania, Felice nota un cambio en las cartas, Siente que Kafka no quiere casarse. Envía a su amiga Grete Bloch a Praga a investigar. La investigación tiene otros resultados, Kafka se obsesiona con Fraulein Bloch, la convierte en su confidente y comienza a escribirle diariamente.



El clímax llega en una visita que Kafka hace a su prometida en Berlín en vísperas de la Primera Guerra Mundial. En el hotel, el conserje le dicen que lo esperan en un salón privado. El cuentista se encuentra encerrado en un cuarto oscuro,   donde detrás de una mesa están sentadas Felice,  su hermana,  y Grete.



La astuta zorra le ha enseñado a su “amiga” fragmentos de las cartas de Kafka con críticas a Felice y sus dudas sobre casarse con ella. Las Bauer han decidido interrogar a Kafka de una manera inquisitorial. El resultado es el fin del primer compromiso del escritor. Creí que se trataba de otro de los juegos oníricos de la serie, pero este episodio ocurrió en la vida real. Mas tarde, Kafka lo describiría como “sentirse enjuiciado”, Se comprende que después de tal experiencia,  Franz Kafka haya escrito El Proceso.



¿Tuvo Kafka un Hijo?

Lo interesante es que Grete ha cortado parte de las cartas recibidas. ¿Que hay en esos trozos perdidos? Obviamente algo que compromete a la delatora. Un año más tarde,  Grete da a luz a un hijo de padre desconocido que morirá en 1921.  A fines de esa década, Grete escribe a su amigo, el músico Wolfgang Alexander Schocken, contándole que el padre de su hijo murió en 1924 y que fue enterrado en Praga.

Cuando Wolfgang le muestra la carta a Max Brod (entonces vivían ya en lo que hoy es Israel) este suma 2+2 y concluye que el hijo era de Kafka. A pesar de que hay biógrafos que disputan esa imputación, yo soy del equipo que cree que Grete y Kafka fueron amantes y que hubo un fruto de esa relación clandestina.

En la vida real, Felice Bauer no podía vivir sin Kafka. En 1917 lo siguió a Marienbad donde volvieron a comprometerse y pasaron diez días idílicos. Como se sabe que compartieron el mismo cuarto de hotel, los biógrafos concluyen que esa relación se volvió física, a pesar de que la serie nos enseña un Kafka más interesado en hablar de literatura que en el sexo.



Es en este encuentro donde nos damos cuenta de por qué Felice nunca fue el alma gemela del escritor. Kafka tiene una charla sobre su obra a la que asiste Rilke. El poeta está enamorado de la obra kafkiana. En cambio, Felice esta descontenta con el rumbo literario que ha tomado su prometido.



Encuentra que historias como El Proceso y La Colonia Carcelaria son trabajos desagradables que le provocan vergüenza. A mi parecer ambas obras presagian el Holocausto el auge de los gobiernos totalitarios. Aunque ahora al notar que las torturas del último relato son manejadas por una máquina de escribir, veo también la influencia de la relación de Kafka con Felice y cuan gravosa le era.



A pesar de que la serie dedica el tercer episodio a la tortuosa vida familiar de Kafka, agradecemos que todo no sea un constante conflicto entre Hermann y su hijo. Lo único nuevo que nos muestran es que Kafka pere era igual de odioso con sus hijas y hasta con la criada.



Lo novedoso de Kafka ha sido enfocarse en las mujeres del escritor, a pesar de que han dejado afuera a Julie Wohryzek. Me toca a mi hablar de ella. En el verano del 1920, Kafka conoció a Julie, una camarera del hotel donde se hospedaba. Iniciaron una relación íntima, se comprometieron y hablaron de vivir juntos. Julie estaba todavía de luto por su novio muerto en la guerra. Tal como el difunto , Julie era un ardiente sionista. Se cree que esta fue la razón por la cual el padre de Kafka se opuso a esa relación.

En realidad,  es que el detective empleado por Hermann descubrió que la moral de Julie no era la esperada para satisfacer las exigencias del patriarca. Como no hubo correspondencia entre los amantes, Juile es despreciada por los biógrafos. Puede que Franz rompiese su compromiso, porque aunado a la oposición paterna, existía otro factor. Se había enamorado de otra mujer

El Affaire Milena ocupa todo un episodio, y ella aparece en una visión de Kafka del Castillo en el episodio final. También aparece visitando a Kafka casi al borde la muerte de este. Por ser la más conocida de los amores de Kafka, Milena es también la más interesante. Acabo de ver a Liv Lisa Fries en The Last Session of Freud, filme malísimo, pero donde ella destaca como la sufrida hija del gran psiquiatra. Aquí demuestra una madurez actoral que la aleja  de su Charlotte Ritter de Babylon Berlin (su rol más conocido).



Kafka y el Holocausto

Dije al comenzar que la vida de Kafka y la miniserie se desarrollaron bajo la sombra del Holocausto. Aunque Kafka murió en 1924, su epidermis sensible lo hacía presentir que se acercaba un gran cataclismo que devoraría su mundo y a muchos de sus seres queridos. En su obra hay temáticas que presagian la hecatombe como las torturas de La Colonia Carcelaria, el estado policial de El Proceso y la “otredad” que condena a alguien a ser un paria en La Metamorfosis.



Se ha dicho que Kafka se salvó de los horrores del Holocausto. La ironía es que murió de hambre como muchos judíos en ghettos y campos de concentración. Al final del cuarto episodio nos cuentan que los padres de Kafka también murieron antes de la guerra, en eso fueron privilegiados.

No se puede decir lo mismo de sus hermanas, quienes junto a sus familias murieron durante el Holocausto. Gabriele, “Ellie”, la mayor, murió en el Ghetto de Lodz.  Valerie,  “Vallie”,  murió en la cámara de gas de Chelmno, uno de los peores campos de exterminio, Ottilia,  “Ottla”, la menor y la favorita de Kafka,  acabó el “Ghetto Modelo” de Theresienstad donde estaba cargo de la sección infantil. En 1943, esa sección fue enviada a Polonia. Ottla se negó a abandonar a sus alumnos y acabó con ellos gaseada en Auschwitz.




Los amigos y mujeres de Kafka no tuvieron mejor suerte. Aunque el Circulo de Praga logró huir a Tierra Santa, Ytzhak Lowry fue encerrado en el Ghetto de Varsovia y finalmente trasladado hasta Treblinka donde fue asesinado. Grete Bloch, que pudo ser madre de un hijo de Kafka y Julie,  que pudo llegar a ser su esposa, murieron en Auschwitz. Milena se unió a la Resistencia checa, salvó a muchos niños judíos (Yad Vashem la considera una “Justa Honoraria”) hasta que fue arrestada y enviada al campo de mujeres de Ravensbruck donde murió.



Felice Bauer y Dora Diamant sobrevivieron al genocidio nazi.  Ambas han pasado a la historia como depositarias de la correspondencia intima del escritor. Correspondencia que hoy se considera literatura. Felice, eventualmente se casó y tuvo una hija. Debió huir de Alemania al llegar los nazis al poder. Instalada en Estados Unidos y presionada por falta de dinero,  vendió las cartas y así su relación con Franz Kafka nos ha llegado al público.

El caso de Dora Diamant es más complejo. Su vida cambió tras la muerte de su pareja. Dejó de ser maestra y entró en el mundo del teatro. Se casó con un judío alemán, Lutz Lask, y tuvo una hija la que llamó Franziska en honor a su ex amante. Los Lask eran comunistas y editaban el periódico Die Rote Fahne (La Bandera Roja). La Gestapo irrumpió en su casa y requiso sus documentos incluyendo cuadernos, cartas y tal vez la última novela de Kafka.

Los Lask huyeron a la Unión Soviética donde Lutz fue víctima de las purgas de Stalin y enviado al Gulag. Dora y su hija lograron huir a Inglaterra donde fueron encerradas,  como muchos judíos alemanes,  en un campo de detención en la Isla de Man. Al salir en libertad, Dora intentó ganarse la vida de muchas maneras. Planeaba hacer Aliyah cuando murió, en 1952, de insuficiencia renal.



Desde 1996 el Proyecto Kafka de la Universidad de San Diego han intentado rastrear los papeles de Kafka que la Gestapo le robó a Dora. Me temo que tal proyecto pueda acabar ahora que la USD se ha vuelto ta antisionista. El proyecto es mantenido gracias a donaciones, muchas de Israel, y en conjunto con el Instituto Hadassah de la Universidad Brandeis, conocida por sus lazos con la nación hebrea.

Por suerte para nosotros, el gran caudal de la obra literaria de Kafka, más sus diarios y material epistolar,  cayeron en manos de Max Brod, quien incumplió la promesa hecha a su amigo de destruirlos. Tanto Brod como su botín lograron huir de los nazis. Es por eso por lo que la serie Kafka comienza retratando fidedignamente el modo en que Max,  su mujer y otras amistades escaparon de Praga en 1939, en el último tren antes que los nazis cerrasen las fronteras del protectorado. Es la manera de la serie de vincular desde el comienzo vida y obra de Kafka con el Holocausto.




Contenido Violento y Gory: La dramatización de La Colonia Carcelaria con sangre y tortura.

Contenido Sexual y Desnudos: La victima de La Colonia Carcelaria está desnuda. Hay una escena muy tierna (y erótica) en que para demostrarle a Kafka que el sexo puede hacerse con amor, Milena muestra un poquito de busto.



Factor Feminista: Todas las parejas de Kafka en la serie (la dactilógrafa Felice, la traductora Milena, la maestra Dora) son mujeres que trabajan, independientes y dotadas de cierta erudición. Contrastan con las oprimidas hermanas de Kafka todavía obligadas a casarse con el hombre que el padre elija para ellas.

Factor Diversidad: Hay un amago de mostrar la diversidad del imperio autro-hungaro que se desmembró en vida de Kafka. Aun así, no hay mucha discusión sobre la opinión de Kafka en temas como política,  diversidad étnica,  ni siquiera sobre la guerra, a pesar de que Max lo apremia a expresar opiniones sobre el conflicto.

Lo que si hay es un buen retrato de la diversidad judía. Los Kafka son judíos totalmente aburguesados y asimilados. Sin embargo, Franz siente el roce del antisemitismo y con la excepción de Milena,  solo se relaciona con judíos, pero no todos ellos son iguales. Contrastan los asimilados sean comerciantes como Hermann Kafka,  o intelectuales como Franz Werfel,  con sionistas como Max Brod y Felice Bauer.

Ciertamente el mayor contraste es con alguien como el actor Ytzhak Lowry que representa un mundo del que huyeron los padres de todos ellos y que los hijos quisieran no recordar. El mundo del judío pobre , que todavía practica una religión ortodoxa, cuya cultura reside en el Yiddish, no en el alemán o el checo.



El que Hermann expulse de su casa al amigo de su hijo representa la tremenda división del mundo judío europeo en vísperas del Holocausto. El que Franz abrace el teatro yiddish es muestra de su tolerancia y curiosidad intelectual por conocer sus raíces, pero es también otra muestra de su excentricidad que lo hizo siempre ser “un otro” aun dentro del mundo judío.

De toda la obra de Kafka ¿Cuál es tu favorita? La mía es El Castillo.



martes, 23 de julio de 2024

Un Estudio en Mediocridad: A Gentleman in Moscow (Paramount)

 


¡Cómo me ha costado ver esta adaptación del superventas de Amor Towles! ¡Cómo me ha costado escribir una reseña! No lo hubiese logrado si Don Arturo Pérez Reverte no hubiese venido a ayudarme señalándonos uno de los mayores defectos de la serie de Paramount, pero no el más grave

Cundo llegué a USA, descubrí que en la pensión mensual que mi hermano me había asignado había un espacio para la compra de libros. Eso me llevó a devorarme la lista de superventas del New York Times. En ese entonces (2017) la lista de ficción de tapa dura era liderada por Gentleman in Moscow de un tal Amor Towles.

Pronto descubrí que este señor había abandonado su lucrativa carrera de banquero para escribir bestsellers del cual éste era el segundo. Aunque la descripción de la trama era fascinante, decidí no comprarlo. Si era tan popular, cabía la posibilidad de que Hollywood adquiriese los derechos y preferí ver la película antes que leer el libro. Me evitaba desilusiones innecesarias.



Towles nació con cuchara de plata en la boca en una familia de la alta sociedad neoyorquina. Ha llevado una vida que hoy llamáramos “de privilegios”, tal como su protagonista, el Conde Rostov. En su estadía en Ginebra notó que varios huéspedes de su hotel vivían ahí todo el año y le pareció que ese sería un buen tema para una novela.

Cadena Perpetua en Jaula de Oro

La trama inicia en 1922, Alexander Ilich Rostov es llevado ante a un tribunal de la Rusia bolchevique y acusado de ser un parasito social. Su destino es el paredón o Siberia. Lo salva un poema que supuestamente escribiera el conde en sus años mozos y que ensalza los valores revolucionarios. Se le condena, entonces,  a cadena perpetua, pero en una original prisión: El Metropol, el hotel más elegante de Moscú.

Rostov deberá vivir en un cuartucho en la azotea, pero puede comer en el restaurante, beber en el bar (todo pagado por el estado) y alternar con clientes y con los empleados quienes lo conocen de antes y lo adoran. El único caveat es que Alexander Ilich tiene prohibido salir de su jaula dorada. Una vez que cruce la puerta giratoria será acribillado por los guardias.



De esa manera, el Conde Rostov pasará los próximos treinta años de su vida encarcelado, pero en constante contacto con el mundo exterior gracias a antiguos y nuevos amigos, además de enemigos,  algunos de los cuales se convertirán en sus aliados. Me cuentan que el mayor encanto de la novela son las rumiaciones de Alexander Ilich sobre filosofía, política,  historia, vinos y comida ya que es un gran gourmand. Lamentablemente eso no puede incluirse en una miniserie. O a lo mejor sí, pero nunca lo intentaron.

Originalmente, Sir Kenneth Branagh iba a prestarle su rostro a Rostov, pero fue reemplazado por Ewan McGregor que funge también como productor ejecutivo al igual que Amor Towles. Así que ni siquiera podemos conmiserarnos por el asesinato de una novela ya que el autor también fue parte de la carnicería. ¿A ver? ¿Por dónde comienzo mi critica?

Rostov No inspira ni Lástima ni Cariño

En un libro se puede centrar toda la trama en un solo personaje, más cuando es el narrador. En pantalla, solo puede lograrse si se trata de una figura fascinante, vigorosa y carismática. No sé si alguien con el poder histriónico de Sir Kenneth hubiese podido hacer a Rostov más digerible. Nunca le he tenido mucha admiración a Ewan McGregor y aquí nos brinda un protagonista mezquino, ególatra y frívolo pero que es el eje de toda la narrativa.



Por empezar,  nunca sentimos lástima por él. Sobre todo, si comparamos su desdicha con lo que sufre la otra gente de su estrato social. Es cierto que debe abandonar su lujosa suite en el Metropol e ir a vivir en los altos,  en cama dura, sin calefacción, pero sus aposentos evolucionan.

Para cuando la pequeña Sofia viene a vivir con él, ya parece que sus muebles han mejorado y se ha solucionado el problema de su calefacción. Dentro de su armario encuentra una puerta secreta que lleva a otro cuarto más amplio. Gracias a que puede conservar algunos muebles y enseres, Rostov expande sus aposentos

Cuando su amiguita, la pequeña Nina le procura una llave maestra que abre todas las puertas del hotel, el Conde adquiere libertad de movimiento y una escalera a la azotea le da una vista panorámica de Moscú. Todas estas ventajas le otorgan un espacio que ningún otro huésped tiene. En su momento, Alexander Ilich tomará un empleo, maître de camareros,  lo que le permite no solo escoger las mejores viandas y vinos para el hotel, sino también interactuar con todos los huéspedes importantes.



Rostov tiene acceso a música, a libros, periódicos, radio y hasta filmes de Hollywood gracias a Osip Glabnikov, un agente de la OGPU,  que primero lo vigila, luego lo toma como ‘maestro “, y acaba salvándolo en varias ocasiones. Con tanta exposición al mundo real sorprende que Rostov (en la serie) sea tan ególatra, estrecho de mente y frívolo. Por eso no cae simpático ni inspira lástima.

Rostov contantemente agrede verbalmente y ofende a quienes más lo quieren; Mischa, Nina, hasta la misma Anna Urbanova, su amante intermitente. Le toma mucho tiempo darse cuenta de que Osip es su aliado y da la impresión de que, si hubiese sido menos altivo con el Obispo,  este también hubiese sido un enemigo menor.



El máximo ejemplo del egocentrismo de Rostov es cuando ordena una cena de gala para homenajear la memoria de su difunta madre. Invita a todos sus antiguos amigos, miembros de la nobleza y clases privilegiadas. Solo aparecen Nina y Mischa. Rostov está indignado. Cuando Nina exhibe sus nuevas ideas comunistas, la increpa y la jovencita huye llorando.

Sera Osip el encargado de empujar a Rostov a la realidad. nadie lleva vidas privilegiadas como el conde. Sus invitados o están presos o viviendo en condiciones paupérrimas. Si no han venido es porque trabajan todo el día en labores agotadoras que antes hacían sus sirvientes. además, temen atraer la atención de la policía secreta yendo a este insólito festejo.

La reacción de Rostov es melodramática; sube a la azotea y contempla la posibilidad de saltar al vacío. Cambia de idea sin una razón de peso, como todo lo que hace. Esta experiencia no altera su manera de ser ni de pensar . Tristemente, todos los demás personajes viven en función de Rostov por lo que los tiñe la puerilidad del conde.



Un Drama Histórico sin Historia

Reitero, no he leído el libro, pero me imagino que no será accidental haber escogido esa época y ese espacio geográfico. Sin embargo, lo histórico brilla por su ausencia a lo más aflora insubstancialmente. Sabemos que hubo una revolución que ha despojado a Rostov y a sus amigos de sus tierras y fortunas. Sabemos que empujó a muchos al exilio y a él lo ha encerrado en una cárcel dorada, pero la revolución nunca es explicada.

No entendemos ni los motivos para la revolución ni el alcance de esta. Muy someramente se pasa por hechos históricos significativos: muerte de Lenin, auge y muerte de Stalin. Cuando Nina y Rostov, en sus correrías por el Metropol, encuentran un cuarto lleno de documentos de la policía secreta, no nos dicen que el gobierno ha requisado el hotel y lo ha convertido en su centro de burocracia. Solo en Los 30, el Metropol volvió a ser un espacio para clientes con dinero.

En la serie la vida en ese elegante establecimiento sigue igual, sin mayores cambios, a pesar de que históricamente la Unión Soviética vivía momentos críticos. Se saltan olímpicamente la Segunda Guerra Mundial cuando el Metropol se convirtió en oficina de prensa extranjera y fue bombardeado en varias ocasiones. En la ignorancia de los críticos se ha llegado a decir que el Metropol no existió (¡!!)



Sabemos que tanto Nina como Mischa se desilusionan con el comunismo estalinista, pero no nos explican los motivos. Parece que sus razones están relacionadas con el Holodomor. En una de sus apariciones fugaces, Nina le dice a Rostov que se marcha a Ucrania con su novio, luego marido. Vuelve unos años después, muy cambiada, el marido ha sido condenado al Gulag;  Nina lo seguirá Siberia y le encarga al conde su hija Sofia. Los que sabemos de la historia del periodo tenemos que imaginarnos que protestaron contra la hambruna sistemática y el esposo cayó víctima de las purgas estalinistas. ¿Costaba mucho elaborar o tienen miedo de ofender la memoria de Stalin?

Sin personajes que atraigan, sin un trasfondo histórico que explique los acontecimientos, el espectador esperaría que al menos visualmente deslumbrase este relato que tiene lugar en un ambiente tan lujoso como el Metropol. Otro chasco.  Los espacios del hotel sean el bar o el comedor son tan estrechos como la buhardilla de Rostov. La iluminación es escasa, en términos de vestuario no hay nada digno de mencionar. Nina siempre parece vestida por el Ejército de Salvación y Anna Urbanova tiene más escenas de cama que en las que pueda lucir ropa de época.



Lo más desilusionante son las vistas desde la azotea del Metropol. Es un Moscú totalmente construido —y se nota— con CGI. Al revés de muchas producciones actuales que intentan reconstruir la vieja Rusia en algún punto de la Europa Oriental, esta ultra barata serie ha sido filmada en Manchester y Liverpool. ¿Qué tendrán que ver Manchester y Liverpool con la Moscú de inicios de la primera mitad del Siglo XX?



Contenido Violento y Gory: La violencia (típico en serie woke) es mencionada, pero no vista. Sabemos que mataron al amigo violinista de Rostov porque oímos los tiros. Vemos el cadáver de Nina ser arrojado a una fosa común, pero no sabemos cómo murió.

Contenido Sexual y Desnudos: Mary Elizabeth Winstead (Mrs. Ewan McGregor en la vida real) sale más desvestida que vestida, pero muestra poco. Su esposo muestra nalgas. A estas altura no creo que nadie quiera verle el trasero a Obi Wan.



Factor Feminista: Reitero, todos los personajes incluyendo los femeninos viven en torno a Rostov. La más interesante,  Nina, nos ofrece el mejor episodio demostrando inteligencia, astucia e imaginación, pero ella desaparece rápidamente. Reaparece fugazmente para mostrar que ahora es una buena comunista y ya no sueña con cuentos de princesas, luego para anunciar que se ha casado y se marcha con el marido a Ucrania, después para encargarle a Alexander Ilich su hija anunciando que seguirá al marido al Gulag y finalmente vemos que es arrojada a una tumba común. ¡Que desperdicio de personaje!



Se dice que Ewan McGregor exigió que le otorgasen a su esposa un rol con más agencia. Si lo que han hecho con el personaje de May Elizabeth es demostración de agencia, ¿cómo será el personaje del libro?

 Anna Urbanova es una actriz camino a ser estrella, algo que logra a punta de buenos contactos, incluyendo servirle de tapadera a un ministro gay. Solo que un día, estando ya en la cúspide, descubre que la edad le ha jugado una mala pasada y que solo sirve para hacer de madre de actrices más jóvenes. Fuera de la pantalla solo sirve para ser mamá adoptiva de Sofia, la hija de Rostov de quien Anna ha sido amante intermitente por varias décadas. El problema es que todo es descrito de manera muy imitada. Anna Urbanova podría haber vivido en Hollywood o Londres, no hay nada en su historia que la haga particularmente rusa o parte de la historia del cine soviético.



Factor Diversidad: Y aquí viene lo que provocó la hilaridad de Pérez Reverte. Me resultó chocante que, en el primer episodio, el rol de Mischa, amigo y salvador de Rostov fuese interpretado no solo por un actor negro pero que además luce un peinado de trencitas ultramoderno.

Mi shock aumentó al ver que la mitad del servicio del Hotel Metropol estaba compuesta por actores de color. Rusia no tenía una población autóctona de origen africano. ¿Había tantos trasplantados?  ¿Y todos iban a trabajar al Metropol? Fue solo cuando vi al Ministro de Cultura, negro— y gay—al que Anna sirve de tapadera,  que me di cuenta de que en el libro todo ellos son blancos.



Nuevamente la televisión angloparlante, en aras de la falsa diversidad, nos exige que expandamos nuestra imaginación y aceptemos como correcto y factible tener gente de color fingiendo ser blanca. Yo no puedo suspender mi incredulidad ni obligar a mi visión a cegarse ante esta bobería. Si se quiere contratar actores de color,  que se les creen personajes que expliquen su presencia y que sirvan para informar sobre su historia en diferentes espacios geográficos. De otro modo esta última excentricidad es otro punto en contra de una serie irredimiblemente mediocre. Si alguien quiere verla, está en Paramount.

jueves, 18 de julio de 2024

¿Se Puede Dramatizar el Holocausto? El Tatuador de Auschwitz (II, la Serie)

 


 

Si les ha gustado el libro,  amarán la serie. Aunque por razones de tiempo y espacio se han reducido los personajes y las subtramas ( no aparece toda la elaborada red de contrabando de Lale ni el juego de futbol con la SS, y se abrevia el personaje de Jakub), el espíritu de la novela y el romance están sumamente presentes.  El Problema del Tattooist of Auschwitz, es que el fanfiction obligatorio en las adaptaciones literarias de este siglo aporta nuevos errores históricos más reprochables que los que existen ya en el libro.

El guion ha ido más allá del libro construyendo un marco que inicia con las entrevistas entre Heather Morris y Ludwig “Lale” Sokolov en Melbourne. En el capítulo final han intentado ofrecernos un vistazo de la vida del Matrimonio Sokolov en Australia en Los 60. El primer cambio es excelente. El segundo no tanto.



Se trata de una historia en donde luz y oscuridad juegan por partes iguales, y donde la reconstrucción de Auschwitz es muy parecida a la de otros grandes filmes del Holocausto (Sophie Choice, La Zona Gris, El Hijo de Saul). El campo fue reconstruido en Eslovaquia y se filmaron escenas en la natal Bratislava de Lale Sokolov y en Melbourne donde vivió hasta su muerte. La música es más que adecuada (por suerte solo al final tocan el tema que Barbra Streisand compusiera expresamente para la miniserie).

Las actuaciones son impecables. Por fin desvinculo a Melanie Linskey de la Rose, novia eterna de Charlie Sheen, en Two and a Half Men. Para los que se han burlado del acento que creen imita, les cuento que es el suyo. No olvidemos que la intérprete de Heather Morris es neozelandesa. Harvey Keitel como siempre insuperable. No conocía a Anna Prochniak, pero la actriz polaca me ha impresionado.  Por fin Jonah Hauer-King tiene un rol decente que interpreta competentemente, pero quien lo opaca totalmente es Jonah Nay, como el Rottenfuhrer Stefan Baretski muy lejos de sus roles en las Deutschland y Tannbach.

                                  Stefan Baretski

“El Pasado nos Siguió Como un Perro Enfermo”

Si algo me ha incomodado del “Tatuador” no tiene que ver con aspectos técnicos sino con contenido. Entiendo,  y no solo por las entrevistas dadas por Morris, que Lale sufría del síndrome de culpabilidad de sobreviniente (¿se dirá así?). Todos los sobrevivientes que he conocido sufrían de esa sensación de que deberían estar muertos como sus familiares y compañeros.

La serie va más allá y determina cómo,  cuándo y por qué el tatuador debe sentir remordimientos. Se lo recuerdan sus fantasmas, las imágenes congeladas de gente muerta y sus recuerdos. “El Pasado nos siguió como un perro enfermo” es el magnífico símil que acompaña su narrativa.

Fuera de la pantalla encuentro ensayos escritos por judíos arrogantes que acusan a Lale de haber ayudado a los nazis puestos que sus tatuajes deshumanizaban a los que los portaban. ¿Qué edad tienen estas voces?  ¿14 años? Porque es el único momento en nuestras vidas en que nos damos baños de pureza y nos erigimos en pilares de la moralidad, sintiéndonos mejor que los demás

¿Qué es lo que desearían que hubiese hecho Lale? ¿Negarse a la oferta de Pepan y morir desnutrido o en la cámara de gases? ¿Es por eso qué se admira tanto a Anne Frank?  ¿Por ser mártir? ¿Porque ya no se la puede acusar?  Esta obsesión de mostrarnos a Lale agobiado por culpas inexistentes es sádica, injusta y absurda. casi tanto como los medios que la guionista Jacqueline Perske ha encontrado para borrar los errores de Morris en el libro.

                                    Pepan

Contenido Violento y Gory: Es Auschwitz, la violencia es tan presente que no me sorprende ver que los guardias practicaban pruebas de tiro con prisioneros que estaban haciendo sus necesidades. Mi madre me lo contó cuando yo era niña (lo supo por sus tíos), esa brutalidad era estándar en el Lager,.

Sin embargo, lo más violento no aparece en el libro, no es parte de las memorias de Lale, no es invención de Morris, no hay documentación de que haya ocurrido y eso lo hace muy perjudicial. Para subsanar dos errores, lo de la penicilina y la identidad del médico que castra a León, esta serie inventa una fábula tan poco ética como el ajedrez humano de Hunters.

Para conseguir la medicina de Gita, a Baretski se le ocurre poner a su “protegido” en contacto con el Dr. Shumann, que tiene una clínica dentro de campo donde experimenta con métodos de esterilización y que necesita que tatúen a unas pacientes. Incluso la razón por la que Lale esté ahí es improbable. Solo se tatuaba al entrar al campo.



 Cuando Lale suplica ayuda, Schumann amablemente le proporciona el medicamento. A cambio,  exige que Lale lo ayude convenciendo a unas pacientes que no desean abandonar el hospital. ¿Por qué no quieren irse? ¿Por qué Lale, un extraño,  podrá convencerlas? Lale lo hace, lleva a varias mujeres, desnudas y con horribles cicatrices de sus recientes histerectomías, a un patio enrejado. Ahí permanecerán hasta el amanecer en la nieve hasta morir de hipotermia.

Schumann explica que necesita de las camas para otras pacientes. Parece un acto de sadismo inesperado. Lo normal sería llamar guardias que las arrastrasen a la cámara de gases más cercana, o darles un tiro, o administrarles veneno. No había necesidad de involucrar un prisionero ni de tener un espectáculo que para la metódica organización de los campos de la muerte significaría pérdida de tiempo y de orden tan preciados por los alemanes. Lo extraordinario es que ninguna reseña se ha quejado de esta escena. Ninguna ha notado que no está en el libro (señal de que no lo han leído)

Contenido Sexual y Desnudos: Es Auschwitz, desnudos por doquier. me sorprendería que alguien se excitase sexualmente con ellos. Como en el libro, y en la vida real, Gita y Lale consumaron su amor en un par de escenas, nada gráfico.



Factor Feminista: Ante la incredulidad de insensibles Millenials y Zetas, la serie, el libro y la realidad describen la unidad entre Gita y sus amigas y como eso les permite sobrevivir ayudándose mutuamente. Sin embargo, la guionista y productora Jacqueline Perske al intentar reparar un error, nuevamente lo agranda. En el libro,  Cilka es una adolescente eslovaca amiga de Gita. Un día es violada de manera clandestina por el Obersturmfuher Johann Schwarzhuber, comandante de Birkenau.



Desde ahí será abusada sistemáticamente. Solo Gita conoce el horror que vive su amiga. Eventualmente,  confía el secreto a Lale. Cuando Lale va a ser ejecutado, Cilka tiene el valor de pedirle a su violador por la vida del tatuador. Lale dice de ella “es la mujer más valerosa que he conocido.”

Se ha dicho que eso era imposible. Que ningún nazi tendría relaciones con una mujer racialmente “impura”.  Sin embargo, a Cilka, en la posguerra,  la acusaron los polacos de ser “prostituta de los alemanes”. Heather Morris dice que vio los documentos para el arresto y encarcelamiento de Cilka en el Gulag. Es la misma acusación que recibió la rescatista Irena Gut.  Los abusos sexuales en los campos de concentración y exterminio (a ambos sexos e incluso niños) era algo que se practicaba clandestinamente, pero que existió, existió.

                            Foto de Cecilia "Cilka"Klein y su marido después de la guerra.

 Hasta Rudolf Hoss, comandante de Auschwitz lo practicaba. Tenemos los testimonios de Eleonore Hodys, disidente austriaca, a la que violaba el comandante periódicamente. En un momento Hodys quedó embarazada y su destino era la cámara de gas. Hoss se apiadó y consiguió que Mengele le practicase un aborto clandestino a la pobre mujer, salvando así su vida.

Pero tanta ha sido la alharaca, que Perske intentó solucionarlo en su adaptación y acabó empeorándolo todo. Interpretada por Yalit Topol Margalith (nieta del gran Chaim Topol),  Cilka es una especie de bitch del comandante. La vemos   con empleo de oficinista, cabello largo y abrigo de caracul,  dedicada a oprimir a sus compañeras. Ayuda en las selecciones para las cámaras de gas y acusa a Gita con Baretski de haber derramado un tintero.

                            Gita y Cilka

Lo peor es que mantiene una relación abierta con el comandante. Algo imposible, tanto como el que Schwarzhuber tenga a su hijo pequeño en BIrkenau alternando con los prisioneros. El guion se vuelve, como ocurriera con las pacientes de Schumann, más inverosímil y ofende la memoria de todas las mujeres ultrajadas por los nazis. Los críticos no dicen nada, porque ninguno parece haber leído libro y el Museo de Auschwitz permanece en silencio.



Hay otro error de la serie que afea el final. Se han quejado de que Gita es un personaje plano puesto que solo sabemos de ella a través de Lale. En la serie nos dan más detalles (la historia de su rescate de la Rebbetzin Hoffmann y de la chica embarazada); se implica que fue violada por los rusos y que su vida matrimonial no fue perfecta.

Ninguno de estos detalles emerge ni del libro ni de declaraciones de Lale.  De hecho, él le cuenta a Heather al comienzo del capítulo final que Gita se adaptó más dedicándose a la panadería que pusieron, a sus amigas, a su sinagoga. Esta suena como la Gita del libro y serie, pero de pronto Lale dice “Gita siempre estaba triste”. 


                                   Los Solokov en su vejez

Luego cuando él y su mujer discuten sobre si hay que testificar a favor de Baretski , Lale dice “siempre estas enojada.” ¿En qué quedamos?  ¿Triste o enojada?  ¿Adaptada o inadaptada? Se nos dice que el carácter errático de Gita nace de su incapacidad de ser madre.

                        Lale, Gita y su hijo Gary

En un instante regresa a Bratislava (como si hubiese sido tan fácil para un judío ir a Checoslovaquia en los 60s) y vuelve encinta. Ya me imagino las bromas de los cínicos. En realidad, creo que Perske se apoyó en el cliché actual de que en la ficción la mujer cis—y en una relación hetero— siempre debe estar descontenta (y con cara de resting bitch) con su pareja.

Factor Diversidad: Hay judíos, pero la mayoría son eslovacos. Han retirado a los socios polacos y rusos del negocio de contrabando de Lale. Como en We Were the Lucky Ones, el ejército y autoridades rusas no son retratados como muy amables. Tal como en el libro, tenemos una visión cálida de los Roma, de cómo sufrieron a la par de los judíos y tenebrosa es la exterminación del campo gitano de Auschwitz.

El caso de León es otra invención de la serie. Como dijo mi hermano “es para que Lale se vea más simpático. Amigo de los gitanos, amigos de los gay…” En el libro, Baretski escoge a León, un joven eslovaco, para que sea el aprendiz de Lale. Poco después, León desaparece, cuando regresa, muy macilento, le confiesa al tatuador que un médico lo castró. Lale asume que se trata del Dr. Mengele.

                                       Leon

En la serie se elabora más en la biografía de León. Es Lale quien lo escoge al ver que un Kapo lo golpea constantemente. León le confiesa que es homosexual, que tuvo amores con un tenor en Praga, pero que fue arrestado por ser judío, no por su orientación que ha ocultado. León es testigo de la tortura de las pacientes de Schumann. Más adelante, el mismo León es escogido de Conejillo de Indias por un sonriente Schumann.

                       El Dr. Schumann

Tal como en el libro,  este episodio sirve para informar sobre los pavorosos experimentos conducidos en Auschwitz (y otros campos). Convertir a León en homosexual sirve para denunciar otro aspecto poco conocido del Holocausto: el exterminio de la población gay. Es el modo en que lo presentan lo que parece un poco forzado y hasta risible.

Lale y Heather pasean por el sector costero de Melbourne y,  sobre el marco del Mar de Tasmania,  vemos una pareja gay besándose. De regreso a casa, el tatuador confiesa que León era homosexual. “¿Y no te molestaba eso?” pregunta Heather. Entre risitas,  el anciano dice que la revolución sexual no es de ahora, que trabajar en negocios de la moda lo puso en contacto con homosexuales. “Teníamos clubes, ¿me entiendes?” Eso sonó raro como que Lale iba a esos clubes.

MI madre también trabajaba en el circuito de la moda. De pequeña,  yo sabía que tenía socios, colegas y amistades que no gustaban de las mujeres, pero tenía clarísimo que de eso no se hablaba porque la ley estaba en contra de ellos. “Sí mencionas que son ‘mariquitas’” me advirtió mi madre “los van a poner presos, les van a pegar, es injusto, pero es así.” Estas tolerancias falsas en tiempos antiguos que presentan series como El Tatuador solo minimizan y trivializan los peligros y desdichas que han acompañado al colectivo LGTB a través de su historia.

A pesar de los errores cometidos en esta versión, es hermosa (algo que no solemos asociar con filme del Holocausto), conmovedora, excelentemente actuada y entretenida. Quiero terminar con algo que dice Gita en el filme (no en el libro) cuando Lale confiesa haber dejado de creer en D-s. “D-s no puede ayudarnos, pero nosotros podemos ayudarlo”. Esa ayuda consiste en demostrar al Cielo y al mundo que el amor sigue existiendo a pesar de todo lo horrible que los rodea.



El Tatuador de Auschwitz puede verse en USA a través de Peacock, en España en Movistar,  todavía no sé cuándo llegue a América Latina.